Uno de los temas principales es que desde el 2008 no sufríamos de la imposibilidad de faenar y que
por cada semana que acumulamos no laborable, tenemos que hacer una retención en las granjas de casi 180.000 animales.
El presente es un resumen de los datos más importantes que tuvo el Sector Porcino Argentino a lo largo del año 2020, enmarcado en la Pandemia…
El presente es un resumen de los datos más importantes que tuvo el Sector Porcino Argentino a lo largo del año 2020, enmarcado en la Pandemia provocada por el COVID 19 y que afecto a todo el mundo.
Muchos de los datos son el resultado de investigaciones particulares y consultas con distintos proveedores del sector, como también de funcionarios de distintos estamentos Gubernamentales, tanto Nacional como Provincial.
En un año donde todo lo atípico se dio, el maíz supero en producción a la soja. El primero llegó a los 51 millones de toneladas y la soja estuvo cerca de los 50 millones de toneladas.
De toda esta producción, el sector porcino generó alimento balanceado por un total de 2.883.000 toneladas que representa un 7.8% de crecimiento con respecto al año anterior.
La participación del maíz fue de 1.729.000 ton, que representa el 2.9% de la producción anual y 576.000 ton de soja, transformada en pellet o harina de soja, que representa el 1.1% de la producción anual del país.
La producción porcina en Argentina aumentó en primer lugar, por una mejora de la eficiencia (5.8%)
obtenida de cada cerda madre que paso de 21.1 capones por madre y año (CMA) a 22.3 CMA.
La otra suba de la producción se obtuvo por un aumento (9.4%) en el peso de los cerdos que llevo de los 2.329 kilos por madre y por año (KMA) a los 2.549 KMA.
Cada capón pasó de los 110.5 kilos de peso vivo a los 114.3 kilos de peso vivo.
Bajó la cantidad de madres totales (-6.000), en tan solo un año, siendo la disminución más importante en los pequeños productores, perdiendo cada vez mayor participación del total (tabla N°1).
Desde el 2002 el crecimiento en producción de toneladas fue 5.8 veces hasta el 2020. Podemos observar la evolución en el gráfico Nº 1: [registrados]
El precio del cerdo en pie dolarizado marcó durante el año, diferencias muy significativas con valores para el precio máximo:
Empezó con un valor de U$D1.21 en enero, a un piso de U$D0.86 en julio y un techo de U$D1.39 en octubre, terminando diciembre en U$D1.33. Algo similar sucedió con el precio promedio.
La variabilidad fue una de las más altas de los últimos 5 años y similar a la del 2018, aunque esta última estuvo mucho más relacionada con la fuerte devaluación de la moneda argentina (gráfico Nº2):
En el siguiente Gráfico Nº 3 observamos la relación entre el valor promedio y el valor máximo, que normalmente expresa la posible subfacturación. Cabe señalar que el precio de referencia en el mercado argentino, nunca es el promedio, sino el máximo.
En el Gráfico Nº 4 comparamos lo que sucede en el precio del cerdo en pie en Argentina y en otros mercados como Brasil y EE.UU. y el precio del novillo de Liniers (INML) del mercado argentino, todos a valor dólar por kilo vivo.
Durante todo el año se observó una cotización históricamente baja del mercado del cerdo en EE.UU. relacionado tanto con el COVID 19, como con los conflictos comerciales con China.
Brasil tuvo un efecto directo del COVID 19 y que fue recuperando rápidamente, relacionado con el aumento de las exportaciones.
El vacuno en el mercado argentino tuvo un comportamiento tranquilo durante casi todo el año, generando una abrupta subida en los últimos 45 días del año.
Como ya mencionáramos en el apartado «producción», el peso de faena tuvo un factor importantísimo para el
crecimiento de los kilos equivalente media res, ofrecidos al mercado local y exportador.
La variación, en un primer momento, por la retención de los animales en la granja dando promedios de 120 kilos vivos, era algo esperable, pero quizás los más importante fue que la caída de los pesos promedio en la segunda mitad del año fue muy baja y en algunos casos como octubre y noviembre, con los precios en alza, aumentaron también.
Es un mérito esto último de los productores que entendieron que con precios buenos, no se bajan los pesos de faena, al contrario, se aumentan.
Observamos en el gráfico la variación y proyección para diciembre del año 2020 y la comparación con respecto al promedio de peso 2015-2019.
