La aparición de cojeras es una de las principales causas de sacrificio de reproductoras, ya que afecta negativamente los parámetros productivos y reproductivos. La presencia de los espolones y el sobrecrecimiento de la pezuña son las desencadenantes más frecuentes de las cojeras.
Se ha comprobado que la prevalencia de cojeras es superior en cerdas gestantes alojadas en grupo , en comparación con las alojadas en jaulas individuales. Este hecho se asocia al diseño de los corrales, que permite una movilidad a las cerdas y aumenta las probabilidad de que se lesionen.
Tinkle et al., argumentan que es posible prevenir, e incluso corregir algunas cojeras mediante el recorte funcional de las pezuñas. Los hallazgos de su estudio apoyan la teoría de que, debido a un incremento de la fuerza horizontal, cuanto más alejado se encuentra la extremidad del centro de gravedad, al tener un apoyo digital, más fácil es que resbalen.
Los autores constataron, a las 48 horas de haber hecho el recorte de pezuñas, una mejoría en la actividad locomotora, y una disminución de las cojeras.
Resaltan que es necesario realizar estudios a largo plazo para evaluar el impacto del recorte de pezuñas en la salud y longevidad de las cerdas.
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