No sólo en humanos se han desarrollado este tipo de pruebas, sino también en Medicina Veterinaria, principalmente en la clínica para pequeñas especies, apoyando mucho a los resultados inmediatos para el diagnóstico de varias enfermedades.
La industria porcina es una actividad de suma importancia en muchos países; sin embargo, la presencia de enfermedades y el surgimiento de otras, conlleva a la necesidad de diagnosticarlas tempranamente, para evitar lo más pronto posible su diseminación (Morilla, 2003).
La industria porcina es una actividad de suma importancia en muchos países; sin embargo, la presencia de enfermedades y el surgimiento de otras, conlleva a la necesidad de diagnosticarlas tempranamente, para evitar lo más pronto posible su diseminación (Morilla, 2003).
Hoy en día en las granjas porcícolas se ha procurado utilizar pruebas de alta sensibilidad y especificidad para analizar numerosas muestras en periodos cortos y a costos accesibles debido a que si se prolonga el tiempo para enviar los animales a rastro se elevan los costos debido al consumo de alimento y tratamientos y de igual manera se elevan los gastos en los servicios veterinarios y en el diagnóstico de laboratorio (Morilla 1999).
Las pruebas más utilizadas para la detección de enfermedades son las serológicas como la prueba de ELISA y las moleculares como la Reacción en Cadena de la Polimerasa (PCR); sin embargo para estas pruebas se requiere personal y equipos especializados, así como infraestructura, lo cual puede limitar su uso en un momento dado.
Existe un tipo de pruebas, llamadas Pruebas Rápidas, las cuales bajo ciertas circunstancias pueden ser una opción para obtener un diagnóstico en corto tiempo.
¿Qué son las pruebas rápidas?
Las pruebas rápidas o Inmunocromatografía son métodos fáciles y prácticos para la detección de antígenos por medio de un mecanismo no especializado (OIE, 2008) que determina la presencia o ausencia de una enfermedad a partir de una muestra determinada (Cabrera et al, 2013).
Son herramientas útiles para la detección de enfermedades infecciosas que pueden orientar el diagnóstico y en un momento dado iniciar el proceso de toma de decisiones para el control de la enfermedad detectada, debido a su rapidez y fácil interpretación (Akinwale et al. 2015).
¿Cuál es el principio?
La Inmunocromatografía se basa en la migración de una muestra a través de una membrana de nitrocelulosa. La muestra es añadida en la zona del conjugado, el cual está formado por un anticuerpo específico contra uno de los epítopos del antígeno a detectar y un reactivo de detección.
Si la muestra contiene el antígeno problema, éste se unirá al conjugado formando un complejo inmune y migrará a través de la membrana de nitrocelulosa, de lo contrario, migrarán el conjugado y la muestra sin unirse.
La zona de captura está formada por un segundo anticuerpo específico contra otro epítopo del antígeno. Al llegar la muestra a esta zona, los complejos formados por la unión del antígeno y conjugado quedarán retenidos y la línea se coloreará (muestras positivas). En el caso contrario las muestras son negativas.
La zona control está formada por un tercer anticuerpo que reconoce al reactivo de detección. Cuando el resto de muestra alcanza esta zona, el anticuerpo se unirá al conjugado libre que no ha quedado retenido en la zona de captura.
Esta línea es un control que el ensayo ha funcionado bien, porque se colorea siempre, independientemente si la muestra es positiva o negativa (Paz, Gaitán 2011).
En el esquema anterior la prueba que se utilizó fue para detectar dos tipos de influenza, A y B con una prueba comercial.
(A) El color verde representa el control, y colores rojo y azul representan las nano perlas. La muestra se deposita en la almohadilla de absorción para iniciar la prueba. Las perlas se conjugan con los anticuerpos de detección de influenza A y B, respectivamente. Tanto las nano perlas de color verde y la biotina se conjugan con el anticuerpo.
(B) Resultados de la prueba. Si la muestra tiene influenza tipo A, se tiñe la línea roja, y si tiene influenza tipo B, se tiñe la línea azul, pero en ambos casos, se debe teñir la línea verde, ya que nos muestra si el resultado es confiable o no (Sakurai, 2014).
Antecedentes
Anteriormente se han utilizado este tipo de pruebas en la clínica humana, para la detección de enfermedades como el Dengue en la cual la muestra utilizada es suero (Valero, 2006); también en la detección del virus de la inmunodeficiencia humana (VIH) que requiere muestras de sangre, suero o plasma o fluido oral; otra de las pruebas rápidas que se han utilizado es la de embarazo y en ésta se utiliza una muestra de suero u orina. También se han utilizado pruebas rápidas para la detección de virus de Influenza Tipo A H1N1 (Cabrera et al, 2013).
No sólo en humanos se han desarrollado este tipo de pruebas, sino también en Medicina Veterinaria, principalmente en la clínica para pequeñas especies, apoyando mucho a los resultados inmediatos para el diagnóstico de varias enfermedades.
Las pruebas rápidas que se han desarrollado han logrado detectar la Brucella canis a partir de muestra de sangre (Tuemmers et al. 2011) Ehrlichia canis con muestras de suero, plasma o sangre y el virus del Distemper canino con muestras de fluidos ocular y nasal (Materlab).
¿Para qué se utilizan?
Se utilizan con el fin de obtener un resultado rápido, inmediato y con la misma precisión que las pruebas de un laboratorio según los fabricantes de estos dispositivos.
Estas pruebas se realizan comúnmente cerca del paciente y para su uso se pueden utilizar diversos tipos de muestras, ya sea sangre entera, suero, plasma, heces, leche. Se puede utilizar como una prueba tamiz en una población de animales determinada.
