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La diarrea postdestete en lechones es un problema de gran importancia para el sector porcino. Se trata de una de las patologías más frecuentes en la que se observan diferentes síntomas como: deshidratación, retraso en el crecimiento e incluso elevada tasa de mortalidad. |
Esto es debido a un conjunto de factores de riesgo que se dan simultáneamente en esta edad:
MEDIDAS PREVENTIVAS DE LAS DIARREAS POSTDESTETE
En la fase de destete se aplican diferentes medidas para intentar evitar los problemas digestivos, entre ellas:
Hasta junio de 2022 también se venía utilizando el Óxido de Zinc (ZnO) a niveles terapéuticos (2.500 – 3.000 ppm) para ayudar a corregir los problemas digestivos. Sin embargo, desde la Unión Europea se ha prohibido el uso de este compuesto en estas cantidades, entre otros motivos porque se trata de un metal pesado y, por tanto, existen riesgos medioambientales derivados de su uso en los animales. Ante este escenario, en los últimos meses otras medidas de manejo han tomado especial relevancia.
Cuando, a pesar de las medidas de manejo, los lechones padecen diarreas y se confirma mediante diagnóstico laboratorial que el agente causante es Escherichia coli, se realizan tratamientos antibióticos con el objetivo de evitar problemas más graves.
La monitorización de las resistencias a lo largo del tiempo es necesaria, sobre todo cuando se producen cambios importantes, como lo ha sido la retirada del ZnO.
SITUACIÓN ACTUAL DE LAS RESISTENCIAS ANTIMICROBIANAS DE E. COLI
En Exopol hemos recogido los datos de los diagnósticos de problemas de diarreas postdestete y hemos realizado un estudio de sensibilidad antibiótica mediante Concentración Mínima Inhibitoria (CMI) en las cepas de E. coli aisladas en estos diagnósticos.
Para ello, se realizaron pruebas de sensibilidad antibiótica a[registrados] 210 cepas de E. coli de muestras clínicas de lechones con diarrea en edad de postdestete, procedentes de la Península Ibérica. Las muestras fueron recibidas en Exopol entre abril y julio de 2022.
En función de los puntos de corte clínicos establecidos por organismos oficiales como EUCAST o CLSI, las cepas se consideran:
LOS RESULTADOS OBTENIDOS NOS MUESTRAN UNA IMAGEN DE LA SITUACIÓN ACTUAL DE LAS RESISTENCIAS ANTIBIÓTICAS PARA E. COLI
PORCENTAJE DE CEPAS RESISTENTES Y SENSIBLES
En la Gráfica 1 se observa que existe una alta resistencia a los antibióticos de las cepas de E. coli.
Se considera CMI50 y CMI90 la concentración mínima de antibiótico que es capaz de inhibir el crecimiento del 50% o 90% de las cepas, respectivamente.
El resto de antibióticos con el 50% o más de las cepas sensibles son apramicina, neomicina, paromomicina, cefquinoma, ceftiofur y marbofloxacino, pero existen subpoblaciones de cepas que son resistentes a ellos, porque la CMI90 es superior y se clasifica como resistente (Tabla 1).
PERFIL DE RESISTENCIAS
AMINOPENICILINAS SIN Y CON INHIBIDORES DE BETALACTAMASAS
Si comparamos los resultados de los estudios de sensibilidad de las cepas de E. coli frente a la amoxicilina y amoxicilina con ácido clavulánico, aunque el porcentaje total de cepas sensibles sea bajo para ambos, todavía hay cepas de E. coli presentes en el campo que tienen un resultado de CMI frente a amoxicilina con ácido clavulánico por debajo del punto de corte que marca la resistencia (Gráfica 2). Sin embargo, hay muy pocas cepas sensibles o con sensibilidad intermedia a amoxicilina sin ácido clavulánico.
El ácido clavulánico se une a las enzimas β-lactamasas presentes en las bacterias y las inactiva, evitando que estas enzimas se unan a los antibióticos β-lactámicos, como amoxicilina, y los destruyan. Pero también se han ido generado resistencias a este inhibidor debido a mutaciones en los genes que codifican estas enzimas.
AMINOGLUCÓSIDOS
En gentamicina y neomicina se observa que aproximadamente un 50% de cepas son sensibles, así que la efectividad del tratamiento está comprometida, siendo necesario realizar también una prueba de sensibilidad antibiótica antes de instaurar un tratamiento.
En la Gráfica 3 se puede ver, por la distribución de las cepas en función de su resultado de CMI a neomicina y gentamicina, que existen dos poblaciones de cepas de E. coli con diferente sensibilidad:
LINCOSAMIDAS
La clindamicina se utiliza como indicador de la sensibilidad de la lincomicina, ambos pertenecientes a la familia de las lincosamidas.
