Los proyectos de investigación, tradicionalmente, se habían diseñado con la aproximación “top-down” (del inglés desde arriba hacia abajo), que en el contexto de la producción porcina se traduce en que muchas investigaciones se llevaban a cabo en granjas experimentales.
Existe una investigación fundamental que requiere ciertamente de condiciones muy controladas para obtener resultados significativos. Sin embargo, en las últimas décadas, la Unión Europea ha apoyado otra aproximación que se conoce “bottom-up” (del inglés de abajo hacia arriba), que precisamente busca una mayor implicación del sector usuario de la investigación, sobre todo en lo que se refiere a la conocida como investigación aplicada.
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Para cada una de las 4 áreas temáticas, los representantes de los productores definen dos retos cada año, sobre los cuales consideran que deberían buscarse buenas prácticas aplicadas actualmente en granjas comerciales.
De entre todas las buenas prácticas presentadas, se selecciona la mejor para cada reto, y se distingue al ganadero como el “embajador” para ese reto.
El objetivo final del estudio es elaborar materiales didácticos diversos (vídeos, imágenes, folletos…) que se publican en la página web del proyecto para ser difundidos a otros productores y al público en general.
Durante este año 2019, para el área de salud, los productores de porcino consideraron que dos de los retos de gran relevancia que se debían abordar eran: