A día de hoy, la raza autóctona Porco Celta permanece en situación de riesgo de desaparición, con apenas 700 cerdas reproductoras distribuidas en menos de 140 granjas.
Estas explotaciones, en el 95% de los casos, son de capacidad reducida y su producción muy limitada, constituyendo, en casi todos los casos, una actividad económica complementaria para los responsables de las granjas, teniendo éstos una baja capacitación profesional en el ámbito agroganadero debido a que no se trata de su ocupación profesional.
Esta circunstancia, unida a las limitaciones que supone aplicar medidas de bioseguridad en este tipo de granjas al aire libre, ponen de relevancia la importancia de establecer unos criterios sanitarios básicos y de aplicación uniforme en todas ellas.
En este escenario se plantean varios retos, entre ellos, el aumento de la demanda comercial de carne y productos derivados del Porco Celta que la actual producción no es capaz de satisfacer.
Es necesario multiplicar el efectivo reproductor e incrementar el número de granjas para poder asumir el aumento de producción al mismo ritmo que exige el mercado. En consecuencia, se hace necesario trabajar en el aumento y optimización de la producción, co...