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Tras las huellas del Chato Murciano – Características productivas

Escrito por: Ángel Poto Remacha - Instituto Murciano de Investigación y Desarrollo Agrario y Medio Ambiente , Begoña Peinado Ramón - Instituto Murciano de Investigación y Desarrollo Agrario y Medio Ambiente , Laura Almela Veracruz - Instituto Murciano de Investigación y Desarrollo Agrario y Medio Ambiente , Sonia Galán Arnaldos - Instituto Murciano de Investigación y Desarrollo Agrario y Medio Ambiente
El cerdo Chato Murciano apareció a principios del siglo XX para satisfacer la demanda de la incipiente industria chacinera que se desarrollaba en Murcia y que con las razas disponibles en ese momento no se cubría, dado que tenían camadas poco numerosas (5-6 lechones por parto), lactaciones cercanas a los dos meses y lechones que alcanzaban escasamente los 10 kg de peso.

A esto se suma el hecho de que los cerdos del tronco Ibérico de los que desciende el Chato Murciano tenían un crecimiento muy lento y un índice de conversión alto debido a varios factores:

La genética propia de animales no sometidos a programas de mejora.

Falta de precocidad productiva y reproductiva, alcanzando la pubertad cerca de los 10 meses de edad.

Manejo deficiente.

Alimentación basada, principalmente, en el pastoreo y ausencia de alimentación racionada.

Ausencia de programas sanitarios coherentes.

Esta situación suponía que el tiempo de crecimiento y cebo se prolongaba más allá de los 24 meses, llegando los antecesores del Chato Murciano al sacrificio por encima de los 160 kg de peso, con poco magro y mucha grasa infiltrada (subcutánea y cavitaria).

Los cruces realizados con estos cerdos dieron lugar al cerdo Chato Murciano que terminó superando los parámetros productivos de sus ancestros locales, con animales que empezaron a adaptarse a los requerimientos industriales y a las necesidades de la población que demandaba más proteína y menos grasa.

 

En la actualidad, el Chato Murciano no alcanza las cotas productivas de los modernos genotipos porcinos, pero, gracias a la calidad de sus carnes, sí se ajusta a los estándares de producto diferenciado, cumpliendo con los estándares de sostenibilidad económica y, por su baja densidad, también con los de sostenibilidad medioambiental.

 

CONFORMACIÓN MORFOLÓGICA DEL CHATO MURCIANO

La conformación morfológica del cerdo Chato Murciano es la heredada de las razas ancestrales que lo formaron, siendo su perfil ultracóncavo y orejas erectas características transmitidas por los cerdos de raza Berkshire y Middle White.

La presencia del prognatismo inferior acusado hace que tenga[registrados] la lengua fuera cuando está en posiciones de descanso. La papada abundante, propia del cerdo blanco inglés, resulta en un cuello voluminoso en toda su extensión.

Por su parte, el pecho ancho, el tórax con presencia de las siluetas del costillar, el lomo ancho y la grupa voluminosa son la clave de los productos cárnicos diferenciados que se obtienen de esta raza, lo que aumenta con una longitud de las extremidades que recuerdan al tronco Ibérico en el largo de los jamones, aunque no en lo ancho.

PARÁMETROS REPRODUCTIVOS Y PRODUCTIVOS DEL CHATO MURCIANO

Los estudios realizados sobre el Chato Murciano indican que las reproductoras alcanzan la pubertad sobre los 7 meses de edad, con casos que pueden llegar a los 8 meses, produciéndose el primer parto cercano al año de edad.

PROLIFICIDAD

El número de lechones paridos supera a los de la raza primitiva, un éxito para los principios del siglo XX, pero en la actualidad también está muy por debajo de los parámetros reproductivos de las cerdas muy mejoradas.

El promedio global de lechones nacidos se encuentra en 7,58, mientras que los nacidos vivos se sitúan en 6,66 y los nacidos muertos en 0,92.

Los lechones fallecidos durante el periodo de lactancia se aproximan a 1, por lo que el número de destetados es muy bajo respecto a lo que producen las cerdas comerciales.

Se han realizado estudios cruzando genotipos diferentes con esta raza, sobre todo en el proceso de recuperación numérica de reproductoras en cruces por absorción del cerdo Chato Murciano, en un intento de disminuir la consanguinidad.

En estos casos, la prolificidad ha aumentado en un promedio de 1,5 lechones, siendo frecuentes los partos de más de 10 lechones.

PESO AL NACIMIENTO

Los pesos al nacimiento varían según el tamaño de la camada:

1,37 kg en camadas con menos de 10 lechones/parto

1,3 kg en camadas con más de 10 lechones/parto

Cabe destacar que los pesos mínimos pueden alcanzar cifras de 0,9 kg y son los que llegan al destete con grandes dificultades, generalmente afectados por genes deletéreos consecuencia de la consanguinidad.

