La producción española de porcino ocupa desde los últimos años uno de los primeros puestos en el ranking de productores europeos y esto se debe, sin duda alguna, al esfuerzo del sector por ser cada vez más competitivo a través de su tecnificación.
Hay sin embargo otro elemento, el histórico, que nos situaba ya como cuidadores de piaras en tiempos previos a la llegada del Imperio Romano, para unos cerdos de capa oscura que aún hoy seguimos cuidando: nuestra producción de porcino ibérico.
Los mercados exigen una gradación de calidades y por lo tanto también de precios que el consumidor toma para elegir según su presupuesto y sus preferencias.
Por ello, el sector ibérico se ha adaptado a la producción en sistemas más intensificados que los históricamente utilizados, para seguir obteniendo productos de excelente calidad a partir del genotipo ibérico, pero con ciclos más cortos de producción y de mayor eficiencia productiva.
Esta última cuestión ha traído también la necesidad de gestionar y atender las necesidades de comportamiento que esta producción también tiene.
Es conocido que el cerdo ibérico puro es un animal gregario, activo y curioso que explora su entorno con interés. Además, es un animal semi-salvaje con características muy similares al jabalí, y es algo más agresivo que el cerdo industrial o sus cruces con el Duroc, con una gran capacidad de adaptación al entorno.
Estos autores concluyeron que los cambios en el comportamiento social positivo y negativo están altamente influenciados por el sistema de crianza y manejo del cerdo ibérico.
Un mayor número de comportamiento social negativo en condiciones intensivas podría indicar un pobre bienestar animal.
Además, estos mismos autores observaron que el tipo de crianza del cerdo ibérico no tuvo influencia alguna sobre la expresión de comportamiento exploratorio ni sobre el porcentaje de animales que expresaban reacción de pánico ante la presencia de una persona.
En esta explotación, de forma habitual, existía un problema de agresiones y peleas en la fase postdestete que producía un elevado número de lesiones en piel (Foto 1) y que evolucionaba en los siguientes 4 o 5 días hacia un problema de epidermitis exudativa y un elevado número de animales muertos en la fase posterior de transición. Ante esta situación, el personal de granja se vio obligado a cambiar el manejo diario de los lechones para la aplicación de tratamientos correspondientes, con el tiempo y el coste que esta gestión implica.
El traslado de animales del S1 a S2, la mezcla con sus congéneres hermanos y no hermanos, y el propio destete genera una respuesta de estrés en el cerdo que produce cambios emocionales, fisiológicos y de comportamiento del lechón.
La formación de nuevos grupos y el establecimiento del nuevo orden jerárquico de los animales dentro de la corralina en el momento del destete favorece las peleas entre individuos dando lugar a un aumento de las lesiones en piel que evolucionan con una alta probabilidad a epidermitis exudativa.
En el estudio, el destete se llevó a cabo a los 28 días de vida y, en ese momento, se empezaron a aplicar dos estrategias como resultado de la combinación de cambios en el manejo de animales (tamaño de grupo de individuos) y aplicación de soluciones tipo aerosol de uso químico (Tabla 1).
Una tercera estrategia fue el uso de BehavePro® a 3 kg por Tn de pienso administrado al lechón desde día 7 de vida hasta 4 días tras el destete en corralinas de tamaño de grupo grande (75-100 animales/corralina).
Las dimensiones y características (número de bebederos, comederos, material de enriquecimiento) de la corralina del estudio era proporcional al tamaño de grupo de individuos alojados en la misma.
El conteo de lesiones frescas en piel se realizó en cada uno de los animales destetado y alojado en las corralinas de transición a las 24 horas tras la mezcla de animales. La evaluación de las lesiones en piel se realizó siguiendo el protocolo de Welfare Quality® (2009) adaptado a lechones en transición.
Los resultados del número medio de lesiones en piel por región y en el cuerpo entero son mostrados en la Tabla 2. El efecto de la estrategia sobre el número de lesiones fue más evidente en la región frontal y oreja (P< 0,001) seguida de la región media (P = 0,008) y por último, de la región trasera (P=0,026) indicando que las lesiones fueron generadas principalmente por peleas frontales entre individuos seguido por las mordidas, golpes y montas.
El grupo de lechones alimentado con BehavePro® presentó un menor número de lesiones, tanto si miramos el animal por completo, como en la región frontal y la oreja y la región media (P≤0,001), que cualquiera de los dos grupos de lechones alimentados con la dieta sin BehavePro®.
Si analizamos los mismos resultados cuantificando el número de animales que presentaron un número de arañazos frescos determinados según la siguiente categorización: menos de 5 lesiones, entre 5 y 10 lesiones y más de 10 lesiones, se observó que reduciendo el tamaño de grupo (correspondiente a grupos reducidos con similar densidad) hubo un menor porcentaje de lechones con mayor número de lesiones en la piel en el cuerpo completo (4,7 vs. 8,9% lechones con más de 10 lesiones; 67,1 vs. 77,8% de lechones con entre 5 y 10 lesiones).
Por tanto, el uso de BehavePro® en maternidad, desde los 7 días de vida hasta los 4 días postdestete, y en grupos grandes durante la transición tuvo mayor impacto sobre la reducción de lesiones en piel en todas las regiones del cuerpo del individuo que la reducción del tamaño de grupo de la corralina. |
Estos animales se siguieron en fase de cebo, sin alterar la jerarquía social del grupo, para ver el comportamiento social de dichos animales. En esta granja, por manejo, los animales se mezclan varias veces en la fase de cebo y en algunas ocasiones aparecen mordeduras de cola (Foto 2).
Por cuestiones de falta de tiempo necesario para la organización de una prueba con el rigor técnico necesario, no hubo oportunidad de hacer mediciones. Sin embargo, el testimonio del granjero con los lotes alimentados con BehavePro® fue:
“Los animales alimentados con BehavePro® durante la lactación y postdestete mostraron las colas intactas en el cebadero”
En este estudio no se observó un problema severo de epidermitis exudativa y tampoco se cuantificó la disminución de crecimiento por falta de bienestar debido a la imposibilidad de hacer un seguimiento adecuado de los animales tratados hasta salida a matadero.
En esta prueba hemos podido observar que el uso del producto BehavePro® ha ayudado a alcanzar el objetivo buscado en el momento necesario. Esta experiencia se suma a otras similares en las que también se ha buscado el reducir la incidencia de las lesiones generadas por las peleas que la re-jerarquización de los nuevos grupos de animales pueda ocasionar.
En esta fase hemos de contar, también, con otros elementos estresores como son la separación de la madre, la dispensación del alimento o los nuevos habitáculos.
A este respecto, la producción de cerdo ibérico que ha sido adaptada para atender la demanda de los mercados también adolece de estos inconvenientes que restan bienestar a nuestros animales y productividad a nuestras explotaciones de capa oscura.
El poder contar con herramientas como BehavePro® que pueden ayudar a reducir el menoscabo de productividad y bienestar es una manera más de mejorar el bienestar animal en nuestras granjas porcinas de cerdo ibérico. |