El valor medio del Índice termohigrométrico (ITH) fue mayor (P < 0,0001) en las salas sin sistemas de refrigeración (75,0 en el ensayo 1; 74,9 en el ensayo 2) que en las con sistemas de refrigeración (71,3 en el ensayo 1; 71,7 en el ensayo 2).
Se seleccionó un total de cuatro corrales por sala (16 en total) para el análisis del nivel de corticoides en el pelo y se tomaron muestras de todos los cerdos que estaban en ellos al final del estudio.
Las concentraciones de cortisol en el pelo no mostraron ningún cambio significativo en relación con el enfriamiento-no enfriamiento en ninguno de los ensayos. Sin embargo, las concentración de cortisona en el pelo sí difirieron, de forma que en los cerdos alojados con sistemas de refrigeración fueron 172,3 pg/mg y 105,8 pg/mg menos (P < 0,001) que en los alojados sin refrigeración en las Pruebas 1 y 2, respectivamente. Además, la relación cortisona/cortisol, que es un estimador de la actividad de la 11βhidroxiesteroide deshidrogenasa (11β-HSD) tipo 2, también fue mayor en las salas sin refrigeración en comparación con las salas con refrigeración en ambos ensayos. |
Leer artículo completo: Dalmau, A. et al. (2023) ‘Changes in cortisol and cortisone in hair of pigs reared under heat stress conditions’, Frontiers in Veterinary Science, 10. doi:doi: 10.3389/fvets.2023.1156480.
Te puede interesar: Medición del cortisol en pelo como indicador de estrés crónico en maternidad