Pueden ayudar a detectar antígenos y anticuerpos asociados con el diagnóstico de enfermedades infecciosas, para la cuantificación de niveles de hormonas metabólicas y para verificar la presencia de residuos de medicamentos en la leche.
¿Qué ventajas tienen las pruebas rápidas?
Pueden realizarse a una temperatura no específica. Al estar basadas en una reacción enzimática, amplifican la señal con el desarrollo de un producto de color que es fácil de observar en el contexto de la matriz de color blanco (O’Connor, 2015).
Las muestras se requieren en menor cantidad y no es necesario considerar factores de envío y conservación, ya que por ejemplo, en caso de requerir heces para la prueba, sólo es necesario utilizar un hisopo para utilizarla.
La muestra puede analizarse directamente en la granja o llevarse al laboratorio para realizarlo, el tamaño de estas pruebas es práctico y se requieren pocos materiales adicionales de bajo costo, que ya vienen incluidos en el kit.
El material que se utiliza es desechable y no es reutilizable. Estas pruebas rápidas se pueden llevar a cabo por una persona que no esté capacitada para estar en un laboratorio (Shaw, 2016).
El almacenamiento de estos productos requiere poco espacio. La metodología para su uso es fácil y se realiza en pocos pasos; asimismo la interpretación de la lectura es clara (Mitamura et al. 2013). Los resultados de las pruebas se pueden ver de 5 a 10 minutos, máximo 20, según la marca que se esté utilizando (Anigen, 2004).
Con la misma muestra, podemos obtener el diagnóstico para más de una enfermedad al mismo tiempo. Se puede realizar sin requerir la experiencia que otras pruebas diagnósticas implican.
Con estas pruebas se busca, ser más prácticos, debido a que no en cualquier lugar se puede contar con un laboratorio e incluso también para dar diagnósticos rápidos para aplicar tratamientos específicos y con rapidez (Shaw, 2016).
Cuando se emplean objetiva y apropiadamente, estas pruebas pueden resultar en una importante optimización de costos por diagnóstico y por ende en la eficiencia en el control de las enfermedades (Akinwale et al. 2015).
¿Qué desventajas tienen?
Hay que utilizar otras pruebas como el aislamiento viral para confirmar el diagnóstico y algunos autores describen, que la exactitud y especialmente la sensibilidad de estos sistemas son a veces insatisfactorias (Mitamura et al. 2013).
Con este tipo de pruebas también se puede incurrir en errores y que pudieran tener una tasa más elevada de error que las pruebas que se realizan en los laboratorios. No son pruebas cuantitativas.
Dichas pruebas se realizan únicamente como método de emergencia para facilitar la toma de decisiones, pero no para dar un diagnóstico definitivo (Shaw, 2016).
Se debe tener especial cuidado con la integridad del kit; se debe revisar que su empacado no esté dañado. Los resultados influyen de acuerdo al momento en el cual se tomó la muestra y al curso de la enfermedad. Este kit no se puede reutilizar o realizarse varias muestras con él, sólo se puede utilizar para una sola muestra de un sólo animal (Anigen, 2004).
No existen pruebas disponibles para todas las enfermedades. Cuando la muestra se traslada al laboratorio, debe preservarse correctamente.
La aplicación generalizada de este tipo de tecnologías clínicamente viables siguen sujetas a varios retos y cuestiones pendientes (Kumar et al. 2015). Se deben de emplear otras pruebas más específicas para la confirmación del diagnóstico.
¿Qué pruebas rápidas se han utilizado en cerdos?
Este tipo de pruebas principalmente se han utilizado para el diagnóstico de varias enfermedades en pequeñas especies.
En especies de producción, se han utilizado y han jugado un papel importante en la producción avícola para el diagnóstico temprano de enfermedades como influenza reportando su efectividad en la detección de influenza tipo A, siendo una herramienta útil para la vigilancia de este virus en las poblaciones aviares.
En la producción porcina ya se han realizado algunos estudios con estos métodos de diagnóstico rápido. Las enfermedades que se han diagnosticado por medio de estas pruebas son la Influenza porcina a partir de muestras de secreción nasal y han sido altamente eficiente para la detección de ésta y se ha llegado a la conclusión que son herramientas que pueden alcanzar hasta un 100% de sensibilidad con un 80% de especificidad, sin dejar de recordar que lo ideal es que vayan seguidas de una prueba confirmatoria (Sánchez et al, 2014).
En otros estudios comparativos de esta técnica contra métodos confirmatorios, reportan un rango de sensibilidad entre 47 y 92%, específicamente con respecto al cultivo celular y en otros, la especificidad comparada con el cultivo varía entre el 92 y 100%. Estas pruebas permiten la identificación del agente viral en muy corto tiempo por lo que se adaptan fácilmente a la toma de decisiones rápidas.
Estas pruebas se han utilizado para realizar un tamizaje en sistemas de producción que presentan signología respiratoria sugestiva a influenza y de esta manera determinar la presencia de la enfermedad.
Una prueba rápida se utilizó en un sistema de producción y al compararla con el aislamiento viral, mostró un 80% de sensibilidad y 100% de especificidad con relación a éste.
Una enfermedad reciente en la que se han utilizado estas pruebas, han sido en el diagnóstico de la Diarretado es el poder diferenciarla de otras enfermedades como son la Gastroenteritis transmisible y el Rotavirus porcino (Kwan et al. 2015).
Los resultados por lo general son satisfactorios y han representado una herramienta útil en la detección de estos problemas entéricos de los porcinos; sin embargo hay que recordar que lo ideal es utilizar otra prueba confirmatoria.
Las pruebas rápidas son una herramienta diagnóstica disponible; sin embargo un diagnóstico definitivo debe estar basado en otros elementos como la historia clínica, los signos, las lesiones y otras pruebas de laboratorio; así como la correcta interpretación de éstas.
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