En efecto, la lactación propiamente dicha no se suele establecer hasta 22-40 horas postparto.
En cerdas hiperprolíficas la alimentación, la composición y manejo del pienso durante la gestación y lactación, unido al manejo de la cerda y su camada en lactación, suelen ser los factores más determinantes en la producción.
Con respecto a las cerdas hiperprolíficas – y en términos generales – por lo que se refiere a la productividad por ciclo, y desde el punto de vista de la alimentación, la composición y manejo del pienso durante la gestación y lactación, unido al manejo de la cerda y su camada en lactación, suelen ser los factores mas determinantes en la producción.
En efecto, la lactación propiamente dicha no se suele establecer hasta 22-40 horas postparto.
Tras el parto, la principal relación que se establece entre la cerda y la camada es primero la toma del calostro y más tarde las secuencias de amamantamientos que se reproducen secuencialmente a lo largo de la lactación.
El calostro se sintetiza principalmente durante el final de la gestación, se almacena en la glándula mamaria y la cantidad producida suele ser bastante constante y está predeterminada.
La producción media de calostro en las cerdas actuales es de alrededor de 5.9±0.1 kg por cerda, pero varió entre 2.7 y 8.5 kg.
En cerdas hiperprolíficas la alimentación, la composición y manejo del pienso durante la gestación y lactación, unido al manejo de la cerda y su camada en lactación, suelen ser los factores mas determinantes en la producción.
En general, la curva de lactación presenta una fase de ascenso que llega hasta la primera semana o diez días post parto, seguida por un periodo de estabilización para iniciar un descenso al final de la tercera semana de lactación.
La producción de la leche es el principal factor limitante del crecimiento de la camada durante la lactación.
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En lactaciones largas (27 – 28 días) el crecimiento medio de la camada, y de todos los lechones derivado únicamente del consumo de la leche, se reduce pero también se ralentiza para los lechones grandes en lactaciones cortas (20 – 21 días). Estos resultados indicarían la necesidad de administrar creep feed, al menos en lactaciones largas.
Un aspecto clave de la relación cerda-camada es que mientras el lechón obtiene el calostro a demanda, la producción de leche sigue una pauta concreta.
Progresivamente se establece una secuencia de amamantamiento muy bien protocolizada que obliga a los lechones a obtener la leche en cantidades pequeñas (entre 40 y 80g/lechón y secuencia de amamantamiento) y toda la camada al mismo tiempo.
Una secuencia de amamantamiento se inicia cuando la cerda se tumba en decúbito lateral y emite un sonido específico para llamar a los lechones, los lechones se acercan y empiezan a masajear la ubre y mamar y, tras un periodo corto pero variable, se produce una descarga de oxitocina que coincide con un aumento de la frecuencia de los ronquidos de la madre y que desencadena la bajada de la leche.
Los lechones disponen de un corto tiempo entre 5 – 15 segundos para ingerir dicha leche.
El episodio finaliza con todos los lechones masajeando la ubre durante otro corto periodo de tiempo. Esa rutina se suele repetir entre 17 y 35 veces al día, si bien no todas las secuencias de amamantamiento terminan necesariamente con la eyección de la leche.
Por otra parte está demostrado que desde muy pronto cada lechón tiene adjudicado un determinado pezón en la ubre que raramente se intercambia. Este hecho resulta especialmente relevante dado que los pezones toráxicos (craneales) suelen dar más leche que los inguinales (caudales), probablemente como consecuencia de que la extracción de leche es más fácil y cómoda.
Alimentar correctamente a la cerda durante la lactación tiene como objetivo maximizar la producción de leche, y consecuentemente, el crecimiento de la camada, y preservar la integridad de la madre, para alargar/optimizar su vida productiva. Ello requiere satisfacer las necesidades de energía y nutrientes a lo largo de todo el periodo.
Producción de la leche
La producción de la leche depende de numerosos factores entre los que destacan
La máxima producción se alcanza entre el segundo y cuarto parto .
Los parámetros ambientales a controlar para la camada son parecidas a los de la cerda pero mucho más restrictivos. De hecho en las maternidades se procura crear dos ambientes diferentes, uno a la altura de los lechones más cálido y sin corrientes de aire, y otro en el resto de la sala más acorde con la demanda ambiental que precisa la madre.
Cuando no se puede conseguir los dos ambientes en simultáneo se suele optar por priorizar las condiciones ambientales que demanda el lechón durante los primeros días de vida (2-4) para luego priorizar las de la madre para que produzca la máxima cantidad de leche.
En la práctica, la producción de leche está muy relacionada con el número de pezones funcionales y la intensidad con que se vacían durante los ciclos de amamantamiento.
Los lechones más pesados y vitales masajean más intensamente y vacían mejor la glándula mamaria y el masaje intenso favorece el crecimiento mamario.
El lechón precisa tomar una mínima cantidad de calostro para garantizar su supervivencia a lo largo de las primeras semanas de vida. En promedio la cantidad de calostro ingerida es de 250-300g/kg de peso vivo del lechón , aunque puede variar entre 0 y 700g.
Además la cantidad de calostro por lechón suele disminuir conforme aumenta el tamaño de camada.
Un tema de interés con las cerdas hiperprolíficas, son las adopciones, suele ocurrir que a menudo en un lote de partos se dispone de más lechones nacidos vivos que pezones funcionales disponibles.
En estas circunstancias se podría intentar aumentar el número de ciclos de amamantamiento dividiendo la camada pero es más práctico y efectivo realizar nodrizas o practicar la lactancia artificial.
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