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El verano está a la vuelta de la esquina! ¿Cómo hacer frente al calor?

Escrito por: Dr. Stefan Langer - Director de desarrollo de negocio, Porcino, Zinpro Corporation

Cuando las temperaturas son demasiado altas, los cerdos experimentan estrés por calor.

Los efectos negativos pueden resultar evidentes, pero también se producen múltiples daños a nivel fisiológico que puede que no se perciban inmediatamente.

A continuación, explicaremos cuáles son estos daños y el papel que desempeñan los oligoelementos en la estrategia para preparar a los cerdos para los meses de verano.

El verano está a la vuelta de la esquina en muchas regiones del mundo y, lamentablemente, esta es también la época en la que los productores de cerdos empiezan a preocuparse por la pérdida de producción y del óptimo estado de salud de los animales debido al estrés por calor.

El ITH (Índice de Temperatura-Humedad) es una herramienta bien conocida que tiene en cuenta la temperatura y el nivel de humedad para calcular las zonas de riesgo de estrés por calor en diferentes animales.

Este índice es importante porque, con una humedad elevada, incluso temperaturas más bajas pueden dar lugar a estrés por calor.

Dependiendo de la humedad, cada 1 °C por encima de 25 °C reduce la ingesta de alimento de las cerdas en 250-450 g/día. Esto significa que un pico de unos pocos grados puede reducir fácilmente la ingesta de alimento diaria en más de 1 kg.

Aunque estas respuestas ayudan a mitigar el calor, tienen un impacto directo en el crecimiento diario de los cerdos de cebo y en la fertilidad de las cerdas, entre otras consecuencias.

EFECTOS MÁS Y MENOS VISIBLES DEL ESTRÉS POR CALOR

En comparación con otras especies, los cerdos son especialmente sensibles al estrés por calor, ya que carecen de glándulas sudoríparas funcionales para regular su temperatura corporal.

Además, aunque la selección génica ha permitido obtener razas con carne más magra, también ha aumentado la susceptibilidad de los cerdos en crecimiento a las altas temperaturas.

Las razas de genética moderna presentan una tasa metabólica más elevada y generan una mayor producción de calor interno, lo que agrava su sensibilidad al estrés térmico.

Las cerdas con mayor espesor de grasa dorsal son más propensas a sufrir los efectos del calor.

Efectos visibles del estrés por calor

Cuando un cerdo sufre estrés por calor, reacciona instintivamente para intentar regular su temperatura corporal:

Beberá más agua.

Reducirá la ingesta de alimento para disminuir la producción de calor metabólico.

Buscará zonas más frescas dentro o fuera de la nave.

Aumentará su frecuencia cardíaca.

Limitará su actividad física.

Efectos invisibles del estrés por calor

Más allá de estos efectos visibles, el estrés por calor también desencadena alteraciones menos evidentes, pero igualmente perjudiciales para el rendimiento a lo largo de la vida del animal, habiéndose demostrado que:

Afecta negativamente al sistema inmunitario.

Compromete la salud intestinal, aumentando el riesgo de síndrome de intestino permeable (leaky gut).

Reduce la calidad de la canal en cerdos de cebo.

Incrementa el estrés oxidativo.

Afecta negativamente al desarrollo embrionario.

Estrés oxidativo asociado al estrés por calor

Los animales sometidos a estrés por calor experimentan un aumento del estrés oxidativo que, aunque menos visible, tiene importantes efectos metabólicos por los daños oxidativos ocasionados a nivel celular en los lípidos, proteínas y ADN. Por ejemplo:

Afecta al desarrollo temprano de los folículos ováricos y a la variabilidad de la próxima camada de lechones.

Compromete la salud intestinal, ya que la sangre se desvía hacia la superficie corporal para disipar calor, disminuyendo el flujo sanguíneo hacia el intestino, lo que dificulta la absorción de nutrientes y favorece el desarrollo del síndrome de intestino permeable.

