Patología & Diagnóstico

El papel de la Influenza en el complejo respiratorio de origen multifactorial

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El último semestre del 2021 y el inicio del 2022 están siendo protagonizados por complejos multifactoriales respiratorios severos en los que la presencia vírica está tomando gran protagonismo.

Los agentes secundarios respiratorios, ya no tan controlados por el uso prudente y responsable de los antibióticos que está llevando a cabo el sector, nos están exponiendo a unos cuadros clínicos respiratorios agudos en las lechoneras españolas.

Todo ello se está traduciendo en un aumento generalizado de las bajas en las transiciones donde la inversión en protocolos de bioseguridad interna y externa, control de la estructura censal en la granja, protocolos más exhaustivos de limpieza y manejo Todo Dentro-Todo Fuera, control de la calidad del agua, control de consumo de pienso, protocolos de vacunaciones y condiciones ambientales deben de ser abordadas como UN TODO.

 

 

 

Diferentes compañeros veterinarios del sector, ubicados en regiones distintas, coincidimos en que la capacidad infectiva de los virus ha experimentado un cambio radical y su control es cada vez más complejo en el campo, mostrándonos su peor cara y aumentando la morbilidad y mortalidad en las granjas.

Es más complicado controlar los virus en aquellas granjas que presentan Fase 1 y Fase 2 y en

¿QUÉ SABEMOS DE LA INFLUENZA PORCINA?

En Norteamérica, la Influenza Porcina es considerada como la segunda enfermedad respiratoria más importante.

Sin embargo, el abordaje de este virus en Europa, y en particular en España, no se considera tan prioritario, posiblemente por la dificultad que entraña relacionar el diagnóstico del patógeno con una clínica aparente compatible con Influenza, ya que su asociación con otros patógenos como el virus del síndrome reproductivo y respiratorio porcino (PRRSV) y/o el circovirus porcino tipo 2 (PCV2) hacen que en ocasiones se sitúe en un segundo plano.

Cuando se realiza un estudio del impacto de la Influenza en una granja, pueden encontrarse dos formas de presentación:

Presentación epidémica caracterizada por brotes agudos de alta morbilidad cuando se introduce una cepa o subtipo nuevo de Influenza en una granja susceptible.

Presentación endémica caracterizada por episodios subclínicos que pueden evolucionar a brotes respiratorios que, en ocasiones, están asociados en las transiciones a recirculaciones PRRSV.

Esto hace que los animales no respondan bien a los tratamientos y puede observarse un patrón vírico en el pulmón a nivel macroscópico muy evidente (Zimmerman et al., 2012).

Podríamos considerar que muchas de nuestras granjas sufren la presencia de Influenza de un modo endémico, donde factores ambientales, instalaciones, estructuras censales desestabilizadas (Gráfica 1) o enfermedades respiratorias concurrentes agudizan su presencia subclínica, desencadenando un brote de enfermedad caracterizado por una insuficiencia respiratoria con alta mortalidad.

En 1957, tras la aparición de la Influenza pandémica en Asia, ya se empezó a trabajar en el término “One Health” (Kaplan, 1969), demostrándose por primera vez la transmisión del virus de la Influenza Porcina (SIV) al personal de granja en 1976 (Pawlisch et al., 1976).

El virus de la Influenza A, siendo el único tipo que presenta una significancia clínica en el ganado porcino, puede presentar varios subtipos que se clasifican por la combinación de 2 glicoproteínas expresadas en su superficie, la hemaglutinina (H) y neuraminidasa (N) (Figura 1) (Zimmerman et al., 2012).

La determinación de los subtipos que están circulando en las granjas es crucial para llevar a cabo el control y abordaje de la enfermedad.

ABORDAJE DE LA INFLUENZA PORCINA

Bioseguridad y manejo en la pirámide productiva

En la monitorización y control de los procesos infecciosos debemos diferenciar entre la Fase 1 y las Fases 2 y 3, ya que en cada una de ellas existen rutas de transmisión que determinan la situación epidemiológica de la granja (Figura 2) (Crespo & Toledo, 2019).

En este sentido, es importante:

  1.  Controlar la transmisión horizontal: 

Minimizando la exposición a enfermedades.

Potenciando la inmunidad de los animales.

  2. Controlar la transmisión vertical  implementando medidas destinadas a minimizar la transmisión de patógenos de las madres a los lechones.

El abordaje de toda la pirámide productiva en su conjunto es lo que permite la estabilización y control de las enfermedades respiratorias. A continuación, se muestran las claves de este control conjunto de los 4 grandes grupos de una pirámide productiva: REPOSICIÓN, LACTACIÓN, TRANSICIÓN Y ENGORDE.

Control de condiciones ambientales

El control de las condiciones ambientales es el punto más complicado a nivel de campo, ya que, en muchas ocasiones, transmitir los conocimientos de control de ventilaciones y mejora de instalaciones es un cuello de botella en las granjas.

 Temperatura 

La temperatura de alojamiento es el primer punto en el que hay que incidir, ya que temperaturas bajas darán lugar a la presentación de procesos entéricos, seguidas de un aumento de susceptibilidad a procesos respiratorios.

Variaciones fuertes de temperatura traerán asociados factores estresantes de primer orden, capaces de ser el detonante de procesos respiratorios.

 Ventilación 

En lo que respecta a la ventilación, se debe evitar la aparición de corrientes de aire, pero al mismo tiempo, proporcionar la ventilación necesaria para evitar la acumulación de gases.

Gases como el dióxido de carbono, amoniaco, metano o sulfuro de hidrógeno a elevadas concentraciones dan lugar a una reducción del consumo de pienso, inflamación de la mucosa respiratoria y la aparición de procesos bacterianos secundarios asociados a Streptococcus spp., Staphylococcus spp., etc.

Limpieza y desinfección

Los procedimientos de desinfección pueden ser continuos o terminales.

 Desinfección continua  

La desinfección continua se realiza en sistemas de producción continua y su objetivo es minimizar la transmisión de infecciones dentro de la población porcina.

Siempre que sea posible, hay que asegurar un protocolo de Todo Dentro-Todo Fuera por módulos o salas para conseguir una buena desinfección.

El vaciado de la fosa cada vez que sacamos animales e introducimos nuevos es lo más recomendable para conseguir una mejor desinfección de la sala o módulo en sistemas de flujo continuo.

   Desinfección terminal  

En lo relativo a la desinfección terminal, se efectuará cuando tengamos la posibilidad de hacer un vaciado total de la granja.

La limpieza exhaustiva de la nave con detergentes y desinfectantes, el correcto vaciado de los fosos con su correspondiente desinfección, un protocolo de desratización y desinsectación reglado y unos días de descanso de la nave sin introducir nuevos animales permitirán una mejora sanitaria global de la explotación (Crespo & Fuentes, 2021).

Refuerzo Inmunitario

Ser inmune implica estar protegido (etimológicamente “libre de carga”), por lo que conseguir una buena inmunidad de los animales es otro de los puntos clave para el control de enfermedades y la reducción de la necesidad de usar antimicrobianos.

No existen dos sistemas inmunitarios idénticos, por lo que el trabajo sobre la inmunidad individual de los animales resulta algo complicado en los sistemas de producción actuales.

Lo que se debe tener claro es que los protocolos de vacunación deben llevar unas pautas específicas que deben respetarse y adaptarse a la situación de la explotación donde se han implementado, es decir, cada granja funciona de manera independiente y, como veterinarios, debemos hacer un diagnóstico diferencial único de cada una de las granjas (Fariñas, 2016).

Incluso en el control de la Influenza desde una perspectiva “One Health” hay muchos países que proceden a la recomendación de vacunación de los trabajadores de las granjas y veterinarios para mejora de la sanidad global.

 

DIAGNÓSTICO DIFERENCIAL DE LA INFLUENZA PORCINA

Una vez realizado un abordaje integral de la pirámide de producción, debemos establecer un diagnóstico diferencial. En este caso, centrándonos en las transiciones, cabe recalcar que la Influenza no se asocia a lesiones patognomónicas claras, por lo que el diagnóstico diferencial con el resto de las patologías respiratorias es crucial para la puesta en marcha de un protocolo de control de la enfermedad.

Los animales de elección serán animales con fiebre que presenten sintomatología respiratoria.

La toma de muestras mediante hisopos nasales a las 5-6 y a las 7-8 semanas (generalmente suele ser la edad de las recirculaciones víricas en las transiciones) es el método de elección para la determinación de Influenza por RT-PCR y para su posterior subtipado.

La toma de muestras de suero sanguíneo a las 6 y a las 9 semanas permite conocer una posible circulación de PRRSV y PCV2 y la detección de agentes bacterianos secundarios (por ejemplo, la toxina ApxIV de Actinobacillus pleuropneumoniae).

 

PREVENCIÓN Y CONTROL DE LA INFLUENZA PORCINA

El control de la pirámide productiva, las condiciones ambientales, la limpieza y desinfección, el vaciado y limpieza de los fosos y el establecimiento de protocolos de vacunación (refuerzo inmunitario) nos permitirán minimizar o controlar la presión de infección de los diferentes patógenos.

En lo relativo a la Influenza A, la vacunación intramuscular de las cerdas, tras la identificación del subtipo que está produciendo problemas en la granja, puede disminuir la morbilidad y mortalidad de la piara en las transiciones (Zimmerman et al., 2012) (Tabla 1), siempre teniendo en cuenta la puesta en marcha de todo el abordaje general comentado anteriormente.

En situaciones en las que encontramos dos virus coexistiendo simultáneamente, el control de uno de ellos contribuye a una mejora generalizada de la sanidad de la granja, siendo la presencia de un virus que normalmente consideramos subclínico de forma endémica, como el virus de la influenza, un agravante de la clínica global.

Las enfermedades respiratorias a las que nos enfrentamos son complejos multifactoriales.

Su abordaje no consiste en el establecimiento de un solo protocolo, sino que hay que sentarse a evaluar los diferentes puntos que puedan estar afectando a la transmisión de patógenos, contribuyendo así a que los tratamientos antibióticos y el consumo de mg/PCU no se vean exacerbados.

La mayor parte de los mg/PCU consumidos en el sector porcino se utiliza en las etapas de transición y cebo, por lo que el trabajo desde el inicio de la pirámide productiva es crucial para obtener resultados satisfactorios.

BIBLIOGRAFIA

Kaplan MM: (1969). Bull world health organ 41:485-486

Pawlisch R, Easterday B, Nelson db, et al. (1976). Influenza -Wisconsin and Washington, D.C. MMWR Morb Mortal Wkly Rep 25:392.

Zimmerman J, karrier L, Ramirez A, Schwartz K,Stevenson G,. (2012). Disease of swine 10th ediction.

Henritzi D, Petric PP, Lewis NS, Graaf A, Pessia A, Starick E, Breithaupt A, Strebelow G, Luttermann C, Parker LMK, Schröder C, Hammerschmidt B, Herrler G, Beilage EG, Stadlbauer D, Simon V, Krammer F, Wacheck S, Pesch S, Schwemmle M, Beer M, Harder TC. Surveillance of European Domestic Pig Populations Identifies an Emerging Reservoir of Potentially Zoonotic Swine Influenza A Viruses. Cell Host Microbe. 2020 Oct 7;28(4):614-627.e6. doi: 10.1016/j.chom.2020.07.006. Epub 2020 Jul 27. PMID: 32721380

Crespo S., Toledo M. (2019). Monitorizacion sanitaria de piramides en producción porcina. Porcinews.

Fariñas F 2016. En defensa propia: aventuras y desventuras del sistema inmunológico.Amazing Books S.L.

Crespo S., Fuentes P (2021). Uso responsable de antibióticos. Inmunidad y nutrición. Porcinews 2021

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