Los cerdos son el único huésped natural conocido de PRRSv, teniendo el virus un tropismo muy restringido a un subconjunto de macrófagos y monocitos de la especie porcina (Teifke et. al., 2001).
Investigación
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Cuando hablamos de Síndrome Respiratorio y Reproductivo Porcino (PRRS) nos referimos a una de las enfermedades porcinas más importantes económicamente en todo el mundo.
El agente etiológico es un virus de ARN con envoltura, que pertenece al orden de los Nidovirales, familia Arteriviridae, diferenciando dos especies de PRRSv dependiendo de su distribución geográfica:
Los cerdos son el único huésped natural conocido de PRRSv, teniendo el virus un tropismo muy restringido a un subconjunto de macrófagos y monocitos de la especie porcina (Teifke et. al., 2001).
La presentación clínica de PRRSv puede variar desde asintomática hasta muy grave, apareciendo un elevado porcentaje de fallos reproductivos, aunque los signos clínicos en primerizas y cerdas gestantes suelen ser leves o ausentes y dependen del estado de gestación en el que adquieren la infección.
La clínica incluye abortos, partos tempranos, muerte fetal y nacimiento de lechones débiles con infección congénita, disminuyendo notablemente el número de animales que llegan al destete (Lunney et. al., 2016).
En las zonas de alta densidad porcina, el principal factor de riesgo para las entradas laterales del virus PRRS en las explotaciones, suele ser la distancia con respecto a otras explotaciones de ganado porcino.
Cuando las cerdas se infectan durante el primer tercio de gestación (antes del día 15), nos encontramos con una elevada muerte embrionaria, aumentando las tasas de repeticiones y salida en estro.
Si la infección afecta a cerdas en el último tercio de la gestación (a partir del día 70), encontraremos fetos nacidos muertos, momificados y manifestaciones clínicas en los lechones, presentando inapetencia, fiebre, letargo y dificultad respiratoria.
ESTABILIZACIÓN AL PRRS – UN CASO PRÁCTICO
DESCRIPCIÓN DE LA EXPLOTACIÓN
Se trata de una explotación de 1.200 cerdas reproductoras, rodeada en menos de 1 km de distancia por gran número de cebaderos.
Es un sistema de producción tipo camping, en el que la gestación y la paridera se hacen en parques en grupo y las fases de transición y cebo se realizan fuera de la explotación.
Las futuras reproductoras son sometidas a un programa de adaptación sanitaria a la granja y de aclimatación productiva antes de ser introducidas en el hato reproductor.
CLÍNICA DE LA EXPLOTACIÓN
En gestación se produce un incremento en la tasa de abortos, sobrepasando el 8% y la fertilidad se torna muy irregular (Tabla 3 y Gráficas 1 y 2). Lo primero que surgen son los abortos a término y en segundo lugar un fuerte incremento de los nacidos muertos (Gráfica 3).
MATERNIDAD
Al mismo tiempo, en maternidad, se observa:
TRANSICIÓN
Cuando los lechones pasan a transición, se produce un incremento de las diarreas post-destete, las cuales precisan de un mayor uso de antibióticos.
Seguidamente, se produce un incremento de la sintomatología nerviosa, que se traduce en un aumento de la mortalidad y en una pérdida de viabilidad de los lechones, los cuales deben ser sacrificados finalmente.
CEBO
En el cebo, aparecen procesos respiratorios recidivantes (Imagen 2), que aumentan el porcentaje de bajas al 8% y más de un 4% de animales que deben ser sacrificados al final del engorde, ya que no pueden ser comercializados.
La situación se vuelve insostenible debido a las enormes pérdidas económicas que nos ocasionan la fase 2 y, fundamentalmente, la fase 3.
MONITORIZACIÓN SANITARIA
1. Cronograma analítico
Se plantea inicialmente un estudio longitudinal a lo largo de la pirámide productiva para conocer los patógenos que afectan en cada una de las edades de los animales y así establecer un protocolo de control rápido y efectivo.
2. Resultado de las analíticas y protocolo de acción
Las primeras analíticas sobre el macerado de colas indican que los animales se encuentran virémicos al nacimiento (Tabla 4).
Por lo tanto, el primer abordaje es la vacunación masiva de las cerdas frente a PRRSv, para conseguir negativizar los lechones al nacimiento como inicio de la estabilización de la granja.
