Los antimicrobianos se utilizan ampliamente tanto en humanos como en los animales y han contribuido en gran medida a mejorar la salud humana y animal.
Los antimicrobianos se utilizan ampliamente tanto en humanos como en los animales y han contribuido en gran medida a mejorar la salud humana y animal. uso responsable de antimicrobianos
Sin embargo, estos beneficios se ven amenazados por la aparición mundial de la resistencia a los antimicrobianos (RAM). Esto debido a que los seres humanos y los animales a menudo, comparten las mismas bacterias y pueden ser tratados con los mismos tipos de medicamentos antibacterianos.
Una forma de mitigar la aparición de la RAM es reducir el uso general de antibióticos combinando un uso prudente y médicamente racional con otras medidas preventivas de enfermedades.
Otro punto importante es la opinión y percepción de los consumidores de carne de cerdo, ya que, cada vez más, se publicita que el uso de antimicrobianos en la porcicultura desempeña un papel en la amenaza emergente de la resistencia a los antimicrobianos.
Una mayor conciencia de los consumidores sobre este tema ejerce presión sobre la cría de animales para que adoptemos políticas para reducir o eliminar el uso de antimicrobianos.
Por lo tanto, es inminente que en nuestro plan de acción inmediato establezcamos un plan para reducir el uso de antibióticos aplicando su uso prudente y médicamente racional, y sin duda alguna esto solo lo lograremos rompiendo paradigmas, antes de que se convierta en una medida obligatoria.
En 1985, la Organización Mundial de la Salud (OMS) define que hay Uso Racional de los Medicamentos (URM) “cuando los pacientes reciben la medicación adecuada a sus necesidades clínicas, en las dosis correspondientes a sus requisitos individuales, durante un período de tiempo adecuado y al menor costo posible para ellos y para la comunidad”.
El Uso Racional de los Medicamentos (URM) es un proceso que comprende:
Esto aplica también para el ámbito veterinario.
Es importante que recordemos que en la porcicultura actualmente no disponemos de vacunas eficaces contra todos los patógenos bacterianos e incluso, para aquellas enfermedades en las que existen vacunas disponibles, en ocasiones, es necesario utilizar antimicrobianos como tratamiento complementario.
Por tanto, los antibióticos son una herramienta fundamental en la medicina porcina. Sin embargo, es claro que seguimos utilizando a los antibióticos con fines profilácticos (tratamiento de animales sanos para que no aparezca la enfermedad en la población) y metafilácticos (tratamiento de animales enfermos y de la población en riesgo de padecer la enfermedad).
Estas prácticas solo deberían utilizarse cuando el riesgo de propagación de una infección o de una enfermedad infecciosa en un grupo de animales sea elevado y no se disponga de alternativas adecuadas.
La prescripción de antimicrobianos con fines terapéuticos (curar a un animal o grupo de animales que padece una infección bacteriana), sigue siendo un acto clínico obligatorio para un veterinario con el fin de garantizar el bienestar de los animales y cumplir su código deontológico.
Preservar la eficacia de los antibióticos es fundamental para cuidar adecuadamente a los animales. Sin embargo, los antimicrobianos pueden dejar de ser eficaces porque las bacterias generan una serie de mecanismos de resistencia frente a ellos.
Debido a la complejidad del problema, su impacto va más allá de sus graves consecuencias para la salud humana y la sanidad animal; y se ha convertido en un problema de salud pública.
En este sentido, el concepto de una sola salud cobra mucha importancia porque los genes de resistencia, frente a los antimicrobianos, pueden “compartirse” entre las personas, los animales y el medio ambiente. De tal modo que toda acción que se tome para disminuir la generación y diseminación de resistencias antimicrobianas tendrá un efecto positivo para todo el mundo.
Hoy en día, se han hecho campañas de divulgación intensivas, por parte de los colegios veterinarios y asociaciones de porcicultores, para explicar la importancia del tema de las resistencias antimicrobianas a nivel local, nacional y mundial, así como su relación con el concepto de una sola salud.
Ya que la presión para no utilizar antimicrobianos en ninguna circunstancia es muy fuerte, que desde mi punto es un error conceptual grave. El uso de antimicrobianos para curar animales enfermos debido a enfermedades bacterianas es obligatorio e incuestionable.
Lo que sí es correcto, es que los medicamentos veterinarios antimicrobianos solo deben estar disponibles bajo prescripción veterinaria ya que nosotros podemos garantizar el uso prudente de estos fármacos y, podemos prescribir los medicamentos antimicrobianos basándose en nuestros conocimientos epidemiológicos y clínicos, así como en su comprensión de los factores de riesgo para el animal o grupo de animales.
El concepto de una sola salud también plantea cómo priorizar o categorizar a las familias de antimicrobianos que se utilizan en producción animal desde un punto de vista cualitativo. Esto se debe a que todas las familias de antimicrobianos no conllevan el mismo riesgo de generar resistencias antimicrobianas y su potencial transferencia a los humanos.
Para preservar, mientras sea posible, la eficacia de determinados antimicrobianos para tratar las infecciones de las personas puede ser necesario reservarlos únicamente para uso humano.
Para esto, se deben tener en cuenta las recomendaciones de organizaciones internacionales, como la Organización Mundial de la Salud (OMS), la Organización Mundial de Sanidad Animal (OIE) y el Códex Alimentario.
La resistencia antimicrobiana es dinámica por lo que se genera información científica a diario. En la actualidad se propone clasificar los antimicrobianos en cuatro categorías diferentes, de la A a la D (EMA, AMEG 2019) teniendo en cuenta el concepto de una sola salud.
En el cuadro 1 se detallan las familias de antimicrobianos de acuerdo con esta categorización.
Estas categorías se definieron en función de su recomendación de uso, como se detalla en el cuadro 2:
Evitar las prácticas inadecuadas de antimicrobianos (uso elevado de antibióticos de amplio espectro, dosis o duración del tratamiento incorrectas) y el acceso sin restricciones a los antibióticos. uso responsable de antimicrobianos
El uso prudente y médicamente eficaz de los antibióticos comprende varios elementos:
El manejo estresante hace que los cerdos sean susceptibles a las infecciones y se asocia con un alto uso de antimicrobianos y resistencia. En varios estudios sobre este tema se ha podido concluir que en la porcicultura existe una dependencia extrema a los antibióticos para prevenir y tratar enfermedades. Esa dependencia, nos ha hecho olvidar que implementar diferentes medidas de manejo ayuda a prevenir la aparición de enfermedades que permitirán en gran medida al uso racional de los antimicrobianos para evitar que lleguemos al punto de una prohibición total de su uso y nos encontremos en una situación difícil de manejar.
Aquí algunas ideas fáciles de implementar en nuestros sistemas de producción:
El más importante, obviamente es evitar la entrada de patógenos a nuestra granja, esto se logra de dos maneras principalmente:
Capacitación de personal uso responsable de antimicrobianos
Utilizar un programa de vacunación eficiente y pertinente para cada granja de acuerdo a la presencia de los diferentes patógenos de la granja. Cada día se comprueba más que las granjas con un equipo de personal estable logran mejores parámetros productivos que se reflejan en un mejor retorno a la inversión.
Conclusiones
En conclusión, la dependencia excesiva y el mal uso de los antibióticos nos están conduciendo a una un futuro sin estos medicamentos. La historia ha mostrado que es fácil encontrar sustancias químicas que maten a las bacterias. Sin embargo, es mucho más difícil descubrir y desarrollar sustancias que no sean, también tóxicas para los humanos y los animales.
Los antibióticos no sólo son complejos de desarrollar, recordemos que los efectivos, deben reservarse como “fármacos de último recurso”. Los nuevos fármacos son
vitales, sí, pero antes ofrezcamos un manejo adecuado a nuestros cerdos, realicemos un diagnóstico efectivo de los patógenos presentes en nuestra granjas, y hagamos un uso adecuado los recursos disponibles así seguiremos produciendo carne inocua y de excelente calidad para nuestros consumidores. uso responsable de antimicrobianos