El verano suele ser una época especialmente complicada para el sector porcino. Aunque estamos acostumbrados a una alta rotación de personal y al abandono frecuente de puestos de trabajo, esta situación se acentúa durante los meses estivales.

La causa principal es el incremento de oportunidades laborales que surgen en otros sectores, especialmente el sector servicios, que experimenta un gran auge en verano debido al turismo.

España se ha consolidado como un destino turístico de primer nivel, lo que se traduce en una avalancha de ofertas de empleo estacional: camareros, recepcionistas, personal de limpieza, guías turísticos, monitores, etc.

Frente a esta realidad, es importante que, en lugar de centrarnos en la queja, identifiquemos oportunidades y actuemos con estrategia.

Hay dos aspectos clave que podríamos aprovechar:

¿CÓMO ATRAER NUEVO TALENTO?

El primer paso es generar interés en el sector, ya que muchos potenciales trabajadores tienen una imagen negativa o distorsionada del trabajo en una granja:

Piensan que es una actividad monótona, físicamente exigente y desarrollada en un entorno desagradable.

Para cambiar esta percepción, debemos comunicar con claridad los aspectos positivos del trabajo porcino.

Por ejemplo:

A esto hay que sumarle una base imprescindible de condiciones dignas:

¿CÓMO CONSEGUIR QUE NO SE VAYAN?

Diversos estudios coinciden en los factores que hacen que una persona se mantenga en su puesto de trabajo. Algunos de ellos son:

Comunicación y reconocimiento

Es fundamental que el trabajador sepa qué se espera de él, reciba comunicación habitual (y respetuosa), y tenga espacios para el feedback constructivo.

La mayoría de personas no abandonan la empresa, sino a su responsable directo.

Buen ambiente laboral

El clima en el lugar de trabajo es un factor determinante.

Fomentar momentos agradables, espacios de relajación y una cultura de respeto genera cohesión.

Gallup incluye entre sus indicadores de compromiso la pregunta: “¿Tienes algún amigo en el trabajo?”

El sentido de pertenencia es clave: cuando alguien no se siente incluido, tenderá a marcharse o, en el peor de los casos, a boicotear el entorno.

Formación y desarrollo

Un plan de carrera claro, formación continua y capacitación adaptada son esenciales.

La sensación de avanzar, de adquirir maestría, de que uno mejora, es de las más gratificantes y motivadoras. Pero nadie nace sabiendo y hay que dar espacio al aprendizaje.

Propósito y sentido

Las personas necesitamos entender el “por qué” de lo que hacemos. Esto incluye tanto las tareas más simples como el impacto global del trabajo.

En una granja, alimentamos al mundo, generamos empleo, dinamizamos el entorno rural. Participar en actividades locales, colaborar con iniciativas sociales o medioambientales del entorno da un sentido más profundo al trabajo y favorece el compromiso.

EL RETO DEL SECTOR: ADAPTARSE A LAS NUEVAS GENERACIONES

Es aquí donde hay que hacer un alto. No se trata solo de atraer talento, sino de adaptar el sector a las nuevas necesidades y formas de vida.

No es nada negativo ni juzgable que las personas quieran tener más calidad de vida, dedicar más tiempo a su familia o aficiones, y no sentirse esclavizadas por el trabajo.

¡Las nuevas generaciones tienen otras prioridades y el sector debe escucharlas! Resistirse al cambio es una pérdida de energía.

El futuro pasa por abrir la mente y explorar nuevas formas de trabajar:

Turnos rotativos que permitan la conciliación.
Horarios intensivos que liberen las tardes.
Flexibilidad real adaptada a cada contexto.
Mejora continua en la formación, digitalización y especialización de los equipos.
Tecnología: nos permite optimizar recursos, reducir tareas repetitivas y mejorar la calidad del entorno laboral. Sensores, robots de limpieza, sistemas automáticos de alimentación o climatización…Todo esto hace el trabajo más eficiente y, al mismo tiempo, más humano.

También se suele hablar mucho de la falta de compromiso de las nuevas generaciones.

Sin embargo, los datos no invitan a señalar con el dedo a nadie: según los últimos informes de Gallup, solo un 21% de los trabajadores están comprometidos con su empleo.

La motivación real está estrechamente relacionada con tres grandes necesidades psicológicas:

Si una granja porcina quiere atraer y retener talento, debe tener en cuenta estos elementos.

No se trata de grandes inversiones, no todo es culpa de las nuevas generaciones. Se trata de cambiar el enfoque: del control al respeto, del miedo a la confianza, de la queja a la propuesta.

Transformar el lugar de trabajo en un espacio donde las personas quieran quedarse es el reto más importante para asegurar la sostenibilidad de nuestro sector.

¡Ahora es el momento!

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