Los datos avalan la eficacia de las vacunas basadas en el genotipo PCV-2a frente a los genotipos circulantes en la actualidad fruto de la evolución del circovirus porcino.
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Los datos avalan la eficacia de las vacunas basadas en el genotipo PCV-2a frente a los genotipos circulantes en la actualidad fruto de la evolución del circovirus porcino.
EVOLUCIÓN DE LA PREVALENCIA DE LOS GENOTIPOS DE PCV-2
La evolución genética del circovirus porcino 2 (PCV-2) es un fenómeno que se ha producido de forma natural a lo largo de las últimas décadas. Los diferentes cambios producidos en la cadena de nucleótidos del PCV-2 han generado la necesidad de establecer una clasificación taxonómica para abarcar los diferentes genotipos surgidos1.
En la actualidad, se han descrito hasta ocho genotipos diferentes, de los cuales tres destacan por su relevancia clínica:
Al inicio de la epizootia, en torno a los años 1996-1997, se identificó el actualmente denominado PCV-2a, que se convirtió en el genotipo más prevalente. Más adelante, hacia el año 2005, se observó un cambio en la prevalencia, detectándose en mayor proporción otro genotipo emergente, que se clasificó como PCV-2 genotipo b y que se convirtió, en pocos años, en el más predominante.
En 2010, se observó lo que se clasificó en un inicio como un genotipo mutante de PCV-2b y que se acabó clasificando como PCV-2d, lo que dio lugar al genotipo que desde entonces es el más prevalente2. Por otro lado, el genotipo PCV-2c no parece jugar un papel importante a nivel de campo (Figura 1).
¿REALMENTE SON TAN DISTINTOS LOS GENOTIPOS?
En comparación con otros virus (por ejemplo, PRRSV), los genotipos de PCV-2 apenas se diferencian genéticamente entre sí3.
Un estudio llevado a cabo en Bélgica⁴ en el que se compararon secuencias de ORF2 de cuarenta y tres aislados de PCV-2, demostró que dichos aislados tenían identidades de secuencia de los nucleótidos del 89,7% al 100% y de secuencia de aminoácidos del 88,5% al 100%.
El análisis tridimensional de la secuencia de aminoácidos que conforman la proteína de la cápside (codificada por la fracción ORF2 del genoma), reveló que para cada genotipo la mayoría de las mutaciones se presentaban en el exterior de la proteína con algunas mutaciones conservadas presentes en el lado interior.
Este hallazgo representaría una consecuencia de la evolución de PCV-2 hacia una mejor capacidad de unión al receptor (Figura 2). Sin embargo, en términos generales, se puede concluir que esta proteína inmunizante del virus no presenta diferencias significativas entre los genotipos.
PROTECCIÓN CRUZADA FRENTE A PCV-2b Y PCV-2d
En la actualidad, la mayoría de vacunas comerciales de PCV-2 están basadas en la expresión de la proteína de la cápside del genotipo PCV-2a. Este hecho genera discusiones sobre la capacidad de protección que puedan brindar dichas vacunas frente a los actuales genotipos circulantes. No obstante, atendiendo al hecho de que esta proteína es altamente similar en los tres genotipos, cabría esperar una protección cruzada de estas vacunas frente a los genotipos “b” y “d”.
En este sentido, varias publicaciones señalan la inmunización con vacunas basadas en PCV-2a, entre ellas Ingelvac CircoFLEX® (Boehringer Ingelheim Vetmedica, Inc.), como una alternativa eficaz frente a los diferentes genotipos descritos de PCV-2 (Tabla 1).
EN 2014, SE LLEVARON A CABO TRES ESTUDIOS QUE RESPALDAN LA EFICACIA DE LAS VACUNAS BASADAS EN PCV-2a FRENTE A LOS GENOTIPOS b Y c5,6,7.
TRES ESTUDIOS
El primero, realizado por Haiwick et al. (2014) en EEUU, evidenció que Ingelvac CircoFLEX® confería protección cruzada en lechones de 7 semanas desafiados 28 días post-vacunación con un genotipo campo de PCV-2b, al compararlos con lechones no vacunados.
La vacuna redujo la viremia y evitó la depleción linfocitaria, reduciendo la prevalencia del antígeno de PCV-2 en las tonsilas de los lechones vacunados frente al grupo desafiado no vacunado.
Rodier et al. (2014) realizaron un estudio en Reino Unido vacunando lechones con 21 días de edad con Ingelvac CircoFLEX® para compararlos con un grupo control. Ambos grupos fueron desafiados 3 semanas post-vacunación con un genotipo de campo de PCV-2b.
Los resultados indicaron que la vacuna fue capaz de estimular la respuesta inmune celular basada en células T CD8, induciendo una respuesta IFN-γ de memoria.
