La peste porcina africana (PPA) continúa siendo una de las mayores amenazas para la industria porcina y la fauna silvestre en Europa.
Un reciente estudio ha arrojado nueva luz sobre un factor de riesgo crítico en su propagación: los cadáveres de jabalí.
Este hallazgo subraya la importancia de gestionar adecuadamente los cadáveres de animales infectados para controlar la diseminación del virus.
Investigadores de la Universidad Checa de Ciencias de la Vida y del Instituto de Investigación en Gestión Forestal y Cinegética, en colaboración con el Instituto Estatal Veterinario de Jihlava, llevaron a cabo un estudio innovador en siete áreas forestales de Chequia durante 2019 y 2020.
Utilizando 28 cadáveres de jabalí y cámaras trampa, los científicos compararon su atractivo con puntos de control situados a más de 200 metros.
Los resultados fueron contundentes:
De las 3.602 visitas registradas, el 83,8% ocurrieron en los sitios con cadáveres, mientras que solo el 16.2% tuvieron lugar en las áreas de control.
Sorprendentemente, los cadáveres comenzaron a atraer jabalíes en un promedio de 4,7 días tras su colocación, mientras que en las áreas de control pasaron 61,5 días antes de que se detectaran visitas.
La actividad fue más intensa durante las horas nocturnas, coincidiendo con los patrones de comportamiento de los jabalíes.
Este descubrimiento destaca un aspecto inexplorado del comportamiento de los jabalíes, revelando que los cadáveres funcionan como potentes atractores. Según los autores, este fenómeno podría facilitar la transmisión del virus entre individuos. Por ello, instan a implementar medidas rigurosas de eliminación de cadáveres en las zonas afectadas como estrategia clave para mitigar la propagación de la PPA. |
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