ESTRATEGIAS CLAVE PARA MITIGAR EL ESTRÉS POR CALOR EN CERDOS

Prevención: evitar la acumulación de calor

Si bien las medidas implementadas dentro de las naves son clave para mitigar los efectos del calor, es aún más importante evitar que el exceso de temperatura se acumule en un inicio.

Por ello, un buen aislamiento de tejados y edificios es fundamental para minimizar la transferencia de calor y reducir la necesidad de sistemas de refrigeración, lo que no solo mejora el confort térmico de los animales, sino que también optimiza el consumo energético y disminuye el impacto ambiental de las granjas.

Además, pueden aplicarse medidas complementarias y efectivas, como:

El uso de materiales aislantes.

La protección de tuberías y tanques de agua frente a la radiación solar.

La limpieza de los sistemas de refrigeración antes del verano para asegurar una refrigeración eficiente.

Mitigación: Enfriamiento y ventilación

Además de estas medidas preventivas, es fundamental contar con estrategias eficaces para minimizar los efectos negativos del calor en los animales. En este sentido, las instalaciones, los sistemas de refrigeración y la ventilación desempeñan un papel fundamental. Entre las estrategias más utilizadas en las granjas porcinas se encuentran:

– Los sistemas de enfriamiento con agua almacenada.

– La humidificación y enfriamiento del suelo y de los animales mediante pulverización o nebulización.

– El uso de coolings en combinación con sistemas de ventilación.

Es importante asegurar que haya suficiente espacio en las instalaciones y que los animales dispongan de suficiente agua fresca de buena calidad.

En el caso concreto de las cerdas lactantes, su sensibilidad al calor es especialmente alta, ya que requieren una temperatura ambiente óptima de 18-20 °C.

Cuando sufren estrés por calor, reducen su ingesta de alimento, comprometiendo la producción de leche y ralentiza el crecimiento de los lechones hasta el destete.

Además, para compensar la falta de energía, movilizan sus reservas de grasa corporal, pudiendo deteriorar su condición física y reproductiva hasta el punto de tener que sacrificarlas.

Asimismo, la fertilidad de los verracos también puede verse afectada por el calor, empeorando significativamente la eficiencia reproductiva del hato.

Para mitigar estos efectos, pueden utilizarse sistemas de goteo en el cuello o sistemas de refrigeración con salidas de aire o agua situadas justo sobre la cabeza de las cerdas, ayudando a mantenerlas en una temperatura adecuada y favoreciendo su bienestar y productividad

Optimización de la alimentación

Dado que la reducción de la ingesta de alimento es uno de los primeros signos del estrés por calor y el que más consecuencias negativas comporta, es importante revisar de forma crítica la gestión y la composición de la alimentación. Los cambios en la gestión de la alimentación durante el verano pueden incluir:

Aumento de la frecuencia de administración de alimento.

Administración de alimento húmedo, cuando sea posible.

Reducción de la cantidad de alimento en cada administración. 

Administración de las comidas a horas en que las temperaturas sean más bajas.

Desarrollo de estrategias para controlar la calidad, flujo y temperatura del agua.

Por otra parte, en condiciones de temperaturas altas, es importante ajustar la formulación del alimento para evitar el desperdicio de nutrientes valiosos y garantizar que los animales dispongan de suficiente energía y aminoácidos para un crecimiento saludable y un óptimo rendimiento reproductivo.

Puede utilizarse una formulación basada en valores de energía neta, priorizando el aporte de grasas y reduciendo el nivel de fibras fermentables, lo que contribuirá a limitar la producción de calor derivada del metabolismo y la degradación de los nutrientes.

Los ajustes de la formulación también implican aumentar la densidad de nutrientes de la dieta para compensar la disminución de la ingesta de alimento durante los periodos de calor.

Sin embargo, la incorporación de ingredientes más energéticos y ricos en proteínas puede incrementar significativamente el coste de la dieta.

