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En artículos anteriores se ha ido desgranando el uso de antimicrobianos en porcino de forma que se pueda hacer un uso prudente de los mismos, siguiendo las recomendaciones de diferentes entidades nacionales e internacionales. Como se ha repetido en numerosas ocasiones, no se trata de no usar los antibióticos. Eso iría en contra del Bienestar Animal, de la Sanidad en su expresión más amplia y de la capacidad de producción de las granjas, ya que no se podrían controlar multitud de patologías subclínicas o clínicas que mermarían el normal desarrollo de los animales. Se trata de usar los antibióticos en su justa medida, cuando sea necesario y, sobre todo, con aquel antibiótico que esté indicado, eligiendo en primer lugar los de categoría C o D y si con ellos no fuera posible combatir el proceso, pasar a los de Categoría B.
En este artículo nos referiremos a los antibióticos que ejercen su mecanismo de acción a través de la inhibición de los ácidos nucleicos ARN y ADN. En esta primera parte, repasaremos los puntos clave relacionados con las fluoroquinolonas. |
QUINOLONAS
ESTRUCTURA QUÍMICA
El ácido nalidíxico presentó actividad contra algunos aerobios Gram negativos por lo que fue usado para el tratamiento de infecciones urinarias. Sin embargo, su uso se redujo debido a la aparición de resistencias y a la síntesis de nuevos compuestos con un espectro de acción más amplio y menor toxicidad.
A partir de esta molécula se sintetizaron las quinolonas de primera generación como el ácido oxolínico.
La sustitución de un átomo de flúor en el carbono 6 dio lugar a las fluoroquinolonas (FQ), siendo la primera fluoroquinolona la flumequina que, después de un breve uso en la clínica, se abandonó por su toxicidad ocular.
Tras la flumequina se desarrollaron las fluoroquinolonas de segunda generación que tenían un mayor espectro de actividad, mejor biodisponibilidad y mejores propiedades farmacocinéticas y farmacodinámicas, además de ser menos tóxicas y susceptibles a las mutaciones. Esta segunda generación comenzó con:
Tras el ciprofloxacino, se desarrollaron