Se ha demostrado que una deficiencia de ácidos grasos esenciales, como el ácido linoleico, puede afectar negativamente la tasa de retorno al estro, reducir la tasa de parto y disminuir el tamaño de la camada. Esto se debe a que el ácido linoleico es precursor de las prostaglandinas, que regulan la función ovárica y la implantación embrionaria.