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STREPTOCOCCUS SUIS: LESIONES MACROSCÓPICAS, MICROSCÓPICAS Y SITIOS IDEALES DE TOMA DE MUESTRAS PARA EL DIAGNÓSTICO DEFINITIVO

Escrito por: Aline de Marco Viott , Amália Ferronato , Ângela Rocio Poveda Parra , Manoela Marchezan Piva - Universidade Federal do Rio Grande do Sul (UFRGS), Brasil

Streptococcus suis es una bacteria comensal del tracto respiratorio superior de los cerdos, que en los últimos años ha causado importantes pérdidas económicas en toda la cadena de producción porcina brasileña, europea y norteamericana. La infección con enfermedad clínica ocurre principalmente en cerdos en las fases de cría y maternidad, y eventualmente en animales de acabado.

Diversos factores de riesgo pueden predisponer a los cerdos a la infección, comprometiendo las barreras inmunitarias y creando condiciones favorables para la proliferación de la bacteria. Como resultado, se desarrolla una enfermedad inflamatoria sistémica, normalmente caracterizada por meningoencefalitis, poliartritis, poliserositis fibrinosupurativa, neumonía intersticial y endocarditis valvular.

El diagnóstico definitivo de S. suis debe basarse en la asociación entre las lesiones anatomopatológicas y el aislamiento bacteriano de los tejidos afectados. Tras el aislamiento, la confirmación y el serotipado pueden realizarse mediante la reacción en cadena de la polimerasa (PCR).

Este estudio tiene como objetivo abordar los aspectos clínicos, necroscópicos e histopatológicos de la infección por S. suis, así como demostrar los principales sitios de recolección para el diagnóstico, a partir de investigaciones en curso realizadas en granjas de la región occidental de Paraná y Santa Catarina, sur de Brasil.

Principales signos clínicos

En las primeras fases de la infección, los cerdos muestran signos inespecíficos como apatía, hipertermia, pelo desgreñado e hiperemia cutánea (Figura 1). A medida que la enfermedad progresa, aparecen manifestaciones clínicas locomotoras, como agrandamiento de las articulaciones, cojera y renuencia a moverse. Además, pueden observarse signos neurológicos, como decúbito lateral, opistótono, pedaleo, convulsiones y nistagmo.

Al tratarse de una enfermedad inflamatoria sistémica, la serosa y el endocardio pueden verse afectados, y algunos animales pueden desarrollar dificultades respiratorias asociadas a neumonía, pleuritis y endocarditis. La mortalidad suele producirse en las fases aguda y subaguda de la infección. Sin embargo, los lechones pueden morir por shock séptico hiperagudo. Otros pueden desarrollar una plexocoroiditis crónica que provoca hidrocefalia. En estos casos, los signos clínicos se diferencian y se caracterizan por incoordinación, desorientación y ataxia.

Hallazgos macroscópicos y microscópicos streptococcus

Se realizaron visitas técnicas a granjas independientes e integradas en los estados de Paraná y Santa Catarina para recoger información sobre las condiciones de la granja y de los animales, describir las lesiones observadas y tomar muestras para su evaluación en laboratorio. En total, 67 cerdos con sospecha de estreptococias fueron sometidos a evaluación necroscópica e histopatológica, con toma de muestras para aislamiento bacteriano y confirmación molecular.

Durante la necropsia, se observaron lesiones externas principalmente en los casos de septicemia, caracterizadas por hiperemia y necrosis cutánea, sobre todo en las extremidades, como el hocico, las orejas y la cola. S. suis ataca principalmente órganos internos, como el sistema nervioso central, las articulaciones, el corazón, los pulmones, el bazo, el hígado y la serosa.

Macroscópicamente, se identificó meningitis fibrinosupurativa en 51 lechones (51/67), caracterizada por la acumulación de exudado inflamatorio opaco de color blanco amarillento en la superficie del cerebro (Figura 2). Histológicamente, esta alteración se caracteriza por un infiltrado inflamatorio predominantemente neutrofílico asociado a la deposición de fibrina, expandiendo el espacio submeníngeo (meningitis fibrinosupurativa) (Figura 3).

 

Debido a su proximidad al parénquima nervioso, el proceso inflamatorio suele extenderse, dando lugar a encefalitis, plexocoroiditis (Figura 4) y ventriculitis. En algunos casos, pueden observarse grupos de cocos de S. suis invadiendo la pared de los vasos sanguíneos y el tejido nervioso adyacente, como demuestra la tinción histoquímica de Gram (Brown-Brenn) (Figura 5).

Dieciséis animales (16/67) sólo presentaban enrojecimiento difuso del cerebro, con evidencia de vasos sanguíneos meníngeos y manchas hemorrágicas, caracterizando la hiperemia (Figura 6).

La alteración más frecuente fue la artritis fibrinosupurativa (56/67) (Figura 7). El análisis histopatológico mostró una afluencia de neutrófilos asociada al depósito de fibrina en la membrana sinovial (Figura 8). A medida que la artritis progresaba, se identificaron diferentes estadios de inflamación: agudo, subagudo y crónico; lo que condujo a un cambio en el perfil inflamatorio tisular, que se hizo más mononuclear a medida que la lesión se cronificaba.

Se observaron con frecuencia afecciones inflamatorias supurativas y fibrinosas que afectaban a la serosa, como pleuritis (17/67) (Figura 9), pericarditis (15/67) (Figura 10) y peritonitis (15/67) (Figura 11). La función de la serosa es recubrir las superficies de los órganos cavitarios y, desde el punto de vista histológico, la inflamación se caracteriza por una acumulación de infiltrado neutrófilo y fibrina. A medida que el proceso inflamatorio se cronifica, hay proliferación de tejido fibroso y formación de adherencias cavitarias, comprometiendo la función de los órganos implicados.

Debido a la bacteriemia implicada, los émbolos cargados de bacterias pueden desprenderse y alojarse en las válvulas cardiacas, especialmente en la válvula auriculoventricular izquierda. En este estudio, entre los 67 animales evaluados, sólo se observaron cuatro casos de endocarditis (Figura 12).

Se identificaron casos de neumonía intersticial con edema interlobular en 10 animales (10/67) (Figura 13). El patrón intersticial en estos casos puede explicarse por la naturaleza septicémica de la estreptococias, que conduce a la descarga de exotoxinas bacterianas y citocinas inflamatorias intravascularmente, y genera infamación sistémica y edema debido al aumento de la permeabilidad de los vasos.

Debido a la septicemia causada por S. suis, se observó agrandamiento de órganos como el bazo (44/67), los ganglios linfáticos (18/67) y el hígado (9/67). En la necropsia, muchos casos hiperagudos sólo mostraron esplenomegalia como principal hallazgo macroscópico (Figura 14). Histológicamente, en los órganos linfoides es posible identificar una afluencia de neutrófilos que son drenados por las vías linfáticas, a menudo acompañados de fibrina. En el parénquima hepático, la presencia de neutrófilos en los sinusoides hepáticos es indicativa de septicemia.

Sitios de muestreo ideales para el diagnóstico bacteriológico y molecular

El aislamiento de S. suis es esencial para confirmar el diagnóstico de la enfermedad, permitiendo la serotipificación, la realización de antibiogramas y la determinación de la concentración inhibitoria mínima (CIM), que son ideales para el tratamiento de las manadas afectadas. Sin embargo, no existe un consenso universal sobre los mejores lugares de recogida.

En este estudio, se estandarizaron las recolecciones para el aislamiento bacteriano de los siguientes sitios: meninges, líquido cefalorraquídeo (cuando era viable sin contaminación sanguínea), articulaciones, hígado, bazo, inflamaciones pleurales, pericárdicas y peritoneales (cuando estaban presentes) y endocardio (en casos de endocarditis).

Tras incubarlas en agar sangre de oveja al 5% a 37ºC durante 24 a 48 horas, las colonias características de S. suis (Figura 15) se almacenaron en BHI + 15% de glicerol para su posterior PCR.

Figura 15. Cultivo de Streptococcus suis en agar sangre de oveja al 5%. Se observan pequeñas colonias alfa-hemolíticas, transparentes y brillantes.

De los 67 animales necropsiados, se detectó el aislamiento de S. suis en las meninges de 33 cerdos. En total, se obtuvieron 27 muestras de líquido cefalorraquídeo, de las que 11 fueron positivas. En cuanto a las articulaciones, se recogieron 64 muestras de frotis o de líquido articular, con 23 aislamientos positivos. En cuanto a los derrames, se obtuvieron 36 muestras de hidropericardio o pericarditis, con 14 aislamientos. Del peritoneo se analizaron 17 muestras, con 5 aislamientos positivos. En la pleura, se recogieron 14 muestras, con 4 aislamientos.  En cuanto a los órganos, se obtuvieron 8 y 7 aislamientos de 64 muestras de hígado y bazo, respectivamente. Por último, en el endocardio, las 4 muestras recogidas mostraron aislamiento de S. suis.

Los resultados del aislamiento pueden verse influidos por el estadio clínico del animal. Los cerdos con un curso crónico de la enfermedad no son ideales para la recogida con fines de aislamiento, ya que el agente bacteriano a menudo ya no está presente en los lugares de la lesión.

Hasta ahora, en nuestro estudio se ha observado que, en relación con el uso de antibióticos en el tratamiento de los animales, no existe una relación estadística en la diferencia de recogida de animales tratados y no tratados. Esto puede deberse al uso excesivo de los antibióticos utilizados habitualmente para tratar las estreptococias, que habitualmente presentan un perfil de resistencia a los antimicrobianos.

Consideraciones finales streptococcus

La estreptococia porcina es una enfermedad inflamatoria sistémica con elevada mortalidad en los casos agudos y secuelas en las formas crónicas. El estudio demostró que las principales lesiones son la meningitis fibrinosupurativa, la artritis y la serositis, que a menudo se presentan simultáneamente, lo que pone de manifiesto el impacto económico y productivo de la enfermedad.

En cuanto al aislamiento bacteriano, se observó que las muestras procedentes de las meninges, las articulaciones y los derrames inflamatorios son los lugares más adecuados para diagnosticar S. suis. Además, hasta la fecha no se ha demostrado la influencia del tratamiento antibiótico previo en el campo sobre la tasa de aislamiento.

Un conocimiento detallado de la enfermedad es esencial para la adopción de medidas preventivas eficaces, como la bioseguridad, un control estricto del uso de antimicrobianos y una gestión adecuada de la piara, con el fin de minimizar las pérdidas económicas y garantizar la salud y el bienestar de los cerdos.

Referencias bibliográficas

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