PESO AL DESTETE

El destete se realiza entre los 25 y 35 días de edad, siendo el peso promedio de los lechones destetados 5,9 kg cuando se les apoya con pienso de iniciación a la semana de vida, momento en el que empiezan a ingerir los primeros bocados de alimento sólido.

INTERVALO DESTETE-CUBRICIÓN

Tras el destete, las reproductoras retornan al celo antes de los 7 días, por lo que pueden obtenerse más de 2 partos/año/reproductora, recurriéndose a la inseminación artificial para obtener las gestaciones.

INSEMINACIÓN

En las escasas granjas del cerdo Chato Murciano se tienen verracos entrenados para la extracción de semen, realizándose una o dos extracciones cada semana para que, con semen diluido, se pueda servir a las más de 250 reproductoras que componen el censo total de la raza.

El número total de espermatozoides por eyaculado se sitúa en promedio de 60 x 109 con lo que se preparan 24 dosis seminales.

Actualmente, se empieza a preparar mayor número de dosis, dado que los nuevos métodos de inseminación artificial intrauterina permiten disminuir el número de espermatozoides por dosis.

Normalmente se realizan dos inseminaciones artificiales separadas por un intervalo de 12 horas durante el celo de la reproductora, con lo que se asegura la fertilidad.

GANANCIA MEDIA DIARIA Y PESO AL SACRIFICIO

Cuando se inicia el periodo de crecimiento, los cerdos son alimentados con piensos que cumplen con todos los requisitos para cubrir todas sus necesidades.

Se han realizado estudios para conocer la respuesta del Chato Murciano al manejo en sistemas intensivos y extensivos, teniendo siempre en cuenta las normas de bienestar animal.

INTENSIVO

En un primer caso, se tuvo a los cerdos alojados en un sistema intensivo (8 cerdos/corral) con alimentación ad libitum, consiguiéndose una ganancia media diaria de 466 g, alcanzando los 97 kg en ocho meses.

Se apreciaron diferencias con respecto a un grupo de cerdos de raza Chato Murciano criados y cebados en un sistema extensivo en parcela superior a los 4.000 m2 para 100 cerdos.

Este grupo alcanzó los 113,5 kg a los ocho meses de edad y la ganancia media diaria se situó en 606 g/día en promedio.

En ambos casos, los pesos de sacrificio estuvieron por encima de los 125 kg después de los diez meses de vida dado que, aunque continúan creciendo, este proceso ocurre más lentamente.

A la vista de estos resultados, el Chato Murciano rinde bien en los sistemas con influencia de las condiciones medioambientales de la zona, donde pueden expresar todos los mecanismos adaptativos del porcino, siendo animales dependientes del ambiente que se muestran agradecidos cuanto mejor es la situación de bienestar animal.

Por el contrario, los cerdos cruzados de cerdo Chato con otras razas utilizadas actualmente en la producción porcina, como el Largue White o el Duroc, presentan ventajas productivas con crecimientos más acelerados que los de raza pura.

Los estudios llevados a cabo sobre la influencia de la temperatura ambiental sobre el crecimiento del Chato Murciano ponen de manifiesto la gran resiliencia de esta raza, siendo capaz de producir en circunstancias adversas.

Cuando la temperatura empieza a subir en las épocas estivales, la ganancia media diaria se ralentiza hasta que la capacidad adaptativa del animal hace que retorne a valores normales a los pocos días. No obstante, es más difícil conseguir gestaciones en los meses de verano, igual que ocurre con las demás razas porcinas producidas en Murcia.

GRASA SUBCUTÁNEA

En el Chato Murciano, el depósito de grasa subcutánea aumenta paralelamente al peso vivo, llegando el espesor de tocino dorsal a los 40 mm, incluso más si se mide a nivel de primera vértebra cervical, sin llegar a los depósitos grasos de otras razas autóctonas, lo que indica una buena infiltración de grasa intramuscular.

En los cerdos de tipo rústico, como el Chato Murciano, esta deposición de grasa:

Ofrece protección frente al frío.

Es una buena reserva de energía.

Dota a estos animales de una mayor resistencia a la escasez de agua porque la metabolización de la grasa conlleva la liberación de agua.

Protege a las vísceras más delicadas frente a los golpes y peleas que puedan ocurrir en libertad, ejerciendo el panículo graso subcutáneo de colchón frente a los golpes del macho en la monta o en las peleas.

La presencia de 12 a 14 pezones funcionales en la cadena mamaria y las particulares características productivas y cárnicas del Chato Murciano hacen de esta raza un recurso genético importante y, como se ha comentado, muy diferenciado.

Tras las huellas del Chato Murciano – Orígenes

Tras las huellas del cerdo Chato Murciano – Calidad de la canal y de la carne

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