El diagnóstico etiológico en la producción porcina ha tenido un desarrollo exponencial en las últimas décadas gracias al uso de nuevas técnicas laboratoriales de gran sensibilidad y especificidad.

Sin embargo, el primer paso para obtener un resultado fiable y preciso es la correcta toma de muestras, así, la calidad diagnóstica comienza en la granja.

En este artículo se detallan los principios prácticos más relevantes para que los veterinarios de campo optimicen el proceso de muestreo según el caso clínico. Además, se explica la importancia de la correcta toma de muestras y de la elección de la técnica analítica más adecuada en función del objetivo diagnóstico.

Hay tres fases clave que estructuran el proceso de muestreo y que condicionan la calidad del diagnóstico desde el inicio:

Elección de la muestra.
Toma de la muestra.
Envío de la muestra.

ELECCIÓN DE LA MUESTRA

Seleccionar la muestra correcta condicionará el éxito del diagnóstico, por lo que se deberá estudiar el proceso presente en los animales, conocer el historial sanitario de la granja y con todo ello planificar el muestreo a realizar.

 

¿Qué animales muestrear?

Aquellos con signos clínicos evidentes y representativos del proceso en curso.

Animales no tratados previamente con antibióticos.

Siempre que sea posible, varios individuos de distintos lotes o fases productivas.

En caso de muestreo post mórtem, animales recién muertos o sacrificados, nunca cadáveres con varias horas de evolución.

¿Qué muestras tomar?

Para seleccionar la muestra a tomar se deben tener en cuenta varios condicionantes: El proceso clínico observado: respiratorio, nervioso, articular, digestivo, reproductivo, etc. (Tabla 1).

El estado del animal (Imagen 1).

IN VIVO

Es de gran interés tomar muestras de animales vivos con sintomatología característica, lo que permitirá un diagnóstico más amplio y representativo de la piara.

En este caso se seleccionarán muestras que no impliquen el sacrificio de los animales.

POST MÓRTEM

En caso de que haya bajas recientes de animales, se hará una necropsia reglada para poder obtener muestras de órganos o hisopados de los mismos.

El órgano diana del patógeno que se sospecha: es fundamental comprender la patogenia de la enfermedad que se desea diagnosticar, ya que ello permite seleccionar adecuadamente las muestras clínicas.

En la Tabla 2 se muestra, a modo de ejemplo, un cuadro resumen con las muestras idóneas en problemas nerviosos, de poliserositis y articulares en ganado porcino.

La técnica diagnóstica a utilizar: la elección de la muestra también dependerá de la técnica diagnóstica que se vaya a emplear.

Por ejemplo, si se utilizan técnicas serológicas para evaluar la respuesta inmunitaria, se deberán enviar muestras de suero. En estos casos, es importante considerar el período de seroconversión, es decir, el intervalo entre el momento de la infección y la aparición de anticuerpos detectables en sangre.

El objetivo del análisis: no siempre se pretende identificar el patógeno. Según la finalidad concreta variarán tanto el tipo como el número de muestras a enviar.

Errores frecuentes en la SELECCIÓN de la muestra

LA TOMA DE MUESTRA: TÉCNICA Y PROTOCOLO

¡Una muestra mal recogida es una oportunidad diagnóstica perdida!

Del mismo modo que cada técnica requiere un tipo de muestra específico, cada muestreo exige contar desde el principio con el material necesario para su obtención, manipulación y conservación.

La planificación previa es clave para evitar improvisaciones y garantizar que la muestra llegue al laboratorio en las mejores condiciones.

Hay normas básicas que aplicación a cualquier toma de muestra:

Mantener la máxima asepsia: trabajar en un lugar limpio y utilizar guantes y material estéril.
Contar con el material adecuado para cada tipo de muestra.
Valorar si será necesaria la sujeción o sedación del animal en cas o de toma in vivo.
Limpiar y desinfectar la zona de punción o corte para evitar contaminaciones.
En necropsias, cambiar guantes y bisturí entre mues tras y evitar el contacto entre tejidos para reducir la contaminación cruzada.
Cada órgano, hisopo o fluido debe enviarse en su propio recipiente estéril, identificado de manera individual.

Por todo ello, antes de salir al campo hay que hacerse algunas preguntas clave:

¿De qué agente sospechamos?
¿Qué muestras serán más útiles?
¿Qué lesiones se prevé encontrar al abrir el animal?

Solo así se podrá preparar el material adecuado.

Para orientar este procedimiento, los laboratorios de diagnóstico suelen proporcionar guías o instrucciones específicas. Un ejemplo es la web de Exopol (exopol.com), donde están disponibles vídeos que muestran distintos protocolos de toma de muestras.

Errores frecuentes en la TOMA de muestras

ENVÍO DE MUESTRAS: LA ÚLTIMA MILLA DEL ÉXITO

No hay que olvidar la fase final del proceso de muestreo, ya que determina en gran medida la validez de todo el trabajo previo.

El envío constituye la “última milla” del éxito diagnóstico y debe considerarse una parte esencial del protocolo.

Condiciones de conservación

El primer aspecto que se debe tener en cuenta son las condiciones de conservación, ya que, en función del tipo de muestra y de la técnica diagnóstica se requerirán diferentes condiciones de manejo. Algunos ejemplos:

Es preferible el transporte refrigerado de la mayoría de las muestras. Sin embargo, los hisopos con medio de transporte o las heces para estudio coprológico pueden viajar a temperatura ambiente siempre que no se expongan a altas temperaturas.

La sangre entera con EDTA y los sueros con coágulo deben mantenerse refrigerados y nunca congelarse si se desean realizar pruebas hematológicas o serológicas.

Los órganos o fluidos biológicos deben refrigerarse cuando se vaya a solicitar un cultivo microbiológico, ya que la congelación disminuye la viabilidad bacteriana.

Las muestras para estudio histopatológico nunca deben congelarse. Lo recomendable introducir el tejido en formol al 4 % en el momento del muestreo.

Bioseguridad y trazabilidad

Existen principios generales que garantizan la bioseguridad y la trazabilidad durante el transporte y la recepción de muestras:

Triple embalaje para evitar fugas y cumplir con la normativa de transporte.

Entrega en el laboratorio en menos de 24 horas siempre que sea posible.

Etiquetado claro y preciso de cada muestra.

Envío de un informe clínico completo que incluya antecedentes sanitarios, signos observados y tratamientos aplicados, de forma que el laboratorio pueda contextualizar los hallazgos y orientar el análisis.

Errores frecuentes en el ENVÍO de la muestra

Una muestra correctamente seleccionada y obtenida puede perder totalmente su valor si no se envía en condiciones adecuadas. Los errores más habituales son:

CONCLUSIÓN

La eficacia de un diagnóstico veterinario comienza mucho antes de que las muestras lleguen al laboratorio.

La elección del animal adecuado, la recogida correcta de las muestras más apropiadas y el envío en condiciones óptimas constituyen eslabones críticos de una misma cadena.

Formarse y sistematizar la toma de muestras es tan importante como interpretar un resultado.

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