El uso de probióticos en la alimentación de cerdos puede modular la respuesta inmune y mejorar los parámetros zootécnicos de conversión alimenticia y ganancia de peso vivo final; además, se puede utilizar en el tratamiento de enfermedades infecciones digestivas, como la diarrea, lo que aporta un beneficio económico importante en la industria porcina.
Su utilización en la alimentación de animales destinados al consumo humano, se relaciona con la crisis de salud global por la resistencia a antimicrobianos. Esta situación condujo a que diferentes grupos de investigación se centraran en el estudio y desarrollo de alternativas para mantener la salud de los animales y el rendimiento productivo. Dentro de estas alternativas se incluyen probióticos, prebióticos, acidificantes, enzimas, extractos vegetales y nutracéuticos.
Se han utilizado muchas cepas de bacterias como probióticos; las especies más utilizadas son las bacterias del ácido láctico, como Lactobacillus, Streptococcus y Bifidobacterium.
Las especies distintas de las bacterias del ácido láctico que se están utilizando actualmente en preparaciones probióticas incluyen especies de Bacillus y levaduras (Saccharomyces cerevisiae y Aspergillus oryzae).
- Caracterización in vitro
- Resistencia a la acidez gástrica
- Resistencia a la bilis
- Adhesión al epitelio intestinal
- Resistencia a lizosima (excluyente)
- Capacidad de utilizar prebióticos (excluyente)
- No presentar resistencia a antibióticos ni determinantes de patogenicidad.
Referencia: