Si analizamos la importancia de varios factores víricos en la etiología de los trastornos reproductivos en cerdos, observamos inmediatamente que las pérdidas prenatales de lechones son enormes.
Se estima que entre el 30 y el 40 % de los embriones se pierden en las primeras cuatro semanas de gestación mientras que, en este mismo período, un 5-10 % de las cerdas pierden su camada completa. Los factores causales pueden asociarse con infecciones del tracto reproductivo de la cerda, que aparecen durante la cubrición o la inseminación artificial.
Las lesiones inflamatorias en el endometrio inducidas por infecciones bacterianas o víricas pueden provocar trastornos en el proceso de implantación.
Las células fetales, con su elevada actividad mitótica, aparecen como un entorno óptimo para la multiplicación de los virus, los cuales pueden haber sido introducidos en el tracto reproductivo de la cerda a través del semen. Los embriones y los fetos jóvenes son considerados como “locus minoris resistentiae” (puntos de baja resistencia).
Los virus más importantes asociados con los fallos reproductivos en cerdas son:
- Enterovirus
- Virus de la encefalitis y de la miocarditis
- Virus de la influenza porcina
- Citomegalovirus porcino
- Adenovirus
- Virus de la enfermedad del ojo azul
- Reovirus porcino
- Virus de la diarrea vírica bovina (BVDV)
- Virus (ovino) de la enfermedad de la frontera (BDV)
- Virus infeccioso de la rinotraqueítis bovina (IBRV)
- Virus de la peste porcina clásica (CSFV)
- Parvovirus porcino (PPV)
- Virus japonés de la encefalitis tipo B
- Virus de la enfermedad de Aujeszky (ADV)
- Virus del síndrome reproductivo y respiratorio porcino (PRRSV).
Para la mayoría de ellos, el cerdo es un hospedador natural y, a menudo, exclusivo. Sólo unos poco de estos virus (por ejemplo el BVDV, BDV e IBRV) infectan ocasionalmente a los cerdos a través del contacto con animales infectados de otras especies o a través de vacunas vivas modificadas producidas con líneas celulares y/o suero de ovejas o vacas infectadas.
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