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PORCAT comparte las inquietudes de los payeses ahora movilizados en Barcelona y Cataluña

PORCAT comparte las inquietudes que están expresando los payeses movilizados en Cataluña, España y Europa.

Fuente: ACN

PORCAT comparte las inquietudes que están expresando los payeses movilizados en Cataluña, España y Europa, sobre todo en lo que se refiere a la excesiva burocracia que les imponen tanto las administraciones catalanas como la europea, y en cuanto al escaso conocimiento que el mundo urbano tiene del mundo rural. «Los ganaderos también están siendo castigados tanto por la normativa de Bruselas como de Cataluña, y muy especialmente por los trámites y altas exigencias medioambientales y de bienestar animal que están obligados a cumplir», afirma Ricard Parés, director de PORCAT.

Otro aspecto en el que coincide PORCAT con el campesinado es que, tantos los agricultores como los ganaderos “nos quejamos de que vivimos en un mundo muy alejado de la realidad rural, no sólo estrictamente de cómo funcionan las granjas, que también, sino de la importancia social que tienen”, explica Parés. “Catalunya es un país cárnico y si no ayudamos a estos dos mundos, el rural y el ganadero, podemos ver cómo desaparecen muchas de estas granjas y cómo muchos campesinos dejan el campo, quedan en manos de terceros países cuyos productos no cumplen las altas exigencias europeas de que los ganaderos y agricultores catalanes, españoles y europeos en general sí estamos obligados a cumplir”.

Fuente: Betevé

Esta lejanía del mundo urbano respecto a lo rural ha hecho que la sociedad urbana tenga una imagen sesgada del mundo campesino y ganadero. La población, ahora eminentemente urbana, «tiene una mala imagen del mundo ganadero que no se corresponde a la realidad», explica Parés. Esta mala imagen es alimentada por ideas prefijadas con las que se realizan y emiten programas de televisión que refuerzan esta mala imagen. Defensores de los animales entran en las granjas con riesgo higiénico-sanitario que sus protestas conllevan por los animales y por el sector, entradas ilegales que pronto serán sancionadas cuando entre en vigor la modificación de la ley 18/2001 que prepara el Parlament de Catalunya, medida que PORCAT celebró la semana pasada.

En este contexto y desde hace unos días, los campesinos, cansados ​​de ese desconocimiento de sus condiciones de trabajo y de su importante función, y podría decirse que de cierta indiferencia del mundo urbano respecto al rural han decidido entrar con toda su fuerza en los núcleos urbanos de numerosas ciudades, la última Barcelona, ​​mostrando su fuerza y ​​dando pleno sentido al dicho “si Mahoma no va a la montaña, la montaña va a Mahoma”.

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