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22 Dic 2020
Prácticas de manejo para reducir la emisión de amoníaco en granjas porcinas
Este artículo planteará las distintas estrategias de mitigación de emisiones de amoníaco, respecto a la situación actual de la producción porcina sugeridas por INTERPORC. Reducción de emisión de amoníaco Reducción de la producción Las estrategias de mejora de eficiencia en la producción permiten reducir la excreción de nutrientes por cada kilo de carne que se […]
Este artículo planteará las distintas estrategias de mitigación de emisiones de amoníaco, respecto a la situación actual de la producción porcina sugeridas por INTERPORC.
Reducción de emisión de amoníaco
Reducción de la producción
Las estrategias de mejora de eficiencia en la producción permiten reducir la excreción de nutrientes por cada kilo de carne que se produce.
Son medidas muy favorables para la reducción de emisiones nitrogenadas dado que minimizan la contaminación desde su inicio, reduciendo la cantidad de urea excretada.
En cierto modo, también son estrategias fundamentales para mejorar la gestión de los purines al tener este un menor contenido de nutrientes. Adicionalmente, también suelen ser efectivas para bajar la emisión de metano del purín al reducirse en muchos casos la excreción de materia orgánica.
Finalmente, no suelen tener costes adicionales de instalación, por lo que, en general, pueden ser aplicables a granjas existentes.
La mejora de la eficiencia en la producción porcina ha venido determinada en los últimos años por un efecto combinado de la mejora genética, los avances en alimentación animal y las mejoras en las instalaciones y su gestión.
Los índices productivos han venido mejorando en los últimos años, y eso se ha traducido en menores excreciones por animal. [registrados]
Estrategias nutricionales
Las estrategias nutricionales han recibido siempre una especial atención respecto a la reducción de emisiones de NH3. Todas las recomendaciones sobre reducción de emisiones consideran que ajustar la alimentación de los animales a las necesidades de estos es una práctica muy beneficiosa.
En particular, esto incluye la alimentación por fases, en la que el tipo de pienso se ajusta en función de la edad de los animales.
Cuanto mayor es el número de fases mejor se ajustará el aporte a las necesidades, aunque la decisión podría influir en la deposición de grasa, y, por tanto, en la calidad de la canal (Moore et al., 2016).
Un ejemplo es la alimentación multifase, en la que se utilizan dos o tres alimentos de composición diferente que se mezclan en proporciones que varían continuamente a lo largo del engorde para lograr un mejor ajuste.
Además, se sabe que reducir el contenido de proteína bruta (manteniendo el balance de aminoácidos esenciales) reduce la excreción de urea y, en consecuencia, la emisión de amoniaco (Canh et al., 1997).
Esa reducción de la emisión de amoniaco ha sido cuantificada recientemente en aproximadamente un 25-30% por cada dos puntos de proteína reducidas (Sajeev et al., 2018a).
También es conocido el efecto favorable de la inclusión de fibra soluble. Su efecto es promover la utilización del N no digerido por parte de la microbiota intestinal.
En sentido estricto, no es una estrategia de eficiencia, puesto que se incrementa la cantidad de nitrógeno excretado en las heces, pero, al reducir la excreción de orina, se reduce, consecuentemente, la emisión de NH3 (Canh et al., 1998; Jarret et al., 2012).
La inclusión de fibra soluble es especialmente interesante en dietas de baja proteína, no solo por los efectos ambientales, sino también el efecto positivo que de forma conjunta tienen sobre la salud intestinal (Jha y Berrocoso, 2016).
Finalmente, conviene mencionar los aditivos para raciones, que pueden ser útiles siempre que el modo de acción esté demostrado y que sus beneficios superen el coste de su aplicación.
Puede ser el caso de los ácidos orgánicos: cítrico, fórmico, fumárico, láctico, butírico, propiónico o benzoico (Suiryanrayna y Ramana, 2015).
Especialmente alrededor del destete, estos aditivos pueden mejorar la eficiencia productiva al corregir el pH gástrico mejorando el funcionamiento de la pepsina. Pueden tener, además, un efecto indirecto sobre las emisiones de NH3 al reducir al acidificar el pH del purín.
