A día de hoy, la raza autóctona Porco Celta permanece en situación de riesgo de desaparición, con apenas 700 cerdas reproductoras distribuidas en menos de 140 granjas.
Estas explotaciones, en el 95% de los casos, son de capacidad reducida y su producción muy limitada, constituyendo, en casi todos los casos, una actividad económica complementaria para los responsables de las granjas, teniendo éstos una baja capacitación profesional en el ámbito agroganadero debido a que no se trata de su ocupación profesional.
Esta circunstancia, unida a las limitaciones que supone aplicar medidas de bioseguridad en este tipo de granjas al aire libre, ponen de relevancia la importancia de establecer unos criterios sanitarios básicos y de aplicación uniforme en todas ellas.
En este escenario se plantean varios retos, entre ellos, el aumento de la demanda comercial de carne y productos derivados del Porco Celta que la actual producción no es capaz de satisfacer.
Es necesario multiplicar el efectivo reproductor e incrementar el número de granjas para poder asumir el aumento de producción al mismo ritmo que exige el mercado. En consecuencia, se hace necesario trabajar en el aumento y optimización de la producción, cometidos en los que resulta imprescindible alcanzar y mantener un buen nivel sanitario.
Asimismo, se presentan otros retos exógenos, no ligados a los productores ni a su modelo de gestión, como la actual amenaza de la Peste Porcina Africana y el despunte de otras enfermedades emergentes que pueden diezmar severamente a esta ganadería.
Con la intención de salvar las particularidades que caracterizan la reducida producción de esta raza porcina, en el año 2019, desde la Asociación de criadores de la raza porcina Celta – ASOPORCEL se sentaron las premisas básicas de un plan de acción que intenta dar cierta uniformidad higiénico-sanitaria a todas las pequeñas ganaderías registradas en el libro genealógico y que, al mismo tiempo, permite tener bajo vigilancia las enfermedades susceptibles de ser diseminadas por la fauna silvestre con la que existe un elevado riesgo de contacto.
VIGILANCIA SANITARIA Y CONTROL DE ENFERMEDADES INFECCIOSAS
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Explotaciones A0: se desconoce su situación en cuanto a vacunación o controles serológicos en los últimos doce meses o no cumple el programa de vacunación o los controles serológicos.
Explotaciones A1: cumple el programa de vacunación y los controles serológicos, con diagnostico positivo frente a la glicoproteína gE del virus de la Enfermedad de Aujeszky en el último control efectuado.
Explotación A2: cumple el programa de vacunación y los controles serológicos, con resultado negativo frente a la glicoproteína gE del virus de la Enfermedad de Aujeszky en el último control efectuado, sin que se hayan iniciado aún las actuaciones precisas para su calificación, o habiéndolas iniciado no las hayan finalizado.
Explotación A3: explotación indemne a la Enfermedad de Aujeszky. No hay signos de la enfermedad en los animales, se realizan controles serológicos previstos en la normativa según el tipo de explotación y se ejecuta el programa vacunal aprobado.
Explotación A4: explotación oficialmente indemne a la Enfermedad de Aujeszky. No hay signos de enfermedad en los animales, se realizan controles serológicos previstos en la normativa según el tipo de explotación y NO SE VACUNA.
La máxima calificación sanitaria que pueden alcanzar [registrados]las explotaciones dedicadas a la cría o cebado de Porco Celta es A3 o explotación indemne a la enfermedad.
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Vacunación
Según lo indicado en la normativa, en la vacunación frente a la Enfermedad de Aujeszky se aplica un protocolo de vacuna viva atenuada y gE negativa, con los siguientes patrones:
Control serológico
Los controles serológicos se realizan, al menos, una vez al año en las granjas y según los tamaños de muestra y prevalencias indicados en el Anexo IV del RD 360/2009 (Tabla 1).
En las granjas de producción el número de animales muestreados debe garantizar, con un nivel de confianza del 95%, la detección de la presencia de la Enfermedad de Aujeszky si su tasa de prevalencia ser, como mínimo, del 5%. En los cebaderos el tamaño de muestra debe permitir detectar la presencia de la enfermedad con una prevalencia mínima esperada del 10% con un grado de confianza del 95%.
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CONTROL DE ENFERMEDADES PARASITARIAS
El control de las posibles parasitosis en el Porco Celta tiene una gran importancia dado que el sistema de cría de estos cerdos, en el exterior durante la mayor parte de su ciclo productivo, supone que exista una mayor probabilidad de infestación parasitaria que en las producciones estabuladas, siendo crucial establecer pautas de desparasitación periódicas y efectivas.
