Patología & Diagnóstico

Problemas respiratorios a la entrada de la reposición

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La aclimatación de las nulíparas que introducimos de otro origen es un reto importante, ya que les ayudará a adaptarse a la nueva alimentación, instalaciones y, sobre todo, a los patógenos enzoóticos de la granja frente a los cuales deberemos inmunizarlos.

Los mayores problemas surgen cuando los animales provienen de una granja con un alto estatus sanitario [Ej. negativas a Mycoplasma hyopneumoniae (Mhyo), Actinobacillus pleuropneumoniae (App)…]. Si son introducidas en la granja sin una inmunización previa, van a enfermar, no salir en celo, y en consecuencia no se quedarán gestantes. Por eso, la vacunación a la entrada de las nulíparas es muy importante para así ayudarlas a su aclimatización en el menor tiempo posible.

Sabemos que la prevalencia de influenza porcina en Europa, especialmente en los países en los que la producción porcina es más importante, es muy elevada, superando fácilmente el 30% de explotaciones seropositivas (Van Reeth et al., 2008). En España es donde la seroprevalencia de la influenza porcina es más elevada, alcanzando el 94% de explotaciones seropositivas (Simón-Grifé et al., 2011). Por lo tanto, las situaciones enzoóticas (o endémicas) de la influenza porcina son probablemente más frecuentes de lo que cabría esperar inicialmente.

Según un estudio en 2015 de Díaz y colaboradores, una de las subpoblaciones con mayor riesgo a ser positiva a PCR frente a influenza fueron las cerdas de reposición. Su explicación es sencilla, ya que este grupo de animales llegan susceptibles a la cepa “residente” en la granja, y al entrar en contacto con ella, se infectan rápidamente.

En este caso clínico queremos compartir con vosotros el impacto económico negativo que puede llegar a tener el virus de la gripe en un grupo de cerdas naive frente a las cepas residentes existentes en la granja de destino.

El caso clínico se desarrolla en una granja SPF [negativas al virus del síndrome reproductivo y respiratorio porcino (PRRSV), Mycoplasma hyopneumoniae (Mhyo) y Actinobacillus pleuropneumoniae (App)].

En Abril, el responsable de un cebadero de 550 plazas llenado con animales de este origen, llama al veterinario porque al segundo día de haber introducido los animales en su cebadero, estos presentan tos, disnea, letargia y fiebre. Además, le confirma al veterinario que las bajas se han incrementado. En un solo día tiene un 2% de bajas, cuando los cierres de cebaderos anteriores han estado entorno a este porcentaje. Finalmente, este cebadero finaliza con un 6,5% de bajas, valor muy por encima de los resultados medios de los últimos engordes.

Se envía una baja al laboratorio y se detecta:

El veterinario decide poner un tratamiento antibiótico en agua con amoxicilina e inyectar a los animales con tulatromicina. Los cerdos del engorde se recuperan y la cría evoluciona favorablemente.

Además, se toman muestras de sangre de cerdas y lechones en transición para hacer ELISA y RT-PCR frente a PRRSV y el resultado es negativo para dicho virus.

Una semana después, el veterinario toma muestras de fluidos orales de la transición porque hay mayor porcentaje (70%) de lechones que presentan tos. Se decide tratar con doxiciclina y paracetamol, mejorando el cuadro clínico. Los resultados de los fluidos orales son positivos al virus de la influenza y negativos PRRSV.

En mayo, se introducen 87 nulíparas (que llamaremos lote 1) negativas a PRRSV y Mycoplasma hyopneumoniae.

Una semana más tarde enferman y presentan tos y fiebre, 11 de ellas mueren y 2 más son sacrificadas porque no se recuperan.

Como el veterinario había obtenido un resultado positivo a gripe en los fluidos orales de los lechones de la transición, decide vacunar la reposición a su entrada en la cuarentena con una vacuna de influenza con los 3 subtipos más frecuentes H1N1, H1N2 y H3N2 (Respiporc Flu3®).

La pauta de vacunación es la siguiente: aplican la primera dosis vacunal al día siguiente de la llegada de los animales a la cuarentena. Las cerdas en producción no se vacunan en sábana frente a gripe.

Esta medida no es completamente eficiente para los siguientes 5 lotes de nulíparas (n = 453). Las nulíparas todavía muestran signos respiratorios 7 días después de ingresar en la cuarentena. De las 453 nulíparas introducidas en los 5 siguientes lotes, 7 mueren y 12 de ellas tienen que ser enviadas a matadero o sacrificadas por eutanasia porque no se recuperan (Ver cuadro 1).

Para poder determinar la causa de esta mala adaptación de las nulíparas a su llegada, se toman fluidos orales del lote 1, y del lote 5 y 6 se toman muestras de sangre a su recepción en la granja. Además, del lote 6 se toman hisopos nasales de los animales con clínica respiratoria aguda.

En este punto es importante hacer un paréntesis del caso clínico para mencionar que el virus de la gripe porcina causa una infección aguda en el aparato respiratorio.

 

“La duración de la infección se estima entre 5 y 7 días desde su inicio, con picos de carga vírica entre el tercer y quinto día de infección. Esto hace que sea muy complicado poder detectar a tiempo al virus en un animal infectado. Por tanto, para poder abordar el diagnóstico de esta enfermedad es importante contar con un plan de actuación en la mayor brevedad posible desde la aparición de los signos clínicos, si los hay” (Gerard Martin, diagnóstico y monitorización de la gripe porcina, SUIS).

Volviendo otra vez al caso clínico, los resultados de las RT-PCR de fluidos orales son negativos al PRRSV y positivos a la influenza. Se hace una RT-PCR específica para determinar el tipo de Hemaglutinina y de Neuraminidasa presentes y conocer el subtipo del virus detectado, resultando ser un H1N1 de origen aviar. Además, el resultado de los sueros analizados de los animales a su llegada son seronegativos a la influenza, PRRSV y Mycoplasma.

Asimismo, 12 de los 13 hisopos analizados en el lote 6 son positivos al virus de la gripe por RT-PCR.

Posteriormente también se realiza la caracterización de las 5 muestras con mayor carga vírica (menor valor Cq o Ct) mediante RT-PCR específi cas para determinar el tipo de Hemaglutinina y de Neuraminidasa presentes. El resultado es un virus H1N2 con origen de Hemaglutinina Aviar.

Con estos resultados, el veterinario tiene claro que la mala adaptación de su reposición es debida al virus de la gripe y por ello decide hablar con la casa de genética para que las nulíparas que compren se vacunen en origen con Respiporc FLU3® tres semanas antes de su llegada.

El primer lote que llega a la granja con esta nueva pauta de vacunación es el lote 7, de 90 nulíparas. Estas cerdas no sufren ningún proceso respiratorio a la entrada, ni tienen que ser tratadas. Solo 1 cerda es eliminada por un prolapso rectal. La ganancia media diaria de los animales no es analizada en la cuarentena, pero el veterinario tiene la percepción de que es aparentemente mayor que en los lotes anteriores que sufrían el proceso respiratorio. Desde que se ha aplicado esta nueva pauta vacunal, los animales no se han visto afectados a nivel respiratorio tras su recepción en la granja.

En resumen, los animales llegaban seronegativos al virus de la gripe a su entrada en la granja, y aparentemente una co-infección múltiple del virus de la gripe H1N1 y H1N2 en un rebaño naïve causó una mortalidad significativa y un número creciente de nulíparas eliminadas.

La vacunación frente al virus de la influenza con tiempo suficiente para desarrollar una respuesta inmunitaria antes de la infección controló los signos clínicos asociados a la gripe.

En definitiva, la adaptación de las nulíparas al virus de la gripe es importante ya que como podemos ver en este caso clínico, las cepas “residentes” de la granja no solo causaron problemas agudos respiratorios en los animales afectados, sino que llegaron a causar en el primer lote hasta un 12,6% de bajas.

La media del precio de una primeriza al entrar en granja está entorno a los 225 Euros (datos medios 2015 SIP Consultors) y su coste hasta el parto puede incrementarse hasta alcanzar unos 220 Euros más. Las medidas que apliquemos, y que estén focalizadas para lograr una mejor adaptación de nuestra reposición, y nos aporten un incremento de su productividad o minimicen sus bajas, siempre tendrán un impacto económico positivo en nuestra granja.

En un estudio reciente de Simón Grifé et al.en 2011 se demostró que el 40% de los cerdos estudiados eran seropositivos frente a más de un subtipo. Con lo cual, no es extraño que en este caso clínico, 2 subtipos estuvieran involucrados. Lo cual nos indica, que es importante que los animales sean inmunizados frente al mayor número de subtipos o linajes disponibles.

Respiporc FLU3® es una vacuna trivalente inactivada del virus de la Influenza porcina, y son necesarias 2 dosis en la primovacunación para que los animales generen una respuesta inmunitaria adecuada. De hecho, el inicio de la inmunidad es a los 7 días después de la primovacunación (a partir de la segunda dosis). Por eso, no solo es importante aplicar un tratamiento vacunal preventivo frente a la gripe sino que también la pauta de aplicación deberá ser la adecuada.

En este caso, el veterinario pudo adaptar la pauta vacunal con ayuda de la casa genética, aplicando la primera dosis en la recría de la empresa de genética y la segunda al llegar los animales a la granja.

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