El comportamiento animal es un indicador clave del bienestar, la salud y la productividad en la producción porcina.
Un estudio reciente ha evaluado tres métodos distintos para monitorear el comportamiento de cerdas y lechones en un entorno controlado:
La investigación, llevada a cabo por un equipo de la Universidad de Purdue y la Universidad Estatal A&T de Carolina del Norte, examinó cómo estos métodos pueden complementar el análisis del bienestar animal en condiciones de estrés por calor.
El experimento se realizó en un edificio de maternidad experimental con 18 jaulas de cerdas, nueve de ellas sometidas a temperaturas de verano sin control de enfriamiento y las otras nueve con enfriamiento mediante coolings.
Durante 48 horas, se realizaron observaciones visuales cada cinco minutos para registrar comportamientos clave, como alimentación, descanso y lactación.
Al mismo tiempo, sensores infrarrojos pasivos capturaron de forma continua los movimientos de los animales, mientras que cámaras de video permitieron validar los datos obtenidos.
Los resultados mostraron diferencias significativas en el comportamiento de los animales bajo estrés térmico en comparación con los sometidos a condiciones más frescas.
El análisis de los datos reveló que los sensores detectaban con precisión los cambios de comportamiento, con una fuerte correlación (ρ = 0,81 para estrés térmico y ρ = 0,74 para enfriamiento) entre las señales de los sensores y el movimiento de los cerdos.
Además, los registros de video confirmaron la sensibilidad de los sensores para capturar incluso movimientos sutiles, como cambios de postura y pequeños desplazamientos dentro de la jaula.
Este estudio destaca la importancia de combinar múltiples enfoques para mejorar la evaluación del comportamiento animal. La integración de estas tecnologías puede ofrecer un enfoque más preciso y eficiente para evaluar el bienestar en la producción porcina, especialmente en entornos desafiantes como el estrés térmico. |