La supresión del dolor durante la castración quirúrgica de los lechones macho es una importante preocupación en materia de bienestar animal. La prohibición de la castración sin medidas de mitigación del dolor está prevista en la mayoría de los países europeos productores de carne de cerdo.
En Alemania, la castración quirúrgica de lechones sin anestesia está prohibida desde enero de 2021.
El engorde machos enteros, la vacunación frente a la hormona liberadora de gonadotropina (GnRH) y la castración quirúrgica bajo anestesia inhalatoria (isoflurano) o inyectable están permitidos como alternativas legales.
Estas alternativas tienen ventajas y desventajas, y aún se necesita un método factible y sencillo.
En Alemania se ha creado la base legal para otra alternativa, la aplicación de un anestésico local por parte del ganadero antes de la castración, pero las pruebas de su eficacia siguen siendo controvertidas. Por ello, investigadores alemanes han trabajado sobre el desarrollo de un método viable y eficaz para la aplicación de anestesia local durante la castración de lechones.
Se compararon los resultados de dos técnicas de inyección diferentes en combinación con los anestésicos locales lidocaína y mepivacaína, evaluando:
Parámetros nociceptivos (respuestas fisiológicas agudas a estímulos nocivos: presión arterial, frecuencia cardíaca y movimientos nocifensivos (de evitación del dolor), así como la expresión de la proteína Fos*.
Presión de inyección
Distribución tisular
*La proteína Fos se expresa en las neuronas del asta dorsal de la médula espinal tras la estimulación nociceptiva y se utiliza como marcador del dolor. La expresión de la proteína Fos sólo refleja la suma del dolor experimentado y no puede asignarse a un evento de dolor específico.
Inyección en dos pasos
Inyección en un paso (F): se inventó una cánula con orificios laterales (fenestrada en un paso (F)) para administrar simultáneamente un anestésico local en el testículo y el escroto.
Los lechones se dividieron aleatoriamente en los siguientes grupos de tratamiento:
GrupoManipulación: manipulación simulada sin inyección y castración
Grupo NaCl: inyección con NaCl al 0,9% mediante el método F de un solo paso y castración sin anestesia
Grupo Lido1: Lidocaína clorhidrato al 2% con el método F de un solo paso
Grupo Lido2:Lidocaína clorhidrato al 2% por el método de dos pasos
Grupo Mepi1: Mepivacaína hidrocloruro al 2% por el método F de un solo paso
GrupoMepi2: Mepivacaína hidrocloruro al 2% por el método de dos pasos
Ambas técnicas de inyección redujeron significativamente los parámetros nociceptivos, independientemente del anestésico local utilizado, y lograron patrones de distribución y presiones de inyección similares.
No obstante, uno de los métodos funcionó ligeramente mejor en la configuración experimental, según la duración de la inyección y la manipulación.
El método de un solo paso (F) fue más rápido y sencillo
La inyección no se asoció con cambios significativos en la presión arterial o la frecuencia cardíaca, pero en los grupos Mepi1 y el NaCl se observó un aumento significativo de los movimientos nocifensivos.
Ambas técnicas redujeron significativamente la presión arterial y los movimientos nocifensivos al cortar los cordones espermáticos, independientemente del tipo de anestesia local.
En comparación con el grupo NaCl, sólo los tratamientos con lidocaína redujeron significativamente la frecuencia cardíaca al realizar la incisión en la piel.
En el grupo Lido2 se registró una disminución significativa de la expresión de la proteína Fos.
En conclusión, ambas técnicas de inyección, independientemente del anestésico local utilizado, redujeron la nocicepción durante la castración de lechones macho en condiciones estandarizadas.
Uno de los retos sigue siendo minimizar las molestias de la propia inyección que siguió provocando movimientos nocifensivos en varios lechones de los diferentes grupos experimentales.
En cuanto a la rapidez y manejabilidad, el método F de un solo paso resultó beneficioso.
Sin embargo, en comparación con el método de dos pasos, la presión aplicada fue mayor y superó con más frecuencia la presión máxima medible.
Ambas técnicas de inyección deben evaluarse más a fondo en lechones conscientes para sacar conclusiones definitivas sobre su eficacia y viabilidad práctica.