PORCAT celebra que el proyecto de ley de modificación de la Ley 18/2001, de orientación agraria, pendiente de aprobación en el Parlamento, haya incluido sanciones económicas muy graves para las personas físicas y jurídicas que entren ilegalmente en las granjas o en los mataderos. Esta posición del sector ha sido defendida por Ricard Parés, director de PORCAT, en el seno de la Comisión de Agricultura en el Parlamento de Cataluña el 30 de enero, sesión durante la cual también ha abordado otras cuestiones que preocupan a los productores de porcino.
El proyecto de ley establece sanciones económicas de entre 30.001 y 60.000 euros para las infracciones muy graves que suponen las entradas sin autorización con riesgo higiénicosanitario (daños irreversibles para los animales o su muerte, riesgo de introducción de enfermedades de declaración obligatoria, sustracción de animales incumpliendo la normativa de bienestar y de transporte animal, suministro de medicamentos o sustancias no autorizadas y liberación voluntaria de los animales al exterior) y organizar actividades en grupos de entradas y hacer difusión.
También contempla infracciones graves, que pueden tener sanciones de entre 3.001 y 30.000 euros, para entradas sin autorización que comporten un riesgo higiénico-sanitario cuando esta entrada produzca lesiones a los animales, o ponga en peligro la salud o bienestar y suministrar sustancias o alimentos que supongan un riesgo por su bienestar. Y, finalmente, sanciones leves, con sanciones entre 600 y 3.000 euros, cuando se hagan entradas sin autorización con riesgo higiénico-sanitario, pero sin poner en riesgo ni la salud ni el bienestar de los animales.
Ricard Parés, presidente de PORCAT
Las entradas a granjas siempre son un hecho gravísimo
De todos los cambios que establece la modificación prevista de la ley, Parés se ha centrado en la defensa del nuevo régimen sancionador que establece. “Es una buena noticia los cambios que se quieren hacer. Lo celebramos”, ha dicho, a la vez que ha admitido que “es triste”, porque “la entrada de personas ajenas a la explotación ganadera siempre es un hecho gravísimo”.
Parés ha explicado en detalle a los diputados y otros comparecientes en que recae la gravedad de estas infracciones para los productores de porcino. Así, ha expuesto que cada granja es diferente y se organiza de una manera diferente, a pesar de que tiene una característica común, la más importante, “está cerrada” y “la valla garantiza que haya una zona limpia”.
“Por eso la cerramos. No es para que la gente no las vea, sino porque queremos estar blindados respecto a un tema fundamental, como es la sanidad. Lo que está más allá de la zona limpia es la zona sucia y, por lo tanto, con este cercado perimetral impedimos que puedan entrar a la zona limpia animales como los jabalíes, los perros de los vecinos, animales salvajes como los zorros o plagas, dado que todo esto lleva a posibles enfermedades que harían mucho daño a la nave”, ha explicado en detalle.
“Incluso, el vestuario está colocado en el límite entre la zona limpia y la zona sucia, cosa que ahora será obligatoria y respecto a la cual los ganaderos se están esforzando mucho en hacerlo, porque cualquier persona que entre a la granja se tiene que duchar, se tiene que cambiar la ropa, y con la ropa no puede vehicular posibles enfermedades”, ha añadido.
“Los camiones de piensos hacen el mismo. Procuramos que carguen los silos desde fuera para que el camión no entre y el parking también se encuentra afuera. Incluso, en la salida tenemos los puntos de donde salen los animales, el muelle de carga, los animales muertos en un contenedor de cadáveres, el material genético, estas dosis de semen que compramos entran por una ventanilla que evitan que haya una entrada de posibles vectores”, ha continuado.
“Todo esto, todo esto, todo esto es para evitar que entren enfermedades, pequè hacen un daño horrible al sector. Por lo tanto, en el momento que entra una persona todo esto salta por los aires y no nos sirven ni los vestuarios ni evitar la entrada de animales salvajes; entran aquí dentro y hacen un desastre que, insisto, más allá de la cuestión ética y moral, que lo es, es un grave perjuicio sanitario“, ha destacado con contundencia.
Por lo tanto, “para nosotros una entrada ilegal siempre es muy grave, porque siempre existe este riesgo. No detallo los puntos, les dice la ley, pero esto es el que nosotros creemos que es imprescindible entender. Importante, nos alegramos mucho que se contemple que también es una infracción grave organizar actividades en grupos y hacer difusión. Hoy en día, con las redes sociales, ya sabemos cómo funciona. Hay infracciones leves, graves, pero insisto, para nosotros todas las entradas son infracciones muy graves, porque siempre hay un riesgo sanitario”, ha concluido.
Finalmente, ha añadido que “también celebramos que estos responsables puedan ser personas físicas o jurídicas tal como se establece”.
Un sector líder
En la sesión, Parés también ha recordado a los parlamentarios y los otros comparecientes la enorme contribución de la producción ganadera y, en especial, de la porcina en Cataluña.
La producción ganadera tiene una importancia capital en Cataluña y, dentro de esta la producción porcina es la más relevante, puesto que representa un 80% del total de la producción cárnica, un 62% del valor de las exportaciones cárnicas y un 22% del volumen total de las exportaciones de Cataluña, según los últimos datos de PRODECA correspondientes en 2022.
El censo de cerdos en Cataluña es de 8 millones de animales. De hecho, Cataluña es la segunda comunidad autónoma de España en volumen de producción porcina, detrás de Aragón, pero la primera en número de jefes sacrificados (23 millones de jefes equivalentes a 2 millones de toneladas). “El mensaje es que Cataluña es un país claramente cárnico y ganadero, donde se acepta la opinión de todo el mundo, pero la tradición genuina de Cataluña es que somos un país cárnico -ha insistido Parés- y esto se tiene que tener en cuenta, sobre todo en relación con los 25.000 puestos de trabajo que genera este sector”.