El virus de la Peste Porcina Africana (VPPA) entró por primera vez en la Península Ibérica en 1957 desde el África Subsahariana, donde permanece endémico desde su origen.
Los cientos de virus aislados a día de hoy se pueden clasificar en 23 genotipos distintos, reflejando la enorme variabilidad genética que el VPPA ha sufrido desde su origen.
El VPPA es capaz de infectar no solo a cerdos domésticos y a jabalíes provocando enfermedad, sino que en determinadas zonas de África se mantiene de forma persistente en un ciclo selvático, circulando entre cerdos salvajes africanos y las garrapatas (género Ornithodoros) donde el virus puede persistir por largos periodos de tiempo, actuando como reservorios naturales del virus, haciendo así mucho más difícil su control.
Ciclo de transmisión de VPPA en África
Figura 1. Ciclo de transmisión del VPPA en África.A pesar de la eliminación de cerdos domésticos infectados, el virus se mantiene en las poblaciones salvajes gracias al ciclo selvático
En algunas zonas de África, la situación epidemiológica del VPPA está hoy peor que nunca, en gran medida facilitada por [registrados] la ausencia casi total de inversión en la lucha efectiva contra el virus, y ante una total impasibilidad de gran parte de las autoridades competentes nacionales e internacionales.
Teniendo en cuenta la ausencia de protección cruzada descrita entre virus, aislados en la década de los 70 en España, podemos hacernos una idea de la complejidad epidemiológica del VPPA en las zonas más castigadas del África Subsahariana, donde el virus circula de forma inninterrumpida desde su origen.
En algunas zonas del Africa Subsahariana, el impacto negativo de la enfermedad es de tal calibre que, actualmente, se considera como el factor más limitante en el crecimiento de una industria porcina que, a pesar de ello, se encuentra en franco apogeo.
PPA en Europa
La Peste Porcina Africana fue endémica en nuestro territorio durante casi 40 años hasta su erradicación en 1997, tras décadas de encomiada lucha y pérdidas millonarias.
La entrada de Portugal y España en la UE en 1986, dio un impulso definitivo al plan de erradicación que a falta de una vacuna eficaz, se basó en un diagnóstico eficaz y temprano de la enfermedad y el sacrificio masivo de animales infectados o en posible contacto, exigiendo una enorme inversión de recursos humanos y económicos.
Apenas 10 años después de su erradicación, el VPPA volvió a entrar en Europa a través de la República de Georgia importa...