Por este motivo, la desparasitación se realiza preferiblemente por vía parenteral y con antiparasitarios de amplio espectro, activos frente a parásitos externos e internos, generalmente Ivermectina.
Habitualmente, se desparasitan las cerdas y sus lechones en el momento del destete y los sementales y cebos cada seis meses en sábana. En el caso de que las cargas parasitarias lo requieran, se realizan tratamientos intermedios de refuerzo.
Estas pautas de desparasitación deben ir acompañadas de una serie de pautas de manejo para garantizar un buen control parasitario en la granja:
Separar animales según su edad.
Evitar deficiencias alimentarias.
Emplear un buen sistema de pastoreo rotacional.
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BIOSEGURIDAD
Al hilo del control de roedores, otro de los pilares fundamentales de la buena salud de una granja está en el programa LDDD, aunque, de nuevo, la producción en régimen extensivo limita mucho la aplicación y la efectividad de las medidas que se adopten a este respecto. Sin embargo, existen ciertas prácticas sencillas e imprescindibles en este sentido.
Limpieza y desinfección
Es importante realizar la limpieza y desinfección periódica de los refugios y de los cubículos usados como sala de partos, estando indicada la limpieza de estos últimos siempre tras la salida de una camada de lechones destetados y antes de que se ocupe con otra cerda próxima al parto.
Las rutinas de limpieza y desinfección, así como los productos a utilizar, no difieren de las aplicadas en las granjas de porcino intensivo.
Control de insectos y roedores
El control de insectos y roedores es otro punto clave a tener en cuenta. Si bien, lo ideal sería que no tuvieran oportunidad de interacción con los cerdos, mientras éstos permanezcan al aire libre, se perfila como un objetivo imposible.
Sin embargo, sí es factible actuar sobre los refugios y demás construcciones, procurando mantenerlos libres de ambos tipos de plagas, especialmente aquellos lugares donde se almacenan los piensos destinados a alimentar a los animales, a los que no se debe permitir tampoco el acceso de ningún otro tipo de fauna.
Formación del personal
Existen otros elementos a tener en cuenta para optimizar las medidas de bioseguridad que podemos emplear en las granjas de este tipo con el fin de minimizar la entrada/salida de enfermedades, así como su diseminación dentro de la explotación.
Es importante concienciar a los criadores sobre la importancia de estas pautas, puesto que en muchos casos no estiman correctamente los riesgos que asumen con ciertas prácticas. Por ello consideramos que la información y formación de nuestros ganaderos es otro factor fundamental del programa sanitario.
Control de accesos
Se insiste especialmente en mantener íntegro y en buenas condiciones el cierre perimetral de la granja de manera que no se produzcan tránsitos incontrolados a través de ella, restringiendo también la entrada de personas y vehículos ajenos al interior del perímetro vallado.
En el caso de que deban entrar personas ajenas a la granja, deben quedar registrados en el libro de visitas, siempre con una desinfección previa de ruedas y/o calzado.
Registros documentales
¡Todos los registros documentales son importantes!
Es importantísimo tener actualizados y cumplimentados el libro de visitas, el libro de tratamientos y el libro de explotación donde se registran todos los movimientos pecuarios ocurridos en la granja.
Se debe conservar un archivo de recetas veterinarias, de albaranes de suministro de piensos y de recogida de cadáveres.
Toda la documentación referida a la comunicación de altas y bajas de animales en el libro genealógico, cruzamientos realizados y nacimientos identificados deben conservarse, puesto que la identificación individual que se aplica a todos los ejemplares de esta raza para su registro genealógico constituye también una mayor garantía en el control, tanto sanitario como administrativo.
Utensilios y vestimenta
Es primordial que los utensilios, herramientas y vestimenta utilizados en la granja sean para uso exclusivo en esta, de forma que no se conviertan en vehículo de patógenos.
Gestión de residuos
¡La gestión de todo tipo de residuos resulta primordial!
Los estiércoles y purines de los animales no suelen constituir mayor problema dado el sistema extensivo de explotación y rara vez es necesaria su acumulación en estercoleros para su posterior uso como fertilizante.
Los posibles cadáveres deben separarse en una zona aislada donde no puedan acceder otros animales y que se limpiará tras su retirada.
La retirada de los cadáveres debe hacerse siempre a través de un gestor autorizado para el traslado y tratamiento de cadáveres, debiendo quedar constancia documental en el correspondiente registro.
De igual manera, se han de eliminar a través de gestores legalmente autorizados los residuos de productos químicos, envases, medicamentos y demás restos orgánicos calificados como peligrosos.
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