La energía en los ingredientes del alimento puede ser estimada usando varios sistemas diferentes. La energía bruta (EB) se mide primero quemando una muestra de alimento en una cámara de calorimetría de bomba y midiendo el calor producido. Alimentando a los cerdos en jaulas de metabolismo y midiendo la diferencia entre la EB consumida y la excretada en las heces, o excretada en las heces y orina, podemos estimar la energía digestible y metabolizable (ED, EM), respectivamente.
Estimar la energía neta de los ingredientes también es importante porque diferentes ingredientes tienen grandes diferencias en el incremento de calor. Por ejemplo, los ingredientes altos en fibra perderán un mayor porcentaje de su energía como incremento de calor durante la digestión, mientas que las grasas y aceites tienen un incremento de calor muy bajo.
Esto significa que alimentar con fibra a un cerdo resultara en una mayor producción de calor en comparación con alimentar con grasa. Esto crea una carga de calor excesiva para el cerdo en el verano y puede resultar en menores ingestas de energía a medida que los cerdos trabajan para disipar el calor excesivo. Por esta razón, las grasas y aceites históricamente se han usado en niveles más altos en el verano y en ambientes más cálidos.
El almidón y la proteína tienen incrementos de calor intermedios en comparación con la fibra y la grasa. Estas relaciones son importantes para predecir con precisión la energía que un ingrediente contiene y que un cerdo puede utilizar para el crecimiento.
El papel de la energía neta en el rendimiento del crecimiento: una mirada más cercana
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