La actividad antibacteriana de este grupo incluye patógenos digestivos, como Brachyspira hyodysenteriae. Tienen muy poca o ninguna actividad frente a la gran mayoría de los bacilos gram negativos aerobios como E. coli.
La lincomicina se puede utilizar en combinación con espectinomicina que sí que tiene actividad antibacteriana frente a E. coli, aunque los resultados muestran que hay un alto porcentaje de cepas resistentes a este antibiótico.
MACRÓLIDOS
E. coli presenta resistencia intrínseca a los macrólidos como la tilosina y por eso el porcentaje de sensibilidad es del 0%.
QUINOLONAS
Las familias de las cefalosporinas y quinolonas, cuyo uso se recomienda limitar según la categorización de la Agencia Europea del Medicamento (EMA), tienen moléculas cuya CMI50 es considerada sensible.
En el caso concreto de las fluoroquinolonas, enrofloxacino y marbofloxacino, de segunda y tercera generación, respectivamente, se han obtenido mejores resultados de sensibilidad para marbofloxacino, 55% de cepas sensibles, que para enrofloxacino, 22%.
En la Gráfica 4 se puede ver que la distribución de los resultados de CMI para ambos es muy similar, aunque se aprecia que el número de cepas resistentes es mayor para enrofloxacino y que también hay poblaciones resistentes a marbofloxacino, así que es necesario mantener las recomendaciones de limitar su uso por ser una familia crítica para medicina humana.
EL PROBLEMA DE LAS MULTIRRESISTENCIAS
No existe una definición universal para el término “multirresistencia antibiótica”, pero la Sociedad Española de Enfermedades Infecciosas y Microbiología Clínica (SEIMC) la define como:
“La ausencia de sensibilidad a al menos un antibiótico de tres o más familias consideradas de utilidad para el tratamiento de las infecciones producidas por la especie o especies bacterianas consideradas”.
Estas bacterias requieren un seguimiento para evaluar la evolución y el grado de transmisión del material genético que les otorga la resistencia, teniendo en cuenta también la gravedad de las infecciones que provocan y qué opciones terapéuticas quedan.
Para valorar la multirresistencia en las cepas de E. coli de este estudio se eligieron las familias de antibióticos:
EL 88% DE LAS CEPAS EVALUADAS FUERON CONSIDERADAS, SEGÚN ESTOS CRITERIOS, COMO MULTIRRESISTENTES
Antes de instaurar un tratamiento es recomendable realizar pruebas de sensibilidad antibiótica para asegurar la efectividad del mismo y evitar el aumento de resistencias pero, en base a los resultados expuestos en este estudio, los tratamientos que tienen más posibilidades de funcionar son:
El que mejores resultados presenta es el sulfato de colistina, pero al ser un antibiótico crítico en medicina humana su uso está restringido para asegurar que siga siendo efectivo.
Estos resultados nos muestran que la situación es complicada y que las opciones de tratamiento son cada vez más limitadas, pero disponemos de herramientas para intentar frenarla. Realizando pruebas de sensibilidad antibiótica y llevando un histórico de los resultados, podemos instaurar los tratamientos más idóneos en cada situación.
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REFERENCIAS
Nuevos Avances en Nutrición y Alimentación Porcina. Bases científicas y alimentación práctica en la Península Ibérica. A. Balfagón y E. Jimenez-Moreno. 2016
Por qué necesitamos reemplazar el óxido de Zinc para combatir la diarrea post-destete. www.ew-nutrition.com . 2021
Cercenado E, Rafael C. Métodos microbiológicos para la vigilancia del estado de portador de bacterias multirresistentes. SEIMC (Sociedad Española de Enfermedades Infecciosas y Microbiología Clínica) [Internet]. Bou G, Chaves F, Oliver A, Oteo J, editores. 2015. Disponible en:https://www.seimc.org/
contenidos/documentoscientificos/procedimientosmicrobiologia/seimc-procedimientomicrobiologia55.pdf
Lorenzo, Moreno, Leza, Lizasoain, 2013. Velázquez. Manual de farmacología básica y clínica. Panamericana, Madrid. ISBN: 978-84-9835-437-9.
Schwarz S., Cavaco L.M., Shen J., 2018. Antimicrobial resistance in bacteria from livestock and companion animals, ASM Press. Whasington DC. ISBN: 9784555819798
Giguère, Prescott, Dowling, 2015. Antimicrobial therapy in veterinary medicine, John Wiley and Sons, 5th-Ed. Iowa. ISBN:97-1-118-67516-8
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