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Proteger frente al virus PRRS – Cepa Rosalia

Escrito por: Clara Farré -

Servicio Técnico de Porcino de Zoetis®

, Ester Maiques -

Servicio Técnico de Porcino de Zoetis®

, Javier Abadías -

Servicio Técnico de Porcino de Zoetis® Spain SLU

, Jonás Hernández -

Servicio Técnico de Porcino de Zoetis® Spain SLU

La convivencia con cepas hipervirulentas del virus del Síndrome Respiratorio y Reproductivo Porcino genotipo 1 (PRRSv) provoca grandes desequilibrios sanitarios en las granjas, con pérdidas no solo reproductivas si no también por su impacto respiratorio.

Tanto veterinarios como ganaderos ven cómo la incidencia en pérdidas reproductivas en el brote inicial por PRRSv cepa Rosalía parecen imparables, lo que provoca inseguridad y desconfianza en los protocolos sanitarios y de bioseguridad de la granja.

El objetivo de este artículo es explicar cómo la vacunación con una vacuna viva atenuada puede ser una herramienta útil frente al brote, reduciendo el impacto inicial y después alcanzando la recuperación de la estabilidad en cerdas y lechones.

VACUNACIÓN DE MADRES

El objetivo de vacunar a las cerdas es aumentar la supervivencia de sus lechones y, para ello, es fundamental estimular una inmunidad consistente en ellas. Esta inmunidad tiene una doble función:

1 Mantener la gestación evitando un aborto o un parto temprano

La vacunación ha demostrado lograr una reducción de la infección transplacentaria causada por el virus PRRS durante el último tercio de la gestación, reduciendo la incidencia de mortinatos y la viremia en los lechones al nacimiento.

2 Conferir inmunidad celular y humoral a los lechones

La ingestión de calostro de la madre será fundamental para la transferencia inmunitaria humoral al lechón y, además, lo prepara para el desarrollo de la inmunidad celular.

Precauciones adicionales a la vacunación de cerdas y reposición

La reposición con nulíparas negativas en las granjas es importante para evitar la entrada de nuevas cepas en la granja, pero estos animales deben inmunizarse antes de entrar en contacto con el resto de cerdas adultas positivas a PRRSv.

La recomendación es vacunar la reposición antes de la primera inseminación en la unidad de cuarentena y antes de que se expongan a una cepa de campo.

Si se introduce en gestación a una reposición que nunca ha sido expuesta previamente al virus PRRS, se debe evitar su vacunación con PRRS vivo atenuado en la segunda mitad de gestación ante el riesgo de alteraciones reproductivas.

La monitorización de la situación sanitaria en las cerdas se hace muy práctica con el diagnóstico sobre fluidos de procesado y lenguas de nacidos muertos mediante PCR PRRS.

Es recomendable hacer diferentes pools o grupos de muestras, separándolas en función de la paridad, sobre todo con los lechones de primer y segundo parto.

El diagnóstico por PCR PRRS DIVA permite determinar si:

Está la cepa de campo.
Solo está la cepa vacunal debido a una vacunación reciente en cerdas.
Coexisten ambas cepas.

La duración de inmunidad puede alcanzar los 6 meses en reproductoras, debiendo ajustarse el protocolo vacunal según:

La situación sanitaria de la granja.
La presión de infección alrededor de la granja.
La opinión del veterinario.

VACUNACIÓN DE LECHONES

¿Es importante vacunar los lechones tras un brote por Rosalía? 

Sí. Dado que la excreción oronasal es la principal vía de diseminación del virus PRRS, la vacuna debe reducir la cantidad de virus excretado, rápida y significativamente, a los pocos días del desafío con la cepa de campo.

Si es tan importante, ¿con qué edad estarán protegidos los lechones por inmunidad vacunal?

El objetivo es reducir el período de riesgo en el que la inmunidad maternal ya no es eficaz y la inmunidad vacunal aún no se ha desarrollado.

Dependerá de dos factores:

Establecimiento de la inmunidad

Es importante que la inmunidad vacunal se establezca antes de la infección por PRRSv, lo que ocurre normalmente a las 3 semanas después de vacunar los lechones.

Esto se demuestra en animales sanos y es una razón por la que no se aconseja vacunar animales enfermos.

Interferencia de la inmunidad maternal

Es importante tener en cuenta cuándo se puede empezar la vacunación, ya que la mayoría de las vacunas están limitadas en el momento de la vacunación por la interferencia de la inmunidad maternal.

Existe la posibilidad de vacunar desde el primer día de vida, siendo en el procesamiento el momento escogido normalmente en las granjas para su aplicación. Para ello, la vacuna debe superar la interferencia de los anticuerpos maternales, alcanzar los macrófagos alveolares porcinos y multiplicarse en ellos rápidamente.

Una prueba de que la instauración de la inmunidad va por buen camino, está en si podemos detectar la cepa vacunal en los lechones con pocas sema

Los animales, tras la vacunación intramuscular con cepas vivas atenuadas, pueden excretar la cepa vacunal más de 16 semanas y, en caso de vacunación intranasal, este período es de más de 10 semanas de vida.

Precauciones adicionales a la vacunación de lechones

¿Cuál es el momento de establecer el protocolo vacunal en los lechones, tanto el principio como el final de la vacunación?

Existe un período de tiempo en el que hay una posible convivencia de la cepa vacunal con la cepa de campo en la granja y el objetivo será que solo se mantenga la cepa vacunal.

INICIO DEL PERIODO DE VACUNACIÓN

El principio del período de vacunación está definido por los primeros lechones nacidos no virémicos al PRRSv de campo, siendo importante diferenciarlo de la cepa vacunal en el momento del diagnóstico en caso de vacunación de cerdas.

Es de gran ayuda tener en cuenta el aspecto general y la viabilidad de los lechones al nacimiento para la tomar la decisión de iniciar la vacunación.

Al principio del brote aparecen gran número de lechones virémicos y existe riesgo de recombinación entre cepas de campo y vacunal PRRSv.

Esta es la segunda razón por la que está desaconsejada la vacunación de lechones enfermos.

FINAL DEL PERIODO DE VACUNACIÓN

El final del período de vacunación estará definido por el desplazamiento de la cepa de campo.

Este período es variable, dependiendo de:

La cepa de PRRSv que se trate.
Las medidas de manejo complementarias a la vacunación.
La bioseguridad en la granja.

Habrá granjas que, debido a estos factores, tienen recomendado mantener la vacunación de lechones incluso cuando no se encuentra la cepa de campo por su elevada probabilidad de rebrote.

El diagnóstico es una herramienta crucial y la PCR PRRS DIVA permite diferenciar entre ambas cepas monitorizando los progresos en el control de la enfermedad.

CONCLUSIÓN

El control de un brote de PRRS requiere un conjunto de medidas en las que todas se deben clasificar como importantes y la vacunación demuestra ser una de ellas.

El uso de una vacuna de PRRSv debe ajustarse a las características de la granja para un manejo correcto de las expectativas en los progresos sanitarios.

Así, tanto la vacunación de cerdas como de lechones aportarán beneficios.

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