El fósforo (P) es el segundo mineral más abundante en los animales tras el calcio (Ca) en una relación fija P:Ca11 , encontrándose aproximadamente el 80 % en huesos y dientes, mientras que el 20 % restante se distribuye en fluidos orgánicos y tejidos, participando en diversas funciones biológicas.

En el cerdo, aproximadamente el 77 % del P se encuentra en los huesos, en comparación con el 99 % del Ca. La proporción de P en los huesos varía según el estado del hueso, constituyendo el 18 % de las cenizas del hueso, el 10 % del hueso seco y libre de grasa, y el 4,5 % del hueso húmedo.

En el líquido extracelular, aproximadamente el 30% del P circula como ortofosfato (PO₄³), colaborando en el mantenimiento de la presión osmótica, el equilibrio ácido-base, la actividad neuronal y el apetito.
El P juega un papel vital en una serie de funciones metabólicas:
Utilización y transferencia de energía a través de AMP, ADP, ATP 17 y fosfocreatina 12 , implicándose en la gluconeogénesis.
Transporte de ácidos grasos.
Síntesis de proteínas.

Actividad de la bomba de sodio y potasio.
Control del apetito y eficiencia de conversión de los alimentos.
Por otro lado, el P forma parte de las moléculas de ARN y ADN, siendo esencial para el crecimiento y diferenciación celular, y, asociado a lípidos, forma parte de los fosfolípidos que contribuyen a la fluidez de las membranas celulares y a la mielinización de los nervios.

En general, los depósitos de P en el organismo se pueden imaginar como un pequeño depósito circulante (fluidos corporales) para funciones vitales a corto plazo y un gran depósito a largo plazo en el esqueleto.
El esqueleto, a través de la deposición y resorción continuas, proporciona capacidad de amortiguación finita para mantener niveles constantes en los tejidos blandos.

NECESIDADES FISIOLÓGICAS DE FÓSFORO
Las necesidades de P se estiman junto con las del Ca y no pueden estimarse de forma separada. No obstante, en este artículo se obviarán las implicaciones del Ca por razones didácticas.
El P elemental es altamente reactivo y se transforma en fosfato al exponerse al aire, siendo esta la forma nutricionalmente relevante de P para plantas y animales, obteniéndose principalmente de la roca fosfórica, un recurso no renovable, finito.
Un manejo inadecuado del P en la alimentación animal puede resultar en una baja productividad debido a una deficiencia o un exceso de P.

Además, un suministro excesivo puede causar lixiviación del P a través de vías...

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