El Streptococcus suis es una infección común en lechones durante las primeras semanas de destete, manifestándose frecuentemente con síntomas nerviosos. Estos pueden incluir posturas laterales, movimientos anormales y pataleo. La inflamación de las meninges es la principal causa de estos síntomas, aunque también puede haber artritis y poliseroitis.
Transmisión y prevención
La transmisión inicial del Streptococcus suis es vertical, de la madre a los lechones durante el parto. Las madres portadoras pasan los anticuerpos a través de la leche, ofreciendo cierta protección temporal a los lechones. Sin embargo, cuando esta inmunidad maternal se reduce, los síntomas comienzan a aparecer. Por ello, es crucial observar a los lechones a la entrada del destete.
Es importante separar a los lechones enfermos para prevenir la transmisión horizontal (de lechón a lechón). Además, una adecuada desinfección y limpieza de las instalaciones es fundamental. Para reducir la presión de infección, en algunas granjas se administra tratamiento a las madres, aunque esto debe hacerse bajo la supervisión de un veterinario, siguiendo las normativas sobre el uso de antibióticos.
Diagnóstico y tratamiento
El diagnóstico clínico debe ser confirmado mediante pruebas de laboratorio y antibiogramas, asegurando que el tratamiento sea efectivo contra la cepa específica de Streptococo Suis presente en la granja. La mejor muestra para el diagnóstico es del bazo, y debe ser obtenida en condiciones estériles.
Para el tratamiento de los lechones afectados, los corticoides pueden ayudar a reducir la inflamación de las meninges y, por tanto, los síntomas nerviosos. Además, el uso de antibióticos puede ser eficaz, siempre que la cepa sea sensible. En situaciones graves, el tratamiento con antibióticos puede ser administrado en el alimento, pero esto requiere una evaluación cuidadosa y la aprobación del veterinario.
Conclusiones
Para manejar efectivamente el Streptococcus suis, es esencial una combinación de medidas: separación de lechones enfermos, tratamiento adecuado, limpieza y desinfección rigurosas, y posibles autovacunas. La clave está en la prevención y en el manejo cuidadoso de la infección para minimizar su impacto en la salud de los lechones y la productividad de la granja.