La microbiota intestinal (MGI) es una comunidad de microorganismos del tracto gastrointestinal que juntos tienen una relación simbiótica con el huésped.
El genoma de la MGI (microbioma) está considerado el segundo genoma de animales y personas.
Los tipos de microorganismos que forman la MGI desempeñan un papel fundamental en la salud y el rendimiento de los animales participando en el desarrollo y mantenimiento del sistema inmunológico, o en la digestión y recolección de energía y otros procesos como el metabolismo de los nutrientes (Round & Mazmanian, 2009; Turnbaugh et al., 2006).
No obstante, hasta hace poco, el campo de la microbiología estaba limitado por la falta de herramientas de investigación y una incapacidad para cultivar y estudiar la mayoría de los microbios presentes en el tracto gastrointestinal.
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En los últimos años, el desarrollo biotecnológico ha permitido la disponibilidad de métodos de secuenciación de alto rendimiento basados en ADN y ARN, que junto con nuevos desarrollos bioinformáticos permiten la identificación y caracterización de microbios y sus genes in situ.
En porcino, el estudio del MGI ha suscitado un gran interés en la comunidad científica debido a que es el alimento de origen animal que más se consume a nivel mundial y, por tanto, tiene una gran importancia para la seguridad alimentaria y medio ambiental.
Sin olvidar también que el cerdo es la especie modelo más parecida al humano en su sistema digestivo.
El uso de la información de la MGI en porcino podría ser muy útil a nivel práctico (Figura 1).
Sin embargo, hay una gran variedad de perfiles microbianos entre individuos y, al igual que en humanos, la composición del microbioma en porcino está influida por múltiples factores ambientales externos, como la alimentación o los medicamentos (mayormente antibióticos), e internos, como la edad o el genoma del individuo (Xiao et al., 2016).
Alimentación
La alimentación es un factor con una gran influencia en la MGI. Una proporción variable de fibra, carbohidratos, proteínas en el pienso o un cambio en la fuente de estos componentes es clave para la composición de la MGI (Heinritz et al., 2013).
Por ejemplo, la población de Prevotella (asociada al consumo de polisacaridos de plantas) en lechones es muy baja mientras que esta aumenta considerablemente cuando una dieta correcta es introducida al destete. En cambio, los Bacteroides, que permiten la degradación de los glicanos (oligosacaridos de la ...