Entre los problemas sanitarios que afectan a la producción porcina, las enfermedades entéricas son las que afectan con mayor frecuencia a los lechones durante su primera semana de vida y durante todo el período de lactación.
La diarrea es responsable de pérdidas económicas significativas principalmente debidas a:
La reducción del peso del destete
El aumento de los costes asociados a la necesidad de intervenciones terapéuticas
El aumento en la tasa de mortalidad, especialmente en la primera fase de la vida de los lechones
Los patógenos entéricos más comúnmente asociados con la diarrea en lechones neonatos son (Yaeger et al., 2002):
La frecuencia e importancia de estos patógenos ha ido cambiando a lo largo de los años y algunos agentes, como C. difficile, se han vuelto más relevantes (Yaeger, 2007).
Como las causas bacterianas son bastante frecuentes en esta fase, hasta hace poco, existía la creencia de que los tratamientos preventivos en el primer día de vida serían la solución a todos los problemas.
Esta actitud, junto a la maximización del aprovechamiento de las instalaciones, particularmente las de maternidad, derivó en un uso indiscriminado de medicamentos preventivos, con un aumento de cepas bacterianas resistentes a múltiples antibióticos e incremento de la presión de infección ambiental debido a la limpieza y desinfección ineficiente de las instalaciones.
En un intento de minimizar los problemas, se realizó una inversión considerable en antimicrobianos administrados de manera preventiva, así como en la aplicación de desinfectantes de última generación.
En la actualidad, en concordancia con la tendencia mundial hacia el uso prudente de antimicrobianos, la administración preventiva de medicamentos en lechones recién nacidos ya no es aceptable como primera opción, de modo que productores y técnicos se han visto obligados a recordar[registrados] y reforzar las buenas prácticas de manejo que servían para hacer frente a los problemas sanitarios en el pasado y que siguen siendo una excelente opción.
Higiene y desinfección
Prácticas básicas, como el lavado adecuado de las instalaciones para la eliminación de la materia orgánica, incluido el uso de detergentes, y la posterior desinfección, son excelentes para la reducción de la presión de la infección ambiental.
Vacío sanitario
El período de vacío sanitario de las instalaciones limpias y secas, preferiblemente, con el uso de algún material para la desecación del ambiente, es muy efectivo para reduci...