Posteriormente, 4 semanas después de la vacunación de las reproductoras con vacuna de PRRS de virus vivo modificado 96V198*, monitorizamos los lechones en los primeros días de vida para poder comenzar con la vacunación de los mismos (Tabla 5).
ELEMENTOS QUE CONSIDERAMOS IMPORTANTES PARA CONSEGUIR LA ESTABILIZACIÓN DE LA EXPLOTACIÓN Y LA REDUCCIÓN DE LA SINTOMATOLOGÍA CLÍNICA
Gracias a la vacunación realizada en todas las reproductoras, los lechones nacen no virémicos 4 semanas después, momento en el que se procede a la vacunación de todos ellos entre los 3 y 5 días de vida, ya que uno de los factores que consideramos de mayor importancia para el funcionamiento de la vacunación, es el tiempo desde la vacunación hasta la infección de los lechones.
Otro factor a tener en cuenta y que coincide en todos los estudios, es que los animales vacunados (con diferentes vacunas) frente a los no vacunados, reducen la viremia, tanto en carga de excreción, como en días de duración de la misma.
En los animales vacunados, se observó que, con respecto al lote de animales no vacunados:
El objetivo que se persigue realizando una vacunación masiva de reproductoras y lechones, es intentar alcanzar los resultados productivos que teníamos antes del inicio del proceso y la mejora de los indicadores zootécnicos en toda la pirámide, ya que el problema se ha cronificado y sólo los datos productivos desfavorables, son los que nos hacen ver la dimensión del problema en nuestros costes de producción.
Destacar que todas estas acciones deben complementarse con medidas de manejo lo más estrictas posibles para limitar el impacto de la enfermedad, ya que la eficacia de las vacunas en el control de la patología de esta enfermedad, se ve reducida si no existe esta complementariedad.
MONITORIZACIÓN EN TRANSICIÓN
La transición está dividida en tres explotaciones separadas 1 km, por lo que es fácil funcionar con manejo “TD-TF” y realizar un control del flujo de lechones, evitando la coexistencia de lechones de diferentes edades en el mismo edificio.
A través de fluidos orales, se observa que los animales son positivos a PRRSv en el test de ELISA y negativos a PCR, por lo que se asume, que todo el proceso de infección y viremia procede de la granja y de la transición.
PROCEDIMIENTOS PARA ESTABILIZAR LA GRANJA
Se han propuesto diferentes medidas de control divididas en las distintas fases de producción:
FUTURAS REPRODUCTORAS
Se cierra la entrada de nuevas cerdas durante 4 meses, ya que tenemos reposición en crecimiento. De esta manera, se puede realizar la fase de crecimiento de nulíparas en un sitio externo para, una vez estabilizada la granja, proceder a la entrada de primerizas de mayor peso.
Cerrar la granja a la entrada de nulíparas es clave para evitar que tengamos un elemento de trasmisión vertical en la granja incidiendo de manera continua.
MATERNIDAD
Debido a las condiciones particulares, sólo se pueden realizar adopciones en las primeras 24 horas de vida.
Se realiza la aplicación de hierro y toltrazurilo inyectable a las 24-48 horas de vida y se da una alimentación restringida tres días antes y después del parto (son parques de 9 cerdas) y posteriormente ad libitum.
TRANSICIÓN
La transición es una etapa crítica y, por lo tanto, el manejo del flujo de animales debe ser estricto, no se deben dejar animales retrasados en el sistema.
Se deben vaciar, limpiar y desinfectar las fosas de purines entre lotes y realizar un estricto manejo “todo dentro-todo fuera”.
Hay que efectuar un procedimiento de limpieza que sea semejante al que empleamos en maternidad, para reducir de manera notable la contaminación de los edificios, slats, paredes, techos, etc.
Hay que mejorar la calidad del aire y establecer protocolos de ventilación adecuados, controlando los niveles de gases perjudiciales (amoniaco, dióxido de carbono) y mejorar el control de temperatura, evitando generar gases por un mal empleo de la ventilación mínima.
CEBO
Se debe establecer un programa de higiene, limpieza, desinfección, desinsectación y desratización, comprobando que se implemente de manera correcta.
Vaciar, limpiar y desinfectar las fosas de purines entre lotes y realizar un estricto manejo “todo dentro-todo fuera”, siendo imprescindible una correcta limpieza de los silos y aplicación de formaldehido, y desinfección de las conducciones de agua mediante dióxido de cloro.
