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La aplicación de hormonas en los animales y humanos requiere un amplio conocimiento de la endocrinología tanto en los ciclos reproductivos como en las secuencias fisiológicas de la secreción de hormonas específicas.
En el caso de la hembra cuando se usa hormonas equivocadas pueden interrumpir el ciclo estral produciéndose pérdidas económicas para la explotación.
La sincronización del estro en el ganado porcino, sobre todo en las hembras de reemplazo que se cubrirán por primera vez, representa ventajas desde el punto de vista económico y zootécnico.
Son numerosos los productos que en esta especie se han ensayado, pero no con toda la aceptación que se espera, realmente existen limitaciones en lo que a la aplicación y suministro de los diferentes productos que han venido utilizando en los últimos años.
La experiencia en la industria porcina indica que los mejores resultados en términos de mejoras en datos reproductivos se obtienen con la inducción del celo en animales sanos, tan pronto como la fisiología lo permita.
El cérvix es muy característico: 15 – 25 cm de longitud y provisto de típicos pliegues fibrosos que atrapan firmemente el vértice espiral del pene del verraco durante la monta o del catéter en la inseminación.
La reproducción en la hembra se caracteriza por la repetición cíclica del período de actividad o de receptividad sexual.
Es el intervalo entre dos celos y por consiguiente entre dos ovulaciones.
La actividad gonadal está bajo el control del hipotálamo y la pituitaria anterior (adenohipófisis).
La adenohipófisis produce hormonas proteicas importantes para el control de la reproducción, sobre todo las gonadotropinas, la hormona estimulante del folículo (FSH) y la luteinizante (LH).
La FSH y la LH ejercen un efecto sinérgico en el desarrollo y en la ovulación de los folículos ováricos:
Figura 1. Mecanismo hormonal del celo y la ovulación.