Por ello, es importante formular con los aminoácidos libres habituales (lisina, metionina, treonina, triptófano) y, además, equilibrar los aminoácidos de cadena ramificada, como isoleucina y valina, lo que permitirá reducir los niveles de proteína sin comprometer el rendimiento productivo.

Existen, además, ciertos aditivos que pueden mejorar la digestión y eficiencia en la utilización de los nutrientes.

Por ejemplo, las enzimas pueden influir positivamente en el metabolismo de los animales o en la neurorregulación de la ingesta de alimento.

El papel esencial de los oligoelementos

¡La elección de la fuente adecuada de oligoelementos es algo fundamental!

Los oligoelementos Zinpro Performance Minerals emplean una vía de absorción única: el transportador de aminoácidos.

Este mecanismo permite una mayor eficiencia en la absorción, reduciendo la excreción de minerales en la orina y asegurando una mayor disponibilidad para el organismo del animal.

El Zn, Cu, Mn y Se presentes en la gama Zinpro Performance Minerals destacan por sus propiedades antioxidantes y pueden ser especialmente beneficiosos para las cerdas en situaciones de estrés por calor.

En particular, Zinpro Availa Zn ayuda a fortalecer la integridad intestinal y contribuye a mejorar la inmunidad de las cerdas, favoreciendo su bienestar y rendimiento productivo.

En un estudio llevado a cabo en España se evaluaron los efectos de Zinpro Availa Sow, un suplemento que aporta:

– 50 ppm de Zn de Zinpro Availa Zn

– 20 ppm de Mn de Zinpro Availa Mn

– 10 ppm de Cu de Zinpro Availa Cu

– 0,2 ppm de Se de Zinpro Availa Se

Estos minerales se administraron a cerdas desde los 45 días antes del parto y durante toda la lactación, en condiciones de estrés por calor entre junio y septiembre de 2021.

Los resultados del estudio mostraron:

Aumento significativo en la ingesta de alimento antes del parto.
Aumento de la ingesta diaria (+200 g/día) durante la lactación (Gráfica 1). 

Gráfica 1. Influencia de Zinpro Availa Sow y Zinpro Availa Se en la ingesta de alimento durante la lactación.

Gráfica 2. Efectos de Zinpro Availa Sow y Zinpro Availa Se en la pérdida de grasa dorsal y en la profundidad del músculo Longissimus dorsi.

Destacan especialmente los hallazgos relativos a las reservas corporales (Gráfica 2).

Las cerdas que recibieron Zinpro Availa Sow y Zinpro Availa Se durante la lactación perdieron significativamente menos grasa dorsal en comparación aquellas que recibieron una fuente distinta de minerales orgánicos (quelatos de MHA: quelatos de oligoelementos basados en análogos hidroxilados de la metionina).

Al mismo tiempo, estas cerdas aumentaron sus reservas de proteínas, reflejado en una mayor acumulación de músculo Longissimus dorsi, lo que sugiere un mejor equilibrio en el metabolismo de los nutrientes durante el periodo de estrés térmico.

CONCLUSIONES

Un ligero aumento de la temperatura, combinado con altos niveles de humedad, puede desencadenar fácilmente estrés por calor en los cerdos, una condición que debe evitarse en la medida de lo posible.

Más allá de su impacto en la salud y el bienestar animal, el estrés térmico también representa un desafío económico significativo, ya que reduce el rendimiento reproductivo en cerdas y afecta las tasas de crecimiento en los cerdos de ceboacabado, dos de sus efectos negativos más observados.

La prevención del estrés por calor requiere una combinación de estrategias de manejo de las instalaciones y ajustes en la alimentación. Si bien las modificaciones nutricionales no pueden eliminar por completo sus efectos adversos, sí pueden mitigarlos significativamente.

La suplementación con oligoelementos específicos puede mejorar la resiliencia de los animales, ayudándolos a resistir mejor tanto los daños visibles como los impactos fisiológicos menos evidentes que provoca el calor.

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