La comunicación química es ampliamente utilizada por los animales para intercambiar información en su entorno, a través de la emisión y detección de semioquímicos para mantener la organización social y las relaciones jerárquicas en los grupos.
El órgano vomeronasal (OVN) es uno de los principales detectores de estos mensajes y su inflamación se ha relacionado con cambios en el comportamiento, ya que impide potencialmente la detección de estas moléculas y, en consecuencia, la traducción de la señal en acción.
Estudios han puesto manifiesto la relación entre la intensidad de la inflamación del epitelio sensorial vomeronasal (VNSE), probablemente inducida por la exposición a contaminantes en la granja, y la agresión intraespecífica en los cerdos.
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Mediante técnicas histológicas se evaluó el estado de cada OVN, clasificándolos en función de su nivel de inflamación en:
Estos datos se compararon con el grosor del epitelio sensorial y el número de células receptoras vomeronasales de tipo 1 mediante la detección por inmunohistoquímica (IHC) de la proteína anti-Gαi2. También se analizó por IHC la presencia de proteínas de unión a odorantes (OBP) en las zonas que rodean el OVN y se comparó con la intensidad de la inflamación, ya que su papel como transportador de moléculas a las neuronas sensoriales está bien establecido.
Los resultados de este estudio demuestran que la inflamación está asociada a una reducción del grosor del epitelio sensorial y del número de células Gαi2+, lo que sugiere que esta condición puede inducir diferentes grados de pérdida neuronal. |