Argentina, al ser un país con más riesgos que los países desarrollados, debe ofrecer un margen bruto en dólares más atractivo en cualquiera de sus actividades.
Vemos lo sucedido en los dos últimos años en el gráfico Nº 6:
El Sector Porcino ha demostrado ser una de los mejores exponentes de la agroindustria en cuanto al margen bruto, con un promedio los últimos 19 años de 19.9%, incluyendo años muy complicados como el 2002, 2007, 2009, 2016 y 2018 con valores inferiores a dos dígitos, pero con años como 2005, 2010, 2012 y 2015 con valores superiores al 30%.
Puntuada vemos la línea del promedio de los últimos 12 meses, mes a mes.
La relación del precio del pechito (costillar, asado, etc.) con el precio del cerdo en pie, marca de una forma indirecta, cómo se reparte el negocio entre los distintos participantes, desde la producción primaria, hasta la comercialización de la carne en carnicerías o supermercados.
Históricamente, al igual que la vaca la relación era de 4:1, pero vemos desde hace algunos años que la misma se va reduciendo y este año tuvo un promedio de 3:1, 7.3% inferior al año anterior (gráfico Nº 7):
Podemos ver que hubo una diferencia importante en los meses de mayo a agosto, y que termina el año con los valores más bajos. Se cae un mito que la plata la hacen los carniceros.
Algo muy similar pasa con el corte del jamón con hueso, grasa y cuero que vemos en el gráfico Nº 8.
Si bien no tuvo una relación importante como el corte anterior, ante todo por ser menos conocido, su inserción en el mercado del fresco es una realidad y en un año donde la utilización como materia prima para fiambres y chacinados se derrumbó, tuvo una salida muy grande y también una aceptación generalizada.
Si bien marcó algún alza entre mayo y agosto, la baja para fin de año no fue tanta y en especial en diciembre donde fue parte de muchas casas en las celebraciones navideñas, desplazando casi por completo al lechón.
En el análisis anual de las variaciones en pesos de las variables mencionadas, los cereales se llevaron por mucha diferencia el primer puesto, seguidos por el vacuno y el cerdo y en un tercer escalón los cortes porcinos al público, inclusive el pechito estuvo por debajo de la variación del dólar.
Las importaciones siempre fueron un karma para el sector porcino. Generaron un desastre en la década del 90, con la expulsión de más de 2.500 productores del sistema, momento en que representaban el 50% de lo que consumíamos en Argentina.
Vemos la evolución del año pasado en el gráfico Nº 11:
En el 2020 se logró un récord de más de 42.000 ton (que ya habíamos proyectado en junio), con un crecimiento respecto al año anterior de 66.2% y logrando, después de 29 años, una balanza comercial en cantidad y divisas positiva en el comercio internacional.
Vemos la evolución mensual en el gráfico Nº 12:
Es importante tener noción de todo lo que significa el sector porcino en Argentina en sus distintos eslabones y a continuación haremos un detalle de cada uno de ellos, cómo están estratificados y que cantidad de personal directo ocupan.
En el caso de la producción primaria, se tiene en cuenta solamente aquellos que comercializan. Acá se choca con cifras muy distintas y alguna de ellas exageradas, tanto en productores, como en cantidad de cerdas.
En este informe no se tienen en cuenta las producciones de traspatio, de consumo propio.
El grupo de los establecimientos más grandes tiene casi el 50% de la faena total y es conformado por tan solo 101 participantes.
Ocupan 12.800 puestos de mano de obra directa.
En cuanto a los establecimientos de faena están considerados los Nacionales, con tránsito Federal otorgado por SENASA, los provinciales y los municipales.
La concentración de los más grandes es cercana al 80%. También se marca en la información que casi el 60% de la faena se realiza en un radio de 100 km de la ciudad de Buenos Aires.
El personal ocupado de forma directa es de 6.700 puestos.
De la faena total los frigoríficos el 48% realiza un ciclo II en la misma planta, el resto se procesa en otros establecimientos.
El siguiente eslabón es el de los Matarifes, que procesan el 52% de la faena total. No se observa una concentración como en los otros eslabones.
Es el segundo eslabón de mayor ocupación de personal con 9.500 puestos.
El último eslabón es de las fábricas Chacinadoras. Es importante señalar que existen fábricas que dentro de su predio tienen la faena, el desposte y la propia elaboración de fiambres y chacinados.