2 . Reducción de la volatilización: diseño de instalaciones
Es posible reducir la emisión de gases a través de los sistemas de alojamiento, en particular en lo referente a la elección de las superficies del suelo y la gestión de los purines en las fosas.
El N2O dentro de los alojamientos se emitirá en menor medida y únicamente en sistemas de alojamiento con cama, en cuyo caso, mantener el material de cama seco y limpio es la única medida viable para reducir las emisiones en el alojamiento.
En el caso del CH4, dado que para su formación se requieren condiciones anaerobias durante un tiempo prolongado, las recomendaciones de mitigación en el alojamiento pasan por la reducción del tiempo de permanencia de las deyecciones en las fosas, con lo que se rompería el ciclo de anaerobiosis.
De este modo, diseñar fosas con capacidad reducida ayudaría a limitar el tiempo de permanencia de los purines dentro de los galpones.
En el caso de los compuestos nitrogenados, el fundamento de la estrategia es limitar la cantidad de NH3 que pasa a la atmósfera procedente del purín, reduciendo el contacto de este con el aire. Esto se logra con diseños que reducen la superficie de contacto del purín con el aire.
En el engorde de porcino, el sistema que se toma como referencia o punto de partida es el suelo totalmente enrejillado y la acumulación de purín en fosa bajo el enrejillado durante todo el ciclo productivo.
A partir de esta referencia, es posible reducir la superficie de contacto con el aire, y, por tanto, la emisión, de las siguientes formas:
Reduciendo la superficie enrejillada y aumentando de la superficie de suelo sólido.
Diseñando las rejillas para que se reduzca la emisión.
Utilizando fosas en rampa para reducir la superficie de contacto del purín.
Conviene recordar en cualquier caso que el NH3 emitido en el interior del alojamiento procederá de la urea depositada en las diferentes superficies (suelo continuo, rejilla y fosa), por lo que actuaciones sobre rejilla o fosa pueden tener únicamente un resultado parcial.
Por ejemplo, la eficacia del enrejillado parcial está fuertemente condicionada por el comportamiento de los animales. Estas medidas solo serán eficaces si los animales excretan en las áreas enrejilladas y utilizan las zonas de suelo sólido para descansar.
3. Reducir el tiempo de contacto del purín con el aire (limpieza de instalaciones)
Es posible gestionar los alojamientos y los purines dentro de los alojamientos para reducir las emisiones de gases.
En general, tiene que ver con la limpieza de los alojamientos y la retirada frecuente de los purines. Respecto al NH3, estas técnicas se basan en intentar reducir el tiempo de contacto del purín con el aire, tanto en las fosas como en los propios corrales.
Respecto a la reducción de CH4, la retirada frecuente de los purines es una técnica muy efectiva al impedir que transcurra el tiempo suficiente para que se produzca.
Conviene recordar que el máximo de CH4 se alcanza aproximadamente tras un mes de acumulación.
En suelos parcialmente enrejillados es importante proporcionar las condiciones ideales para que los animales tengan patrones de excreción que eviten acumulación de heces y orina en zonas sólidas.
La retirada frecuente de los purines bajo las fosas puede resultar muy efectiva a nivel de reducción de CH4, disminuyéndolo hasta cantidades despreciables.
Sin embargo, de esta forma se traslada el problema al almacenamiento exterior, donde deberán tomarse las consiguientes medidas de reducción para evitar la correspondiente emisión.
Respecto a la reducción de NH3 , es esperable que la retirada frecuente del purín sea poco efectiva en fosas planas y enrejillado total (MAGRAMA, 2014).
Debe tenerse en cuenta que, aunque la cantidad de purín sea menor, la superficie de contacto y composición porcentual no se alteran de forma relevante, y, por tanto, no se esperan grandes reducciones de amoniaco.
La retirada frecuente sí es importante si va aparejada a instalaciones concretas, tales como fosos reducidos o fosos en V, en los que la capacidad de almacenamiento del purín es inferior.