El intestino tiene como función principal la digestión de los alimentos y la absorción de nutrientes y electrolitos. Además, debe regenerarse mediante la proliferación de células epiteliales intestinales, restituyendo el epitelio tras las agresiones y daños. No menos importante es el hecho de que el intestino debe proteger al organismo de alimentos que incorporan toxinas y de microorganismos y virus que se vehiculan con la alimentación1.