Esta estimulación temprana, también llamada “efecto macho”, es una combinación de señales táctiles, visuales, auditivas y olfativas. Las señales olfativas son las más importantes. Las feromonas identificadas en la saliva de los machos actúan a través de los receptores nasales y el bulbo olfativo para inducir el celo puberal en las cerdas jóvenes.