Hay también, una importante concentración de la producción total, 10 plantas producen el 53%.
Como hemos comentado durante todo el año, la aparición del COVID 19 en el mundo y en nuestro país, condicionó todo el desarrollo que uno había programado y hubo que “recalcular” en cada movimiento que se hacía, algunas veces acertadamente y otras no tanto.
Uno de los temas principales es que desde el 2008 no sufríamos de la imposibilidad de faenar y que
por cada semana que acumulamos no laborable, tenemos que hacer una retención en las granjas de casi 180.000 animales.
Esta acumulación fue uno de los factores que provocó en abril la fuerte caída de las cotizaciones, que recién se normalizaron a finales de junio, principio de julio.
Otra enseñanza importante que nos da este año es la tremenda capacidad que tiene el mercado local
de la carne fresca porcina, si la misma se encuentra con una diferencia al mostrador el 20% con la carne
vacuna.
Nos dimos cuenta también, ya frente al problema, la importancia del canal HORECA, que se llevaba un 12% de lo producido en el 2019 y de un día para el otro, fue 0%.
Los chacinados perdieron un porcentaje del 70% de venta en los primeros momentos y que participaron con el porcentaje más bajo de consumo de carne de cerdo a través de los mismo en los últimos 100 años.
Hay un mercado que no se atiende y es el de los productos 100% de cerdo, que se deja de lado, pero que sigue siendo un desafío interesante para todo el sector porcino.
Fue positiva tanto en cantidad como en divisas. Hay un futuro muy bueno para Argentina, solo debería hacer algunos deberes e inversiones.
Cabe mencionar que con el avance de la compartimentación de granjas que se está llevando en el SENASA, se pueden abrir mercados muy interesantes para la exportación, como, por ejemplo: Japón.
Desde hace 3 años que el sector no crece genuinamente en cantidad de madres (al contrario disminuye) y
solucionando este tema, lo podríamos lograr. Los funcionarios dicen entenderlo, pero con eso no basta, deben solucionarlo.
Tampoco tuvimos crédito accesible, más allá de infinidad de propuestas de bancos oficiales, que terminaban como la película, siendo propuestas indecentes… por la tasas.
Por último, el cerdo, en el año de la rata, estuvo en boca de todos los argentinos, gracias a las posibles
inversiones chinas.
Empezamos el año con datos de algunos operadores que demostraban la locura de la propuesta y seguimos con propuestas de algunos funcionarios públicos que demostraban la falta de conocimiento del sector.
En el medio de la lucha de los activistas ambientales y veganos en contra de las MEGA granjas, propuse hace ya algunos meses, la realización de granjas inteligentes que contemplan el bienestar animal, el uso responsable de antimicrobianos, el cuidado del medio ambiente y social.
También hubo cambios en los actores, ya que los que apoyaron en un principio el proyecto, se bajaron y los que la criticaban por preocuparse de los pequeños y medianos productores, se subieron.
El proyecto sigue en pie y como ya comenté en entregas anteriores se darán tres posibilidades:
Sería una verdadera locura, pero no nos extrañaría, que Argentina deje pasar esta oportunidad de darle valor a
sus cereales con el ingreso de divisas genuinas.
El sector que algunos pronosticaban que estaba muy complicado, sigue de pie y caminando, preparado para, si se dan las condiciones, empezar a correr y producir la carne porcina que necesita el país y el mundo.
Esta pandemia condicionará a muchos países que subsidian su producción y favorecerá a los que son genuinamente productores de alimentos.
Consumimos en el sector porcino solo el 3% del maíz y el 1% de la soja que producimos. Duplicando el consumo de los mismos y transformándolos en carne de cerdo, podríamos aumentar en los próximos 5 años 5 kilos per cápita para el mercado local y 900.000 ton para el mercado exportador.
Necesitamos funcionarios y políticos, que no importa si saben o no de cómo producir, faenar, despostar y comercializar cerdo, sino que sepan tomar medidas correctas y estratégicas que le permita al Sector porcino argentino seguir creciendo.
Finalmente quiero agradecer a todos los que colaboraron con información para este reporte y que conocí en estos 37 años que tengo en el sector.
Fuentes consultadas
https://porcinos.org.ar
https://minagri.gob.ar
https://www.argentina.gob.ar/economia
https://bna.com.ar
https://mercadodeliniers.com.ar
https://www.3tres3.com/
https://www.cac.bcr.com.ar/
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