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Firmemente convencidos de que la salud y el bienestar de los animales enriquecen la salud de las personas, Boehringer Ingelheim Animal Health España apuesta por el concepto One Health.
No como en un concepto idílico lejano en el tiempo, sino como una realidad que ya es prioritaria. Porque creemos que existe un vínculo único que hace que, si los animales están bien, los humanos también lo estarán.
“La publicación de Manifiesto: Desafíos del Siglo XXI en Prevención, Bienestar y Salud Animal a finales de 2020 fue para nosotros un punto de partida. Una obra motivadora de grandes debates y germen de nuevas iniciativas que iremos desarrollando en los próximos meses”.
Porque el compromiso con el concepto One Health es a largo plazo y los retos a los que nos enfrentamos no pueden esperar. Por eso, Elena Gratacós, directora gerente de Boehringer Ingelheim Animal Health España, no duda en destacar “que el compromiso de la empresa es con los animales y con los veterinarios, tanto en clínicas como granjas, con los propietarios de mascotas y con la sociedad en general. En este sentido, queremos contribuir de forma decisiva a innovar y avanzar en la solución de los retos a los que nos enfrentamos como sociedad en materia de salud animal y humana”.
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El Manifiesto fue posible gracias a la labor inestimable de seis expertos de reconocido prestigio. Voces avaladas por su amplísima formación y experiencia, que tienen mucho que decir en este reto colectivo que asumimos.
¿Cuáles son los mayores desafíos a la hora de crear nuevas vacunas?
Los desafíos más importantes en la fabricación de una vacuna son básicamente tres la seguridad de la vacuna, su eficacia y que podamos diferenciar animales vacunados de animales infectados.
¿Podríamos decir que las vacunas son la mejor herramienta para proteger de las infecciones a humanos y animales?
Las vacunas son, sin lugar a dudas, la herramienta más importante que tenemos en medicina preventiva, tanto en salud pública como en salud animal. Es muy importante que la sociedad conciba que realmente la vacunación es un tema de grupo y, que no vacunarse, no solo hace daño individual, sino también a todo el colectivo.
¿Qué papel ha tenido y tiene el veterinario frente a la zoonosis del SARS-CoV-2?
El papel que ha encomendado la administración a la profesión veterinaria ha sido irrelevante. Lo que sí ha sido muy relevante han sido las iniciativas de veterinarios a título personal o coordinadas por los colegios profesionales y otras instituciones que cedieron el material de sus clínicas y centros para luchar contra la pandemia.
¿Cuán necesario o urgente es el “empoderamiento” del veterinario?
Es necesario, porque el estatus de la profesión veterinaria está bajo mínimos. El veterinario en las últimas décadas se ha especializado, ha mejorado su nivel científico y ha aumentado su prestigio en la sociedad. El prestigio es un tema que se lo gana el individuo por sí mismo, mientras que el estatus te lo concede la sociedad y una manifestación de este estatus es la capacidad de influir en la redacción de las normativas que nos afectan y en su interpretación. Desgraciadamente, ante estos cambios tan profundos no hemos sabido organizarnos sectorialmente para defender los intereses generales de la profesión.
¿Cuáles son los principales retos que debemos abordar hoy en día en bienestar animal?
En primer lugar, encontrar indicadores fiables y objetivos que nos permitan de una manera científica evaluar el bienestar animal. Otro reto es el de integrar el concepto de las emociones en el bienestar animal, así como la legislación y cómo esta responde a las demandas sociales.
¿Cuál es la situación concreta en España y qué desafíos tiene por delante?
La relación del bienestar animal en España ha cambiado muchísimo en las últimas décadas. Hay una percepción social, una preocupación para mejorar las condiciones de vida de los animales y esto se traduce en una mejora de las condiciones de los mismos.
En concreto, en España, seguramente los retos son, hoy en día, equiparar lo que espera la sociedad española en cuanto a bienestar animal, con lo que los ganaderos, productores y veterinarios pueden ofrecer.
¿Por qué es fundamental empezar a investigar las enfermedades antes de que den el salto de los animales domésticos a la población humana?
Actualmente se sabe que el 70% de las enfermedades infecciosas emergentes que afectan a las personas proceden, o bien de animales, salvajes o domésticos, o bien son trasmitidas a través de vectores, generalmente insectos.
Cualquier tipo de actuación, prevención o anticipación que hagamos en este grupo de animales, sean salvajes o domésticos, redundarán, sin duda, en el control de enfermedades en humanos.
¿Qué papel juega el veterinario en la detección temprana de enfermedades infecciosas?
Las enfermedades infecciosas emergentes en las personas en un gran porcentaje proceden de animales, muchas veces del mundo salvaje, pero hay un huésped intermediario, que son los animales domésticos, tanto de granja como mascotas. Desde ese punto de vista, todo aquello que tenga que ver con el control de enfermedades en este tipo de animales implica que el veterinario tenga un papel fundamental.
¿Qué medidas de prevención recomendaría para evitar infecciones?
Prevenir es poner medidas para evitar que algo suceda. Medidas como el lavado de manos, cuyo programa de higiene de manos para médicos, enfermeras y pacientes implementado en hospitales redujo las infecciones hasta en un 40%.
Estas son las medidas que debe de percibir la sociedad. Son, a veces, medidas muy simples que tienen un impacto grandísimo.
¿Qué amenaza supone el hecho de que los antibióticos dejen de funcionar?
Las amenazas principales que tiene el que los antibióticos dejen de funcionar es que prácticas que ahora nos parecen habituales, por ejemplo, trasplante de órganos, quimioterapia o determinadas cirugías, no se podrían hacer, porque cuando abres una puerta de infección, tienes que tratar de prevenir y matar esa bacteria que haya podido entrar. Si el antibiótico no funciona, ese paciente que estás curando de otra cosa muere de esa infección, frente a la que ya no tienes herramientas.
¿Y por qué es de magnitud global? Porque una bacteria multirresistente puede trasmitirla cualquiera, a cualquier sitio, en cada momento.
¿Qué papel juega el veterinario en un contexto sanitario como el actual?
El veterinario es, sin duda, un pilar básico del One Health. Por su formación está plenamente capacitado para todos aquellos aspectos referentes a la enfermedad en el animal y a sus interacciones con el ambiente.
No olvidemos que el lema de la profesión veterinaria es “Higia pecoris, salus populi”, y que las zoonosis forman parte del ADN del veterinario.
¿Cuántas de las enfermedades que surgen tienen un origen animal?
Hasta el momento, se conocen más de 250 enfermedades zoonóticas. La Organización Mundial de Sanidad Animal señala que, de las cinco nuevas enfermedades humanas que se describen cada año, al menos tres de ellas tienen origen animal. Y al menos un 75% de los agentes patógenos responsables de estas enfermedades infecciosas emergentes son de origen zoonótico, es decir, compartidos entre el hombre y los animales.
¿Qué prioriza el enfoque One Health?
Este enfoque supone abordar las enfermedades compartidas de forma colaborativa, multisectorial y multidisciplinar, abordando la resolución de problemas sanitarios y trabajando en diferentes escalas: local, regional, nacional e internacional; y reconociendo sobre todo la interconexión que hay entre humanos, animales, plantas y el medio ambiente en el que viven.