Por último, se debe realizar un control ambiental, aumentando la ventilación y el confort térmico de los lechones a la entrada en el cebo.
RESULTADOS
MATERNIDAD
En la fase 1 hay una mejora de la calidad de los lechones al nacimiento, valorándose el aumento de la vitalidad.
El nivel de abortos se reduce hasta el 1,4% y la fertilidad de la granja se sitúa en 91%.
Los lechones al destete ya no presentan artritis ni toses al final de la lactación.
La vacunación de los lechones en los primeros días de vida con la vacuna virus PRRS vivo modificado 96V198*, proporciona una ventaja a la hora de estabilizar el flujo de los animales en las dos primeras semanas tras el destete, gracias a que está registrada para ser utilizada desde el primer día de vida.
Usar esta cepa vacunal de PRRS con el virus vivo modificado (cepa 96V198), tiene la ventaja de poder realizar un PCR DIVA (BIO-T kit® PRRSV DIVA) que nos diferencia animales vacunados de infectados (Tabla 6).
TRANSICIÓN
El mayor impacto aparece en la transición, ya que las lesiones y la recuperación clínica de los animales antes de la vacunación no era la esperada, por lo tanto, seguimos teniendo algunos fallos.
Pese a todo, la respuesta al tratamiento fue mejorando, el índice de saldos bajó y las bajas se situaron en el 3,5%.
Se pudo observar un repunte de animales virémicos en la semana 9 de vida, sin duda, debido a que animales retrasados en transición fueron movidos hacia atrás.
CEBO
En el cebo, la evolución de los animales es la esperada, sin problemas específicos que no sean las incidencias propias de cualquier cebo. Se medicó menos y el crecimiento y las bajas fueron las mismas que en el resto de las pirámides de la compañía.
Inicialmente, a la entrada de los animales vacunados hubo algunos problemas de meningitis estreptocócica serotipo 1, suponiendo que fueron debidas al estrés durante el transporte.
A los 15 días de la entrada al cebo, los animales tenían un excelente comportamiento, produciéndose una fuerte reducción de los procesos respiratorios y entéricos, además, se efectuó una analítica por sintomatología de estornudos a la entrada en cebo, para descartar así problemas de rinitis (Tabla 7).
CONCLUSIONES
La vacunación de madres y lechones para la estabilización y la recuperación de parámetros zootécnicos en granjas afectadas puede ser una herramienta muy útil, pero es necesario implementarla con medidas de manejo y control de flujos.
La horquilla de tiempo entre la vacunación de los lechones y la infección por PRRS tiene una gran importancia, ya que, a más tiempo trascurrido, los animales tienen un mejor comportamiento en todas las fases.
Monitorizar cómo se realiza la vacunación y la supervisión de todas las tareas que se hacen en la granja son de vital importancia y hay que dedicarle el tiempo necesario.
El control de PRRS, sigue siendo muy desalentador para los veterinarios. Durante aproximadamente las primeras 6 semanas es difícil conseguir algo, ya que en numerosas ocasiones la enfermedad sigue su clínica y no funciona ninguna de las medidas que se instauran en la granja.
Las reproductoras se estabilizan a nivel productivo y reproductivo con la vacunación en masa de reproductoras y lechones, alcanzando los niveles que tenían antes de que se produjeran todas las desviaciones debidas al virus.
En granjas en las que ya se está realizando un protocolo de vacunación y debido a fallos en los manejos de los flujos de los animales, ya sea en la fase de lactación, como en transición, la enfermedad suele tener un gran impacto que, aunque no sea clínicamente muy evidente, tiene un elevado coste económico.
Los lechones se siguieron vacunando frente a circovirus y micoplasma, con vacuna monovalente en el momento del destete.
La vacunación de los lechones es una práctica que se debe usar de manera temporal durante la fase de estabilización de transiciones.
Finalmente, recalcar que la vacunación en masa de madres y lechones unida a unas pautas de manejo adecuadas, es muy útil para acortar el tiempo de estabilización de la granja y reducir el impacto productivo en la medida de lo posible, así mismo, ayuda a corregir los resultados productivos en las fases de transición y cebo y esta parte es la que tiene mayor peso económico para nosotros.
*Suvaxyn PRRS MLV: la vacunación de las reproductoras y de los lechones se hizo de acuerdo a lo establecido en el SPC.
Referencias
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