La evaluación de los registros reproductivos y las causas de descarte en cerdas reproductoras porcinas son una herramienta importante para aplicar estrategias de descarte eficaces y lograr una mayor eficiencia productiva. Esto se debe al impacto económico y productivo que representan la compra y preparación de nuevas reproductoras.
La evaluación de los registros reproductivos y las causas de descarte en cerdas reproductoras porcinas son una herramienta importante para aplicar estrategias de descarte eficaces y lograr una mayor eficiencia productiva.
Esto se debe al impacto económico y productivo que representan la compra y preparación de nuevas reproductoras
Para una evaluación eficaz del descarte en granjas porcinas deben considerarse cuatro puntos principales:
Tasa de descarte y reposición anual
La tasa de descarte anual (TDA) es el porcentaje de hembras descartadas por un establecimiento a lo largo de un año. Los valores de TDA presentados por diferentes autores oscilan entre un 15 y un 85%
La tasa de reposición anual (TRA) indica la cantidad de cerdas a reponer a lo largo de un año.
En granjas comerciales se debe de alcanzar una TRA que oscile entre el 39% y el 40%, en la que la reposición por descarte represente el 35 o el 36% y la debida a la muerte de reproductoras un 3% a un 5%.
Ambas tasas pueden ser calculadas sobre el total de cerdas productivas de la granja o bien sobre el inventario promedio de reproductoras (IPR)
El IPR es la cantidad de hembras que son servidas en la granja a lo largo del periodo que se desea evaluar (generalmente mensual o anual). Es importante incluir dentro del IPR a las cerdas nulíparas descartadas, para no generar un sesgo en los resultados.
La comparación de la TDA y la TRA entre las diferentes granjas suele ser difícil de evaluar debido a que existen diferencias en las instalaciones, en el manejo y en la calidad de operarios, entre otros factores.
Se sugiere que la TDA y la TRA deben estar equilibradas entre sí y con valores que oscilen entre un 35% y un 40%. De esta manera se logra mantener constante el inventario de reproductoras para conseguir la estabilidad reproductiva e inmunológica del plantel, con mayor probabilidad de maximizar la productividad de la granja.
Causas de descarte
Las causas de descarte en hembras porcinas pueden agruparse en categorías; esto facilita su estudio y permite realizar comparaciones entre diferentes establecimientos. El conocimiento de dichas causas es útil para determinar la ocurrencia de cada una y detectar problemas.
Estas causas suelen dividirse en descartes reproductivos (DR) y descartes no reproductivos (DNR).
El descarte puede realizarse en forma programada y no programada
Las causas de descarte programado son: baja productividad, edad avanzada y sobrepeso. Los descartes programados son planificados por el productor, permiten organizar la reposición y, en consecuencia, no se produce un aumento significativo de los días no productivos (DNP).
Los descartes no programados incluyen trastornos locomotores y fallas reproductivas
Estos descartes son los de mayor impacto económico y productivo, dado que en algunos casos no se cuenta con suficientes hembras de reemplazo, lo que lleva a retener hembras en las que estaría indicado el descarte. Esta situación, representa un mayor riesgo de fracaso reproductivo, menor productividad y aumento de los DNP.
Un exhaustivo análisis de registros relacionados con el descarte y reposición nos permite:
En una granja, la longevidad de las cerdas se encuentra íntimamente relacionada con la cantidad de lechones producidos durante su vida productiva y con los costos y los riesgos de la introducción de nuevas reproductoras al establecimiento.
En producción porcina se considera que no es económicamente beneficioso descartar una elevada cantidad de cerdas antes de su cuarto parto
Esto se relaciona con un aumento en los costos de reposición debido a la menor cantidad de lechones producidos y al descenso del porcentaje de parición asociados a una elevada cantidad de cerdas jóvenes.
Los principales registros a evaluar para mejorar las políticas de descarte y reposición son los siguientes:
En la cerda, el abordaje por vía rectal de los órganos reproductivos es dificultoso, por lo que la inspección clínica particular del aparato genital (AG) se limita a la exploración de los genitales externos. Esta situación hace que sea difícil, por un lado, tomar una decisión de descarte objetiva y, por el otro, en el caso de los DR, conocer los factores que desencadenaron la falla reproductiva.
Es así que, la inspección del AG en planta de faena brinda información complementaria para mejorar el criterio de descarte, debido a que podemos evaluar la decisión de descarte basados en la presencia o ausencia de lesiones. Si hay lesiones, debemos relacionarlas con la historia clínica y los registros para determinar si las mismas explican el descarte.
Por el contrario, si las cerdas de DR no presentan lesiones podremos realizar un análisis retrospectivo para determinar si dicho descarte estuvo asociado a otros factores como ser: problemas de manejo o gestión, nutrición o ambiente, entre otros.
En varios estudios realizados a partir de muestras obtenidas en planta de faena se describe que entre el 15 y el 49% de las hembras descartadas presentan alguna alteración del AG.
Las lesiones halladas varían de un estudio a otro, destacándose la presencia de ovarios inactivos (8-25%), quistes
ováricos (6-20 %) y alteraciones uterinas (1-22%).
El aumento de los costos de producción en los últimos años, en especial los relacionados a la alimentación y los recursos humanos, hizo necesario implementar medidas con el objetivo de aumentar la eficiencia económica y productiva.
En este sentido, incrementar la longevidad de las reproductoras es una de las más importantes ya que se amortizan los costos de compra y/o preparación de una cerda y se incrementa la cantidad de lechones destetados por madre por año, aumentando la rentabilidad global de la explotación.
Los descartes reproductivos y por problemas locomotores son la principal causa de descarte prematuro y no programado en cerdas, hecho que se mantiene constante en los trabajos publicados. Por este motivo, la estrategia dentro de la granja debería estar dirigida a disminuir la cantidad y el impacto de los mismos.
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