El impacto de los lechones de bajo peso al nacimiento y con baja viabilidad en la nueva realidad productiva donde la disminución de los tratamientos antibióticos, el coste de la materia prima, la aparición de cepas altamente virulentas de PRRS y la retirada de óxido de zinc ha adquirido todo el protagonismo en nuestro sector.
Antes de hablar de las diferentes problemáticas digestivas que padecen los lechones durante la transición en relación a su peso y sexo, debemos tener en cuenta qué lechones debemos seleccionar para el destete, así como sus características, el manejo básico a la entrada a las transiciones y su desarrollo intestinal.
LACTACIÓN
La maldición de los “light piglets”
Desde hace tiempo venimos hablando de lechones de bajo peso y viabilidad al nacimiento, por lo que no nos vamos a extender demasiado en esta área.
Básicamente definimos como “light piglet” a aquellos lechones que:
El sistema digestivo de los lechones en lactación
La rentabilidad de la producción porcina está determinada, principalmente, por el éxito o fracaso de la transición de la leche materna a dietas secas sin que ocurra una reducción del crecimiento o la aparición de enfermedades.
El potencial de crecimiento de los lechones es alto inmediatamente después del destete, pero [registrados]el limitado consumo de alimento junto con un sistema digestivo inmaduro a menudo impide que se alcance este potencial en condiciones prácticas (G.L. Allee y K.J. Touchette, 1999).
MICROBIOTA INTESTINAL
Al nacer, los lechones quedan expuestos a los microorganismos del ambiente que les rodea, entrando en contacto con la microbiota materna y con las heces en la maternidad, e incorporando las bacterias que colonizarán su tracto digestivo.
Estas bacterias buscan el nicho más adecuado para establecerse, de forma que compiten e interaccionan entre sí, constituyendo finalmente una población relativamente estable y compleja que representa la microbiota intestinal normal.
Los animales nacidos con bajo peso al nacimiento presentan sistemas digestivos inmaduros y un menor desarrollo del tracto digestivo, lo que conlleva una peor capacidad de digestión y absorción de los nutrientes (Michiels et al., 2013).
MADUREZ INTESTINAL
Al realizar el estudio histológico del intestino de los lechones, se ha demostrado que aquellos con bajo peso al nacimiento presentan secciones de vellosidades acortadas con una ratio más baja entre las vellosidades y las criptas (Imágenes 1 y 2).
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