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Supervivencia del lechón: estrategias para reducir la mortalidad pre destete (parte 2 de 2)

La hiperprolificidad en cerdas ha sido un objetivo clave en la industria porcina, con un énfasis particular en el aumento del tamaño de las camadas. Actualmente, las cerdas danesas pueden producir un promedio de 16,9 lechones nacidos vivos por camada, lo que excede la capacidad de amamantamiento disponible (N° de tetas).

Por lo que esta mejora en la prolificidad conlleva ciertos desafíos:

El tamaño de los lechones de camadas grandes se ve afectado en el útero, porque hay una mayor competencia por los recursos disponibles. Por otro lado, el requerimiento energético durante el parto se ve incrementado por el mayor número de lechones, pudiendo generar agotamiento en la cerda y como consecuencia aumentar la duración del parto y los mortinatos por hipoxia.

Esto significa que, a pesar de un mayor número de lechones producidos, los lechones nacidos vivos tienen más probabilidades de ser relativamente pequeños, subdesarrollados y con mayor riesgo de mortalidad.

Inducción del parto hiperprolificidad

La inducción del parto se ha implementado para facilitar el nacimiento de los lechones en horarios supervisados, reduciendo la mortalidad neonatal mediante la asistencia oportuna.

No obstante, si no se programa adecuadamente, esta práctica puede incrementar la tasa de mortinatos y afectar negativamente la viabilidad de los lechones.

Los lechones prematuros nacidos como resultado de la inducción del parto en un momento inadecuado nacen más livianos y tienen una ganancia diaria promedio menor que los nacidos de cerdas no inducidas. hiperprolificidad

Transición al parto

El proceso de parto puede ser desafiante tanto para la cerda como para los lechones. Factores como la paridad, la nutrición y el ambiente influyen en el éxito del parto. Tradicionalmente, la gestación y la lactancia se han estudiado como fases separadas, pero investigaciones recientes han identificado la fase de transición entre ambas como un período crítico.

Estudios han demostrado que el tiempo transcurrido desde la última comida hasta el inicio del parto influye en la duración del mismo. Una ingesta insuficiente de energía antes del parto puede prolongar el proceso, reduciendo la viabilidad de los lechones debido a la hipoxia perinatal.

Se ha documentado una relación entre el tiempo desde la última comida hasta el inicio del parto y la duración del parto. Específicamente, la duración del parto fue de 3,8 ± 1,5 h, si el parto comenzó dentro de las 3,1 ± 0,34 h de la última comida.

Sin embargo, si el parto comenzó más de 3,13 h después de la última toma, hubo una disminución en las concentraciones de glucosa arterial y un aumento en la duración del parto a 9,3 h si el parto comenzó 8 h después de la última toma.

La prolongación de la duración de los partos aumenta la incidencia y el grado de eventos hipóxicos que experimentan los lechones. La hipoxia ralentiza las respuestas de los lechones a su entorno, aumenta la posibilidad de que la cerda los supere y/o reduce su capacidad de competir por suficiente calostro y leche, lo que reduce sus posibilidades de supervivencia.

Estrategias de manejo para mejorar la supervivencia de los lechones:

Dietas específicas para cada cerda

El manejo nutricional durante la gestación y lactancia influye en la viabilidad de los lechones. Existen tres fases críticas en la alimentación de las cerdas gestantes: temprana (días 1-28), media (días 29-84) y tardía (días 85-115). hiperprolificidad

Tradicionalmente se considera que la transición de la gestación a la lactancia ocurre después del parto de la cerda; sin embargo, investigaciones recientes han dado más importancia al período previo al parto como parte del período de transición para preparar a la cerda para que esté en un estado de energía positivo antes del parto.

El parto requiere grandes cantidades de energía, pero las cerdas consumen poco o nada de alimento inmediatamente antes o durante el parto.

Otro factor que condiciona el parto es el tono muscular. Un tono muscular débil reduce la eficacia de las contracciones musculares, y una disminución en los niveles de calcio en sangre puede resultar en una concentración calcio insuficiente para la contracción miometrial óptima, dando lugar a la expulsión tardía de los lechones.

Un déficit de calcio también puede reducir la eficacia de la oxitocina endógena y exógena, que también puede perjudicar las contracciones miometriales.

Existen informes de que la suplementación de calcio reduce las tasas de mortinatos, presumiblemente al reducir la duración del parto.

Un método para aumentar la movilización de calcio del hueso y la absorción del intestino es mediante la manipulación de las diferencias de cationes-aniones en la dieta (DCAD). Las dietas de transición con DCAD negativa se utilizan ampliamente en la industria lechera para aumentar la producción de leche y reducir la aparición de hipocalcemia posparto.

Las dietas con DCAD negativa contienen mayores cantidades de iones cargados negativamente que, cuando se absorben en la sangre, causan una acidemia leve que promueve la sensibilidad paratiroidea y una mayor movilización de calcio del hueso, una mayor activación renal de la vitamina D y una mayor absorción de calcio del tracto intestinal.

Intervenciones en el parto hiperprolificidad

La supervisión del parto es una herramienta fundamental para mejorar la supervivencia neonatal, pero su implementación enfrenta barreras debido a la disponibilidad de personal. Tecnologías emergentes, como sensores de movimiento y cámaras térmicas, podrían facilitar la detección de problemas durante el parto sin aumentar significativamente los costos laborales. Estas herramientas permitirían intervenciones oportunas, como la asistencia manual en el parto, el secado y la reanimación de lechones para evitar la hipotermia y mejorar su tasa de supervivencia.

Manejo en las primeras 24 horas postparto hiperprolificidad

El acceso al calostro es esencial para la viabilidad neonatal. Prácticas como la crianza cruzada y el amamantamiento dividido han demostrado ser eficaces para mejorar el acceso de los lechones más pequeños a la leche materna.

La crianza cruzada permite equilibrar la cantidad de lechones por camada, mientras que el amamantamiento dividido optimiza el consumo de calostro en camadas numerosas.

Sin embargo, un tercio de las cerdas no producen suficiente calostro para satisfacer las necesidades de todos sus lechones (250 g por lechón). Es crucial continuar investigando estrategias de manejo para maximizar el consumo de calostro y mejorar la viabilidad neonatal. Además, técnicas innovadoras, como la administración de líquidos tibios para tratar la hipotermia en lechones, podrían representar un avance en la reducción de la mortalidad temprana.

Los estudios sugieren que los lechones de baja viabilidad y RCIU tienen una función intestinal subdesarrollada, lo que potencialmente perjudica su capacidad para digerir el calostro y los productos complementarios de manera eficiente. hiperprolificidad

Si el intestino está dañado, independientemente de la cantidad de calostro o energía suministrada, la absorción de nutrientes e inmunoglobulinas del intestino se verá reducida. El desarrollo de un producto complementario que no solo proporcione energía, sino que también mejore la función intestinal de los lechones sería beneficioso.

En conclusión, la selección para camadas más numerosas ha generado desafíos significativos en la supervivencia de los lechones, lo que requiere la implementación de estrategias de manejo efectivas.

La optimización de la nutrición de las cerdas, la mejora en la supervisión del parto y el manejo cuidadoso de los lechones en las primeras horas de vida son esenciales para reducir la mortalidad neonatal y mejorar la productividad general de la industria porcina.

bibliografía

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