Por otro lado, Opriessnig et al. (2014) vacunaron con tres vacunas comerciales basadas en PCV-2a, entre ellas Ingelvac CircoFLEX®, a grupos de lechones de 2 semanas infectados de forma natural con PCV-2b. Se respetó la pauta vacunal indicada por cada laboratorio, incluyendo dos grupos control (negativo y positivo). A las 11 semanas de edad, todos los lechones, excepto los controles negativos, fueron desafiados con un genotipo de PCV-2d.
Todos los grupos de lechones vacunados tuvieron tasas de prevalencia, niveles tisulares de ADN de PCV2 y niveles de viremia significativamente más bajos (p<0,001) en comparación con los lechones no vacunados desafiados, consistentes con una respuesta inmunitaria de base celular protectora.
LA ADMINISTRACIÓN DE VACUNAS BASADAS EN PCV-2a CONFIERE PROTECCIÓN CRUZADA, INDUCIENDO UNA RESPUESTA INMUNITARIA CELULAR PROTECTORA.
MÁS ESTUDIOS
De forma parecida, Jeong et al. en 2015 compararon la eficacia de tres vacunas monodosis basadas en PCV-2a, incluyendo Ingelvac CircoFLEX®, en una granja con infección concurrente de PCV-2b y PCV-2d8.
Todos los grupos de animales vacunados mejoraron la GMD y redujeron la carga de ambos virus en sangre en comparación con los animales no vacunados.
La vacunación de los lechones a las 3 semanas de edad indujo de forma eficaz niveles más altos de anticuerpos neutralizantes y de células secretoras de interferón-γ específicos de PCV-2b y PCV-2d en comparación con los animales no vacunados.
Las lesiones linfoides microscópicas fueron significativamente más bajas (p<0,05) en los animales vacunados, lo que corroboró la protección que confieren las vacunas de PCV-2a frente a PCV-2b y PCV-2d.
En 2019, Friedrich et al. compararon la eficacia de Ingelvac CircoFLEX® frente a la de una vacuna basada en PCV-2d9 en lechones infectados de forma natural con PCV-2a. Tras vacunar a los lechones a las 3 semanas de edad, fueron desafiados 28 días después con un aislado de PCV-2d.
Para ambos grupos de tratamiento, la viremia se redujo significativamente (p<0,0001) y la GMD aumentó significativamente (p<0,0001). Además, ambas vacunas previnieron de forma similar las lesiones del tejido linfoide, la mortalidad y la aparición de signos clínicos de enfermedad asociada a PCV-2, evidenciando la efectividad de ambos protocolos vacunales frente a una exposición mixta a PCV-2a y PCV-2b.
Ese mismo año, Park et al. realizaron un estudio comparando la eficacia de Ingelvac CircoFLEX® frente a la exposición a PCV-2a, PCV-2b y PCV-2d, vacunando a un grupo de lechones a los 21 días de edad y desafiándolos 4 semanas después de la vacunación.
Todos los animales vacunados mostraron una reducción significativa (p<0,05) de los signos clínicos, la viremia de PCV-2, las lesiones linfoides y los niveles de antígeno de PCV-2 en tejido linfoide en comparación con el grupo control no vacunado.
La vacunación dio como resultado títulos significativamente más altos (p<0,05) de anticuerpos neutralizantes frente a PCV-2 y un aumento en la frecuencia de células secretoras de interferón-γ específicas de PCV-2.
La vacuna mostró una protección similar entre los grupos vacunados, independientemente del genotipo del desafío.
CONCLUSIÓN En conclusión, podemos decir que, pese a la evolución genética del PCV-2 a lo largo de estos años, las vacunas basadas en el genotipo PCV-2a, como Ingelvac CircoFLEX®, siguen siendo hoy por hoy eficaces frente a las infecciones producidas por los distintos genotipos presentes en el campo. |
BIBLIOGRAFÍA
1.-Franzo, G. y Segalés, J. (2018). PLoS One, 13 (12).
2.-Eddicks, M. et al., (2015). Veterinary Microbiology 176: 337 – 343.
3.-Payne B. et al., (2016). AASV Annual Meeting Proceedings (202-206)
4.-Wei R. et al. (2019). Virus Evolution: 5(2): 026
5.-Haiwick, G. et al., (2014). AASV Annual Meeting Proceedings (129-130)
6.-Rodier, M. et al., (2014). AASV Annual Meeting Proceedings (453-454)
7.-Opriessnig, T. et al., (2014). Vaccine 32: 4342 – 4348
8.-Jeong, J. et al (2015). Veterinary Microbiology 177:43 – 52
9.-Friedrich, R. (2019) J. Vaccines Vaccin. 10(2):402