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Sistema de nidos, un espacio; 2 climas. Ahorro en calefacción y mejora del confort térmico de los lechones

En los últimos años, aunque el número de lechones nacidos vivos por madre se incrementa, también el número de bajas en los destetes (precebos) se ha incrementado. Todo debería tender hacia una mejora, pero nos damos cuenta de que el hecho de tener que ser más restrictivos con los antibióticos en la cría pone de manifiesto que ciertas instalaciones en dicha fase no presentan la calidad mínima para que los lechones puedan mantener el confort ambiental que es necesario. Los incrementos en tema de costes energéticos tampoco ayudan.

Los lechones pasan en pocas semanas de los 37º al nacer y de su contacto con la madre a estar en grandes espacios solo con sus congéneres.  En ese punto se les debe proporcionar una temperatura ideal de entre 27/29º y que debe disminuir durante las siguientes semanas. Como hemos dicho, los grandes espacios representan un hándicap puesto que el consumo de energía para mantener esos niveles de temperatura es realmente alto y costoso. Por otro lado, tanto por un factor de renovación de aire como por las corrientes convectivas generadas por los propios animales, los lechones quedan muy desprotegidos y expuestos a dichas corrientes de aire y a las caídas de temperatura que solo van a propiciar que enfermen, produciendo bajas y retrasos en la ganancia de peso.

La especie porcina, una especie de naturaleza nidificadora 

Por otro lado, es conocido que la especie porcina es de carácter nidificador, las madres en espacios naturales hacen nidos para parir.  Los días anteriores al parto pueden llegar a mover hasta 250 kg de material para construirlos.  En el momento del parto y durante las primeras horas no se utiliza, aunque la madre pare justo al lado. Pasadas unas horas los lechones ya buscan el confort de los nidos.  Esto en las maternidades tecnificadas de hoy en día es algo superado y todos sabemos de sus ventajas en ganancia de peso y bienestar para los lechones recién nacidos.

 

 

Los sistemas de nidales regulables, una gran solución para los corrales de precebo

Pues siguiendo este hilo conductor nos encontramos que una buena solución para los corrales de precebo es la colocación de sistemas de nidales regulables. Estos nidos servirán de protección mientras el lechón crece, se fortalece y sus necesidades de confort disminuyen.  Conseguimos mejores resultados de peso puesto que la posibilidad de caer enfermos disminuye.  Es lo que denominamos dos climas en un espacio, los propios lechones impulsan que la temperatura en el interior de los nidos aumente debido a su propia generación de calor.  Ese calor no se pierde, el nido logra contenerlo debido a que actúa como una campana de retención. El ahorro de energía puede ser de algo más de un 20%.

Los nidales deben ser regulables en altura y tener una visera de 12-14 cm para permitir la renovación del aire, pero también que actúe el efecto campana que conserva el calor generado por los lechones.  La regulación de la altura del nido nos permitirá ajustar nivel conforme al crecimiento del lechón.  Lo más destacable de los nidos comunales para lechones es que pueden incorporar de manera integrada unas lámparas infrarrojas.

¿Cómo debemos trabajar las lámparas infrarrojas?

Las lámparas infrarrojas deben regularse mediante un control de clima y una temperatura de consigna, es la mejor manera de economizar su consumo. Por último, debemos recomendar que la otra zona de riesgo que es la zona de los slats, debe cubrirse para evitar las corrientes convectivas que ascienden de la fosa puedan resfriar a los lechones, aconsejamos colocar unos slats ciegos o bien una loneta resistente y removible. Vamos a ahorrar en calefacción durante la etapa de destete garantizando el confort térmico de los lechones creando dos ambientes en la etapa de destete definiendo una zona de nido y una zona exterior.


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