El aumento de la prevalencia del prolapso uterino en cerdas en torno al parto ha llevado a inferir que los prolapsos pueden estar asociados con la hipocalcemia.
El aumento de la prevalencia del prolapso uterino en cerdas en torno al parto ha llevado a inferir que los prolapsos pueden estar asociados con la hipocalcemia. Sin embargo, se dispone de datos limitados para apoyar que la hipocalcemia se produce en las cerdas.
Las cerdas con prolapso deben ser eutanasiados, lo que genera pérdidas económicas para los productores. Los prolapsos uterinos suelen ocurrir alrededor del parto (Iida et al., 2019). Sin embargo, la etiología de esta condición, definido como la eversión y la protrusión del útero, es desconocido.
Los factores implicados como posibles causas de los prolapsos incluyen el número de parto, el tamaño de la camada, las micotoxinas en el alimento, la salud de la piara, la genética y la nutrición (Pittman, 2017; Iida et al., 2019). En lo que respecta a los factores nutricionales y fisiológicos que pueden inducir prolapsos, la hipocalcemia se suele inferir como un factor de riesgo.
La hipocalcemia en las vacas lecheras se asocia con la alimentación con exceso de Ca dietético durante la última etapa de la gestación. Se supone que el exceso de Ca suprime los mecanismos homeostáticos críticos para mantener las concentraciones séricas de Ca a medida que aumenta la demanda de este mineral durante las primeras etapas de la lactancia.
En las vacas, la hipocalcemia se ha implicado en los prolapsos uterinos (Risco y otros, 1984) entre otros factores que pueden causar un prolapso, como la postura decúbito prolongada, la distocia, la atonía uterina y el retraso de la involución del cuello uterino (Curtis y otros, 1983; Kamgarpour y otros, 1999).
La hipocalcemia parcial es muy frecuente en las vacas lecheras (Reinhardt et al., 2011). Después del parto, la demanda de Ca aumenta rápidamente (de ~80 a ~500 mg Ca/kg de peso corporal metabólico) para apoyar las necesidades de calostro y síntesis de leche (Horst y otros, 2005). Por lo tanto, este período de transición representa un desafío fisiológico para el animal para mantener las concentraciones de Ca dentro del rango normal.
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