Para leer más contenidos de Revista Junio 2020
La tecnología de tratamiento de los estiércoles para disminuir los efectos sobre el medio ambiente ha ido evolucionando durante los últimos años. La costumbre del empleo de los residuos como fertilizante ha sido la más difundida e inicialmente muy útil.
La imposición de reglamentaciones para limitar su empleo intenta superar la problemática de la acumulación de compuestos nitrogenados en los campos de cultivo, cauces fluviales y aguas subterráneas. De hecho, está claro que, si no se encuentran soluciones al problema, las Administraciones acabarán prohibiendo el funcionamiento de las explotaciones ganaderas intensivas.
El tratamiento de biometanización de estiércoles ha degradado su agresividad sin obtener un rendimiento económico en las operaciones de aprovechamiento del gas generado. El compostaje tiene un tratamiento costoso por su manipulación y falta de demanda a los precios finales derivados de sus costes.
Con la manipulación habitual también se desaprovecha una parte importante del potencial fertilizante del estiércol en su aplicación en los cultivos para el cumplimiento de las necesidades de nutrición y desarrollo de los vegetales.
Por otra parte