La invasión por parte de Rusia a Ucrania ha convulsionado los mercados de casi todas las commodities. Las primeras repercusiones del conflicto se vieron inmediatamente después de que la noticia del ataque se expanda por el globo. Ambos países son jugadores muy importantes en el mercado mundial de granos. Es esperable entonces, que el sector agropecuario sienta los efectos del conflicto.
El mercado es impredecible. Mas aún en momentos de tanta incertidumbre como el actual. Sin embargo, los especialistas coinciden en que la tendencia será alcista para las commodities agrícolas.
Las exportaciones de trigo por vía marítima se encuentran afectadas, y las primas de los seguros han subido en consecuencia. Como respuesta a esta incertidumbre, los países importadores están evaluando otras opciones, dada la importancia del cereal en la pirámide nutricional.
“Habrá un gran impacto con respecto a los precios del trigo y los precios del pan para la gente común” fueron las palabras de Ngozi Okonjo-Iweala, director de la Organización Mundial del Comercio.
Ucrania se posiciona como el 4 exportador mundial de maíz. Sus principales compradores son los países del norte de África y Medio Oriente. El precio de los futuros del cereal subieron un 2,7% el día posterior al ataque Ruso, un aumento muy importante si se considera que se dio en tan solo un día. El precio del disponible, así como sus futuros, acumulan al día de hoy 7 jornadas consecutivas de subas en el CBOT (Chicago Board of Trade).
La soja se movió en la misma dirección, y el 25 de febrero tocó su precio máximo desde septiembre de 2012: La posición marzo 2022 en el CBOT escaló a US$ 604, un 3,4% más que la jornada anterior.
El sector cárnico sigue con atención y preocupación estas subas en las commodities, dado el impacto que éstas tienen en la rentabilidad del negocio. Las nuevas subas derivadas del conflicto bélico, profundizan un problema ya existente: el aumento de los costos de producción, que en la mayoría de los casos, no es compensado con una suba del precio de venta del producto.
Para muchos productos agropecuarios (carnes y leches, por ej.), la atomización de la oferta es mayor que la de la demanda. Esto genera que los aumentos en los costes de producción no se puedan cargar al precio de venta en el corto o mediano plazo. Como consecuencia, los productores deben resignar rentabilidad.
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