Con el aumento del tamaño de las camadas en la producción porcina, el uso de lactorreemplazantes como suplemento nutricional para lechones se ha generalizado.
Un estudio realizado por investigadores de la Sichuan Agricultural University (China) arroja luz sobre estas cuestiones, revelando ventajas e inconvenientes según la fase de crecimiento del lechón. |
El estudio analizó 40 lechones de 2 días de vida distribuidos en dos grupos que recibieron lactorreemplazante o leche materna hasta el día postnatal 23, seguido de una dieta de transición hasta el día 37.
Durante el periodo neonatal, los lechones alimentados con lactorreemplazantes mostraron un menor crecimiento diario, mayor incidencia de diarreas y alteraciones intestinales, como mayor profundidad de criptas e incremento en la expresión génica inflamatoria. Además, su microbiota estaba enriquecida con Prevotella, un género bacteriano asociado a trastornos digestivos.
Sin embargo, en la fase de transición al pienso, estos mismos lechones presentaron un aumento significativo en la ingesta diaria de alimento, una mejora del crecimiento y una recuperación notable de la función intestinal, con mayor altura de vellosidades, incremento de la actividad de sacarasa y una microbiota más diversa y beneficiosa, con presencia de bacterias como Muribaculaceae y Oscillospiraceae.
En cuanto a la composición muscular, los animales alimentados con leche materna mostraron una mayor proporción de fibras de contracción lenta en el día 12 y una menor proporción de grasa corporal en ambos puntos de muestreo.
En conclusión, aunque el uso de lactorreemplazantes puede implicar ciertas complicaciones intestinales y menor rendimiento en las primeras semanas, también puede favorecer una recuperación posterior e incluso una composición corporal distinta, con menor grasa y cambios en el tipo de fibras musculares. |
Te puede interesar: Estrategias de alimentación en cerdas lactantes: impacto en la supervivencia de los lechones y la producción de leche