Vio como en todos los pueblos de alrededor iban apareciendo granjas de cerdos. Todos hablaban de lo fácil que era eso. ¿Y por qué él no iba a poder? Estudió el mercado y la idea parecía interesante.
El día que cumplía 25 empezó todo.
Primero fue a su Ayuntamiento a ver qué documentación necesitaba.
En la parcela que él había pensado no podía porque no daba la distancia con un proyecto de otra granja que aún no se había construido. iA cambiar de planes!
Otra posibilidad era conseguir un trocito de campo de un vecino con el que la relación era buena. Pero cuando empezaron a hablar de negociar, las cosas “se complicaron”.
En fin, era una inversión de futuro y tras varias negociaciones llegaron a un acuerdo. Lo logró, primer paso.
Ahora había que ir a visitar las distintas empresas de proyectos que había en el mercado. Citas, propuestas, ideas, problemas, soluciones y mil dudas.
Preguntando a los amigos y visitando muchas instalaciones, se hizo una idea de cómo tenían que ser los tabiques, qué tipo de comedero funciona mejor y qué ventilación da menos problemas.
Había pasado medio año y aún no había visto ni un animal porcino. Llegaba la locura.
Comenzaba el momento de negociar con la empresa de construcción en cuanto a plazos y a precios.
Y lo peor de todo: ir a hablar con los bancos para la financiación.
Noches sin dormir. Montones de papeles y cuentas. Al final se marcó un plazo y se decidió.
Ahora a esperar que la empresa no se retrasara. Pero…se retrasó. ¡Qué casualidad, era la primera vez que les pasaba!
Mientras tanto le tocó ir de vecino en vecino buscando autorizaciones para que le permitieran aplicar en sus campos el purín producido como fertilizante.
Esto llevó tiempo y tuvo que ayudarle su padre a mover los contactos de años de amistad.
Lo logró. Los meses iban pasando. Aún quedaba un tema importante: qué empresa integradora iba a ser su socia en los próximos años.
En estos momentos, por suerte, el sector necesita engordes y él iba a tener uno para ofrecer. De nuevo a negociar.
El tiempo seguía pasando. Fue difícil porque las propuestas que rechazó no eran malas, simplemente eran menos buenas….nunca se sabe dónde nos llevará el futuro.
Y por fin pudieron empezar a construir. De nuevo aparecieron problemas: en los cimientos hubo que poner mas hormigón del previsto, la fosa de purines se llenó de agua de lluvia, el albañil se puso enfermo, el viento se llevó parte del tejado…pero el final se veía allá en el horizonte.
Ahora había que emp...